2 de febrero 2019
Después de haber sido apartada de su cargo y permanecer bajo perfil desde septiembre de 2016, la exministra de Gobernación, Ana Isabel Morales, reapareció dirigiendo una reunión de militantes de la dictadura Ortega-Murillo. En un video que circula en las redes sociales se escucha a la exfuncionaria afirmar que el aparato de inteligencia del Ejército de Nicaragua está trabajando en los barrios para identificar a los “opositores” al gobierno.
En el video, Morales hace una disertación política a los militantes sobre la situación en Venezuela, donde el gobierno chavista está en una situación límite debido al reconocimiento internacional de los países de la región, en especial Estados Unidos, al gobierno de transición de Juan Guaidó. La ex de Gobernación asegura que existe el riesgo de una inminente intervención militar en Venezuela, y bajo esa premisa alerta a los militantes sandinistas de estar atentos a algo similar para Nicaragua.
“Vemos como a Venezuela se le han cerrado los espacios diplomáticos y nosotros vamos por ese mismo camino. Nos están haciendo lo mismo la OEA, la Unión Europea… todo está articulado para caerle a Venezuela y nosotros no estamos aislados de eso”, sostuvo Morales.
La papa caliente está en la cancha del Ejército de Nicaragua. Antes dijeron que eran "neutrales" pero hoy circula un video de una exfuncionaria del Frente Sandinista en el que admite que la Fuerza Militar realiza trabajo de inteligencia en el "territorio". pic.twitter.com/Tv2t7hXbq6
— Maynor Salazar (@Maynorsalaz) 2 de febrero de 2019
La ex de Gobernación recomendó a los militantes a estar “alertas” de la “derecha” que “anda una campaña, excitadísimos, como en Venezuela, porque creen que después de Venezuela van contra nosotros”. Según Morales, ciudadanos azul y blanco —a quienes identifica como “opositores”— andan en los barrios tomando fotos, “chequeando sandinistas, chequeando casas, chequeando movimientos”.
“Nosotros ya sabemos cómo es eso, cómo es ese juego… entonces los viejos tenemos que enseñarle a los más jóvenes el contrachequeo y la vigilancia; apoyar a los compañeros de la inteligencia policial y de la inteligencia del Ejército que está trabajando en el territorio”, sostuvo Morales.
Las declaraciones de la ex de Gobernación contradicen la postura de la comandancia del Ejército. El alto mando militar ha asegurado que se ha mantenido al margen de la crisis sociopolítica iniciada en abril de 2018, pese a que no ha desarmado a los paramilitares de la dictadura como lo ordena la Constitución Política. Estas revelaciones de Morales señalan a la inteligencia militar de estar involucrada en el estado policíaco impuesto por la dictadura Ortega-Murillo.
CONFIDENCIAL intentó comunicarse con la vocería del Ejército para preguntarle sobre estas declaraciones, pero no respondieron nuestras llamadas. La comandancia castrense ha rechazado las críticas sobre su involucramiento en la crisis bajo el argumento de que se tratan de “campañas calumniosas”.
El experto en seguridad Roberto Cajina cree que las declaraciones de Morales podrían tratarse de “un libretazo” para “oxigenar” a las bases sandinistas con el argumento del apoyo del Ejército. Cajina señaló el aislamiento nacional e internacional de la dictadura.
“Pero pensando en segunda instancia, si esa afirmación es cierta, es sumamente peligrosa para la sociedad y el Ejército mismo. Si se demuestra que la inteligencia está trabajando para recoger información y apoyar al régimen, estaría violando sus propias leyes y la Constitución. Eso se llama espionaje político”, aseguró Cajina.
El experto en seguridad dijo que el Ejército está obligado a desmentir o afirmar las declaraciones de Morales. “Es peligroso para el Ejército porque podría ser sancionado por Estados Unidos y poner en riesgo los fondos de retiro que están en la bolsa de valores en Estados Unidos”, aseguró Cajina.
Morales fue apartada de forma misteriosa de sus funciones como ministra de Gobernación en octubre de 2016. El diputado Jaime Morales Carazo, tío de la exfuncionaria, aseguró en ese entonces que el retiro debía a causas de salud. “Ella pasó un mes hospitalizada en México por un problema en el corazón”, indicó el legislador a CONFIDENCIAL ese año. A lo mejor por razones de salud” los médicos le orientaron a la ministra que “dejara de estar ejerciendo cualquier actividad”, sugirió. Sin embargo, luego se conoció que Morales fue separada del puesto por una decisión de la vicepresidenta Rosario Murillo.