10 de octubre 2022
La Unión Europea declaró este lunes 10 de octubre “non grata” a la jefe de la misión de Nicaragua en aquella comunidad de países, Zoila Yanira Müller Goff, confirmó un comunicado oficial.
Müller Goff fue nombrada en el cargo por el régimen de Daniel Ortega en junio de 2022, según el acuerdo presidencial 92-2022, en que la designan como representante la UE y la Comunidad Europea de la Energía Atómica.
La medida fue tomada en Bruselas como una respuesta recíproca a la decisión de las autoridades nicaragüenses de expulsar a la embajadora de la UE en Nicaragua, Bettina Muscheidt, quien fue declarada "non grata" el 28 de septiembre pasado y debió dejar el país el sábado primero de octubre bajo acusaciones de injerencismo.
La decisión fue tomada a instancia del alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y de Seguridad, Josep Borrell, quien ya había calificado como “acciones hostiles” la expulsión de la diplomática y la ruptura de relaciones diplomáticas de Nicaragua con Holanda.
“La UE considera injustificada la decisión de Nicaragua”, aseguró el pronunciamiento divulgado por el portavoz de Borrell, el señor Pedro Stano, en que reafirmaron el compromiso de la Unión con el pueblo nicaragüense y la defensa de la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos.
La ruptura de relaciones diplomáticas con Holanda fue anunciada por Ortega en un acto público, en que aseguró que el Reino de los Países Bajos le comunicó que no continuaría financiado un hospital en el Caribe nicaragüense.
Lo que Ortega omitió en discurso fue que la decisión de los holandeses de dar por terminado el financiamiento del hospital se dio por el deterioro de las estructuras democráticas del país y las violaciones de derechos humanos, lo que ya había provocado la suspensión del mismo en 2018.
Hace cuatro años, el régimen respondió con una brutal represión a miles de ciudadanos que salieron a las calles a protestar por una reforma fallida a la Seguridad Social. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al menos 355 personas fallecieron y más de 2000 resultaron heridas.
En la actualidad, hay más de 205 presos políticos y los nicaragüenses tienen conculcados el derecho a manifestación tras la imposición desde 2018 de un estado de facto policial, que impide la realización de protestas y de reuniones que las autoridades puedan considerar atentan contra la seguridad del país.
Frente a los cuestionamientos de la comunidad internacional, Ortega ha respondido con insultos y descalificaciones. La misma semana de la expulsión de la embajadora de la UE en Managua, la ruptura de relaciones diplomáticas con Holanda, también atacó al embajador Hugo F. Rodríguez, ratificado por el Senado de Estados Unidos, y lo declaró públicamente “non grato” en una escalada de Ortega contra la comunidad internacional.
Según la nota de prensa de la UE, la actual crisis política en Nicaragua debe resolverse a través de un diálogo genuino entre el Gobierno y la oposición. La UE permanece abierta al diálogo con Nicaragua, “siempre que se lleve a cabo de manera respetuosa”.
Además de los ataques a la UE y Estados Unidos, Ortega insultó al presidente de Chile, Gabriel Boric, por pedir la libertad de los presos políticos, y lo mismo hizo con el subsecretario para el hemisferio occidental, Brian Nichols. Al primero lo llamó “perro faldero” y al segundo “bulldog” durante el acto del 43 aniversario de la Policía en Managua.