5 de mayo 2022
En el Santiago Bernabéu solo existe un padrino: Carlo Ancelotti, y solo un equipo con el carácter del Real Madrid, es capaz de obrar un milagro en casa para remontarle al Manchester City (3-1 partido de vuelta,6-5 global) y clasificarse a la final de la Champions League.
Lo que ha hecho el equipo del técnico italiano es inexplicable. En la eliminatoria dejó en el camino al Paris de Saint Germain, luego al Chelsea y en semifinales al City. Y es que jugar con el cuerpo, corazón y hacer lo que parece imposible no se compra con la chequera, se trae en la sangre, se cree y se lucha para cumplirlo.
“Ha sido un rival muy duro, pero el equipo nunca ha bajado los brazos. Hemos tenido todo: sacrificio, suerte y energía”, expresó Ancelotti, luego del partido.
Con un Madrid sin su mejor versión futbolística y cuando todo parecía consumado luego del gol de Riyad Mahrez que ampliaba la ventaja del City. Ancelotti sacó su última carta, intentar avivar a la plantilla con elementos frescos, un par de suplentes que le dieron un giro al partido y lo llevó el extratiempo.
Allí, en la agonía del encuentro, el recién ingresado, Rodrygo logró cumplir el sueño con un doblete, definidos en un minuto de impacto que embistió a la plantilla de Guardiola.El primer gol, asistido por Benzema y el segundo, un perfecto centro de Carvajal que el joven brasilero concretó para enardecer las gradas en el Bernabéu y extender el duelo.
Benzema no tuvo su mejor noche, sin embargo, nunca dejó de ser un elemento de cuidado. Al final del trayecto reactivó su sentido goleador y le obsequió al Madrid la clasificación desde el punto de penalti, sumando su quinceava anotación en este torneo.
Más allá de un poco de suerte, está reconocer que el club de Ancelotti nunca se rindió, peleó cada minuto y marcó sus goles en los momentos más críticos del partido. Esta presión que sollozaba en los vestuarios del club solo sirvió para que los jugadores afianzaran la creencia que en el Bernabéu todo puede cumplirse. Desde la creatividad de Modric en el medio y los balones alimentados por Casemiro y Carvajal, hasta las intervenciones del portero Courtois y la incisiva defensa de Mendy, dieron al Madrid el empuje que mantuvo inquebrantable el espíritu del club.
“Los jugadores del Madrid lo habían vivido, nosotros no habíamos vivido esto. Estuvimos brillantes en toda la eliminatoria, pero esto va de quién hace más goles»,admitió Guardiola.
El City fue siempre un mejor equipo que su rival, pero le faltó hambre y falló al abrirle los espacios a un Madrid que no perdona si le das una oportunidad por más mínima que sea.
El técnico catalán vivió un déjà vu en el Bernabéu. La última vez que Guardiola jugó en este estadio fue derrotado 1-0 por el Real Madrid en semifinales de la Champions en 2014. Irónicamente, Benzema fue el autor de ese gol y Ancelotti el técnico, sus némesis en esta competición.
Las noches de Champions League como las que se viven en la capital española, le pertenecen a un Real Madrid que nunca dejó de creer en remontarle al Manchester City. Ese ADN madridista que solo los aficionados y jugadores del club pueden entender, pero que se expresa en la partitura de su juego y esa desafiante actitud para conseguir resultados imposibles.
Paris será una fiesta, decía Ernest Hemingway. Real Madrid y Liverpool se verán las caras en una final épica, una batalla táctica entre dos maestros del banquillo, Klopp y Ancelotti, diferentes estilos, pero un solo objetivo: ser el nuevo rey de Europa.
*Este artículo fue publicado originalmente en el blog: Zona de Penal