16 de abril 2024
El exilio es el tema de la película en la que está trabajando Gloria Carrión, una cineasta que siempre parte de su propia experiencia y que en “Pantasma” narra cómo se vio obligada a abandonar su país, Nicaragua, algo inimaginable cuando rodó su primer largometraje basado en la historia de sus padres, ambos revolucionarios sandinistas.
Los acontecimientos que vivió su país durante los últimos años la convirtieron en “una voz crítica con el sandinismo que viene del sandinismo”, tal como se autodefinió este martes 16 de abril de 2024 en una entrevista con EFE, poco antes de participar en un coloquio en Casa de América en Madrid.
“Espacios de diálogo como éste en Madrid, con diferentes voces, son importantes, mientras esperamos que en un futuro haya un auténtico diálogo que permita a Nicaragua recuperar la democracia”, dijo la realizadora, que se vio obligada a emigrar en 2021 y ahora vive en Italia.
El desgarro del exilio
El exilio es “un desgarro que te provoca una herida profunda porque, no solo abandonas un lugar, dejas también tu infancia, tus recuerdos, tu memoria, el olor del plato que te gusta y el color del atardecer”.
“Todo ese peso lo cargas allá donde vayás”, pero el exilio puede ser también una ventana de esperanza porque, en su opinión, “la salida abrupta de tantas personas puede tener un potencial transformador”.
Gloria Carrión insiste en que ella solo es una más en “el éxodo de centenares de personas” que salieron de Nicaragua después de las protestas de 2018, y aunque el régimen Daniel Ortega “utiliza el exilio como forma de represión”, la cineasta cree que puede volverse en su contra.
La creadora aborda en su próxima película otro tema que la obsesiona, el concepto de enemigo, porque fue “un choque muy fuerte” darse cuenta que ella, que nació en una familia militante, donde los sandinistas era los amigos y los “contras” los enemigos, de repente se convirtió en el enemigo de sus antiguos amigos.
“Es muy interesante y doloroso ver cómo se construyen los enemigos y que hay detrás de esas construcciones, que nunca son azarosas y siempre tienen un objetivo”, reflexiona.
La reconciliación como solución
Este tema ya estaba presente en su primer largometraje, “Heredera del viento”, en el que narraba cómo sus padres se jugaron la vida por la causa revolucionaria, cómo ella vivió una infancia solitaria y como después, con los años, empezó a entender que tenía que soltar lastre y buscar una reconciliación, no solo con sus padres, sino con toda su generación, incluidos los que pelearon del lado contrario.
En la película, que se proyecta este martes en Casa de América, entrevista a sus padres, pero también a los que lucharon contra sus padres, y acaba con una luz de esperanza.
Pero tras el estreno de este film en Nicaragua, en 2018, tuvieron lugar las movilizaciones que provocaron centenares de muertos, detenidos y exiliados.
La segunda película de Gloria Carrión
Este es el tema de la segunda película que se proyecta en Casa de América, “Hojas de K”, un mediometraje que no se pudo estrenar en Nicaragua y cuyo equipo firma con pseudónimo “por motivos de seguridad”.
“Yo quería abrir un diálogo con mi primera película y lo que hubo fue un levantamiento y una represión inesperada —reflexiona—. Ahora veo que se reabrió la herida porque la guerra nicaragüense de los años 80 nunca terminó, sino que continuó por otros medios”.
“La herida es muy antigua —dice Gloria Carrión, que además de cineasta es investigadora social—. Nicaragua es un país históricamente sumido en la violencia, con un legado colonial y un modelo económico explotador que sigue basándose en la discriminación social y racial”.
“Tenemos muchos duelos no resueltos y un cúmulo de dolor que se transmite de generación en generación y que es como capas geológicas, con un peso no nos permite avanzar —reflexiona—. Pero la solución, antes y ahora, sigue siendo la reconciliación”.