18 de junio 2022
“Dejé mi trabajo, empeñé mi casa, dejé todo botado, y ahora estoy aquí estancada, buscando justicia y que me devuelvan mi plata estos dos hombres que nos estafaron”, indicó “María”, de 47 años, una de los 65 nicaragüenses —originarios del Caribe— que acusan a los ciudadanos Eduardo José Pérez Munguía y Cleyton Orvin Flores Flowers de haberlos estafado, con dos mil dólares a cada uno, bajo la promesa de llevarlos “legales” y con contrato laboral a Estados Unidos.
“María” laboraba de asistente del hogar en Bluefields, en el Caribe Sur, y se enteró de la “oportunidad” de ir a Estados Unidos, “legal, con visa de trabajo, permiso laboral, y un contrato para trabajar durante dos años en una empresa en Houston, Texas”, por la información que le facilitó una “amiga”.
“Me comentó que estaban reclutando, le pedí el contacto y en marzo me comuniqué con uno de ellos (Cleyton). Me hablaron del trabajo por dos años en una empresa, me explicaron que necesitaba entregar 2000 dólares para los gastos de las gestiones y permisos, y que otros 3000 dólares se pagarían, con 250 dólares semanales, una vez ya estuviéramos laborando allá”, relató “María”.
Agregó que los sujetos, como una forma de presionarla para que entregara rápidamente el dinero, le advirtieron que quedaban pocos cupos para el contrato laboral y, si no se apresuraba, perdería la “oportunidad”.
“Me apuré, empeñé mi casa, y deposité los 2000 dólares que pedían el 14 de marzo”; recordó.
Comienzan excusas
Señaló que, posterior al depósito, los sujetos precisaron fechas en las que supuestamente partirían rumbo a Estados Unidos, pero en todas empezaron a fallar y darles excusas que los pusieron en alerta.
“Empezaron a dar excusas, primero dijeron que por Semana Santa no se pudo hacer el viaje, luego que la embajada de Estados Unidos en El Salvador no estaba abierta, porque ahí estaban haciéndose los trámites, supuestamente; después que se le accidentó un hijo a Eduardo, quien se presentaba como el abogado que haría la gestión. Hasta que dieron la nueva fecha, el 6 de junio, pero tampoco cumplieron”, apuntó.
Otra de las víctimas es “Adrián”, de 32 años, un ejecutivo de ventas que laboraba en una empresa privada en Bluefields. El hombre explicó que él contactó a los sujetos a inicios de mayo pasado y el modo de operar de estos fue el mismo.
“Me dijeron que ya solo quedaban dos cupos, que si no me apuraba lo iba a perder. Me puse las pilas a conseguir un préstamo y les deposité el dinero. Yo no conocía a las otras personas a las que les había dicho lo mismo”, detalló.
“Adrián” conoció también del reclutamiento a través de una “amiga”, que sabía que él en abril pasado intentó irse del país de forma irregular.
“Yo estaba interesado en irme para los Estados Unidos a trabajar. Me iba a ir de ilegal, pero llegué hasta Managua y ahí no más me regresé, no me quise ir, eso fue después de Semana Santa. A inicios de mayo me contactó una amiga y me dijo que había una persona que estaba reclutando gente para trabajar fuera, le dije que me consiguiera el número del reclutador y hablé con Cleyton, el comerciante de Corn Island”, relató.
“Adrián” se endeudó en una microfinanciera para entregar los 2000 dólares y renunció a su empleo quince días antes del 6 de junio, fecha que los sujetos prometieron saldría el viaje.
Entre las 65 personas, según “Adrián”, hay contadores, administradores, ingenieros, comerciantes, asistentes del hogar y campesinos.
“Todos caímos. Nos vendieron una ilusión y si te la hacen bien estructurada, como la hicieron, presentando papeles, contratos y todo, van ganando puntos, y cuando nos dimos cuenta pues ya era tarde”, lamentó.
Detención de los estafadores
El grupo se enteró de la estafa hasta el 6 de junio pasado. Pérez Munguía y Flores Flowers citaron ese día a las 65 personas en las afueras del Complejo Nacional de Salud “Conchita Palacios”, donde supuestamente se harían la prueba del covid-19 y después partirían rumbo a El Salvador, y luego a Estados Unidos. Sin embargo, nunca llegó a la cita y fingió – según los denunciantes– un “preinfarto”.
“Eduardo nos cita a las siete de la mañana en el Conchita, se dan las ocho y no llega. Mandó un mensaje, que lo disculpáramos, que se le había pegado la cobija, pero que iba a llegar, pero nada. La cosa es que se dieron las diez de la mañana y Cleyton manda un mensaje y dice que el doctor tuvo un preinfarto y que estaba internado en el Hospital Bautista, que si no creíamos que fuéramos a ver”, recordó “Adrián”.
Explicó que como grupo se fueron hasta el Hospital Bautista y corroboraron que “no había nadie”. Seguidamente, pusieron localización a la llamada con uno de los sujetos y supieron que Eduardo estaba en una vivienda, con apariencia de “clínica”, pero sospecharon que todo era una farsa y buscaba “fugarse”.
“Llamamos a la patrulla, dos ambulancias llegaron a intentar llevárselo, pero no lo permitimos. Luego, llegó un familiar de Eduardo en un carro a llevárselo y un grupo se fue detrás, otro se subió en el carro en el que lo llevaban, y nos quedamos afuera del hospital para que no intentara escaparse. Al otro (Cleyton) lo metimos en su casa, ubicada en Las Delicias, y ahí lo tuvimos para que no se escapara, pasaron dos días y el martes de la semana pasada fuimos a poner la denuncia”, detalló el ciudadano.
El 15 de junio, la Policía Nacional informó que ambos sujetos fueron detenidos y que recibió la denuncia de una ciudadana identificada con iniciales M.K.P.C., de 38 años, por el delito de estafa.
Según el informe policial, la víctima entregó a los sujetos la cantidad de “22 400 dólares estadounidenses para realizar gestiones migratorias, cédula de residencia y permisos de trabajo en los Estados Unidos de Norteamérica”.
Víctimas lamentan “lentitud” en investigación
A juicio de “Adrián”, el proceso de investigación policial ha sido “lento”, ya que hasta el pasado jueves 16 de junio, casi una semana después de la denuncia, solo habían tomado tres declaraciones.
“María” aseguró que es una de las personas que ya logró interponer la formal denuncia y dar su declaración, pero, explicó, que “muchos no han podido declarar porque va todo lento”.
“Algunos pusieron la denuncia y al ver que no les tomaban la declaración se regresaron, porque también tienen que buscar como volver a sus trabajos, porque muchos renunciaron y todavía quedaron con deudas”, comentó.
“Adrián” subrayó que entregaron a la Policía todas las pruebas que demuestran la estafa cometida por ambos sujetos. “Les dimos audios, videos, fotos, prácticamente todas las evidencias, le facilitamos el trabajo a los investigadores, recibos de transferencias bancarias, facturas membretadas de la distribuidora de mariscos que tiene Cleyton, que uso para entregar esos recibos a los que le daban los 2000 dólares en efectivo, en fin, de todo para que este proceso sea rápido”, indicó.
“María” y “Adrián” confían que la justicia condene el delito de estafa que cometieron ambos sujetos, y que las víctimas podrán recuperar el dinero que entregaron.
Un abogado consultado por CONFIDENCIAL explicó que el delito de estafa, según el Código Penal de Nicaragua, se castiga con entre dos y cuatro años de cárcel. Y, en caso de denuncias múltiples, se debe tener en cuenta si fue en un mismo acto; fechas y circunstancias.
“Si estafan a uno, después a otro y después a otro, etcétera, y las fechas de las estafas son distintas, entonces, pueden sentenciarlos por cada uno”, indicó el letrado.
Agregó que los jueces a cargo de esos casos, que por lo general son de ejecución y vigilancia penitenciaria, “deben de decretar que cada pena se cumpla de forma consecutiva”.
Embajada de EE. UU. en Nicaragua alerta sobre estafas
La Embajada de Estados Unidos en Nicaragua, a través de sus redes sociales, en los últimos dos meses, publicó dos alertas en las que advirtió que se tenga “cuidado con los estafadores de visa”.
“La unidad de prevención de fraude ha visto un incremento en los reportes de ciudadanos que manifiestan haber sido blanco de esquemas de fraude relacionados en su mayoría a solicitudes de visas de trabajo o residencia permanente”, indicó la embajada en una publicación del 6 de junio.
Añadió que “otras personas reportan haber pagado grandes cantidades de dinero por formularios de solicitudes de visa y formularios de pasaporte estadounidense”.
Además, recordó que “la sección consular no cuenta con agencias autorizadas para brindar asesoría ni agilizar trámites pendientes” y que personas autodenominadas como “gestores” “no tienen ninguna función en el proceso de revisión o adjudicación de visas”.