19 de febrero 2016
El próximo 21 de febrero se cumplen 82 años del asesinato de Augusto Calderón Sandino. Previo a la conmemoración de la fecha de su muerte, Alejandro Bendaña, historiador nicaragüense, presenta hoy en el auditorio Pablo Antonio Cuadra, de Hispamer, su libro titulado “Sandino, patria y libertad”.
Bendaña explicó en el programa televisivo Esta Noche que el libro tiene como premisa el hallazgo de encontrar un documento donde había testimonios y entrevistas que se hicieron a varias personas que conocieron a Sandino, antes de su venida a Nicaragua y durante su estancia en México.
“Tenía que ir a México, estar con las personas que lo conocieron, leer crónicas, recrear pasiones, para mostrar luego sus primeros contactos con el sindicalismo”, dijo Bendaña.
El libro cuenta las primeras aproximaciones de Sandino con la clase obrera más industrializadas y describe el entorno político intelectual más avanzado de la época en la que él estuvo.
“México es la escuela de Sandino, fue su primer contacto con los sindicatos, a los que no se inscribió y en los que no tuvo una participación activa, porque estaba consciente de su condición de extranjero. Él fue un profundo creyente del sindicalismo”, aseguró Bendaña.
Construcción de Patria y libertad
La consigna “Patria y Libertad” de Sandino se construye desde su estancia en México. Bendaña indicó que para Sandino “patria” significaba “tierra, y la noción de defensa de la patria, de la liberación, tenía que ver con la idea de que es tan malvado el que invade la patria como el que la vende”.
La bandera roja y negra, que trajo consigo Sandino para su lucha y su proyecto de liberación nacional, fue producto de su contacto con el anarquismo. Esta era la bandera de lucha de la clase trabajadora en México.
“Él dijo que cuando la bandera azul y blanco estuviera intervenida, la roja y negra ocuparía su lugar. El campesinado la acepta y la toma como suya”, continuó el historiador.
Sandino tuvo muchas influencias: la literaria, derivada de viejos nacionalistas; la fuerza de izquierda no comunista, asociada al APRA del peruano Luis Raul Haya de la Torre y la emergente, que es la internacional comunista que, con la lucha de Sandino, se interesa en América Latina.
Aunque las tres corrientes quieren captarlo, Sandino las rechaza y propone unirlas, en un escenario de gobiernos de América Latina, la mayor parte de derecha, ante la intervención norteamericana.
“De ahí el famoso sueño de Bolívar, de unificación, es un latinoamericanista profundo, pero no cree en partidos políticos, no es ateo, pero rechaza la religión institucionalizada y es también defensor de la raza como un símbolo y elemento de sangre que une a los pueblos”, recalcó Bendaña.
El legado
El libro de Bendaña presenta también al Sandino que pocos conocen, uno de carne y hueso, que sintió discriminación y que se enamoró. Incluso, transforma ese pensamiento de que era “un resentido con la vida”.
Eso que algunos le atribuyen de ser resentido social, "es ambición, es querer leventarse, tener conducta, no intachable, pero sí superior, tanto que no esconde el amor hacia Teresa Villatoro, quien fue parte importante en su vida. Ellos se gustaron desde el principio, era su mujer de confianza y la encargada de la logística de todo lo que hacía”, comentó Bendaña, quien agregó que Villatoro merece ser reconocida como parte de la vida de Sandino..
“Sandino nos demuestra que no es creyente de la propiedad privada, si del cooperativismo, del liberalismo, y justo cuando está llevando este mensaje en Nueva Segovia, Wiwilí, es que lo matan”, afirmó el historiador.
El legado de Sandino que nos cuenta Bendaña en el libro, apunta a los más jóvenes, a ideas que tuvo y materializó. “Insistencia en la libertad, autodeterminación, ética, cooperativismo, educación y formación, este es el legado permanente que dejó Sandino”, dice el historiador.