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Sandra Bullock y Channing Tatum son cazadores de comedia perdida en “The Lost City”

Los espectadores de cierta edad sentirán una curiosa familiaridad con la trama, y eso no es accidental. Lea la reseña de Juan Carlos Ampié

Juan Carlos Ampié

22 de mayo 2022

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Olvídense de la mítica corona que los personajes de “La ciudad perdida” buscan desesperadamente. La verdadera reliquia en juego es la comedia romántica para adultos, género en vías de extinción en el Hollywood contemporáneo. Puede ser que este exponente tardío no la saque del museo, pero sirve para activar la nostalgia.

Loretta (Sandra Bullock) es una escritora de éxito gracias a una serie de novelas románticas de aventuras. Podrán ser best sellers, pero la ambiciosa intelectual se avergüenza de servir al gusto popular. La muerte reciente de su esposo solo agudiza su tristeza. Apenas tiene fuerzas para participar en el lanzamiento de su último libro, organizado por su sufrida agente, Beth (Da’Vine Joy Randolph).

La principal atracción es Alan (Channing Tatum), el modelo recurrente de sus portadas. Su machismo es pura apariencia, y no puede hacer nada cuando un par de matones mal encarados la secuestran. Son mercenarios al servicio de Abigail Fairfax (Daniel Radcliffe), un millonario empeñado en encontrar el tesoro descrito en el libro recién lanzado, “La ciudad perdida de D”. Desesperados, Alan y Beth reclutan a Jack Trainer (Brad Pitt), su propio mercenario, para salvar a Loretta. A estas alturas, ella va rumbo a una pequeña isla perdida en el océano Atlántico, con un volcán a punto de hacer erupción que imprime aún más urgencia en la misión.

Las últimas dos películas de Bullock, “Birdbox (Susanne Bier, 2018) y “The Unforgivable” (Nora Fingscheidt, 2021) fueron dramas producidos por Netflix, que evadieron la distribución teatral masiva. De esta manera, “La ciudad perdida” supone un regreso a la pantalla grande, y al género que la puso en el mapa en el Hollywood de los 90. Fui inmune a los encantos de la actriz en la primera etapa de su carrera, pero con el tiempo, he llegado a apreciar su ritmo cómico y la falta de afectación de su personalidad. No hay pretensión en su presentación. Encuentra a una digna contraparte en Channing Tatum. El actor es digno heredero de Pitt, galanes que no están por encima de revelarse cómo payasos.


Los espectadores de cierta edad sentirán una curiosa familiaridad con la trama, y eso no es accidental. “La ciudad perdida” se parece tanto a “Romancing The Stone” (Robert Zemeckis, 1984), que me extraña que no sea acreditada como un remake. Al menos en concepto, no tanto en ejecución. Ya quisiéramos que alguien con la agudeza visual de Zemeckis hubiera echado mano de este material. La puesta en escena de los hermanos Aaron y Adam Nee tiene la esterilidad de la televisión en su clave más conservadora.

Tome nota de una secuencia en la cual Loretta y Alan bailan en una plaza, con la música de un trío local. Sabemos que Tatum es un soberbio bailarín, gracias a “Magic Mike” (Steven Soderbergh, 2012) y su secuela, “Magic Mike XXL” (Soderbergh, 2015), así como su invocación de Gene Kelly en la subapreciada “¡Hail, Cesar!” (Joel & Ethan Coen, 2016). Aquí, el momento se despacha en close ups medianos y una toma abierta. No esperaba un número que involucrara fuegos artificiales y un ejército de extras, pero el tratamiento frío y operativo del momento se extiende a toda la película.

El guion lucha por ofrecer remedios a la dinámica colonialista de este tipo de historias. Estrellas blancas descienden en territorio de morenos, para “descubrir” - entiéndase, saquear - un tesoro. Prevalece cierto nivel de caricatura, que puede adjudicarse a las demandas de la comedia - todo el mundo es ridículo, realmente -. Véase al piloto local (Óscar Núñez) que ofrece sus servicios a la desesperada Beth. La actriz afroamericana, quien ha ganado visibilidad tras la serie “Only Murders in the Building”, es la contraparte cuya sensatez contrasta con los protagonistas. La resolución de la aventura termina funcionando como denuncia del materialismo celebrado en estos tiempos de lujo y consumo conspicuo. No es casualidad que el villano sea un millonario excéntrico, siguiendo el molde de Elon Musk y uno que otro Murdoch.

La película sufre a la hora de establecer un ritmo. Sus casi dos horas de duración se sienten innecesarias. Escenas que serían irresistibles como un pequeño sketch se extienden hasta el cansancio, o se estancan en una nota sin construir nada más sobre ella. Aun así, la química entre los actores es irresistible. Gracias a ellos, “La ciudad perdida” es una sólida distracción.

“La ciudad perdida”
(The Lost City)
Dirección: Aaron Nee, Adam Nee
Duración: 1 hora, 51 minutos
Clasificación: * * (Regular)

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Juan Carlos Ampié

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