15 de febrero 2018
En 2017 el turismo se proyectó como uno de los sectores más dinámicos de la economía nacional y alcanzó cifras record: ingresos por 733 millones de dólares con un crecimiento superior al 14%, mientras que el flujo de turistas aumentó en 18.8% para alcanzar un millón setecientos ochenta y siete mil viajeros.
Sin embargo, el consumo per cápita de los turistas, 45 dólares diarios, sigue siendo de los más bajos de la región y el país exhibe un considerable déficit en infraestuctura hotelera.
Para crecer más rápidamente, es imprescindible atraer nuevas inversiones de las grandes cadenas hoteleras a cualquiera de los destinos turísticos más importantes del país –sea San Juan del Sur o Tola; las ciudades coloniales de León y Granada; Ometepe o la Costa Caribe- consideran Lucy Valenti, presidenta de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), y de Raúl Calvet, presidente de Calvet & Asociados.
Calvet recuerda que fuera de Managua solo existe una inversión de una gran cadena hotelera, Barceló Montelimar, realizada hace más de dos décadas, “Montelimar fue la última gran inversión de playa, y necesitamos inversiones de ese tipo, con hoteles de marca internacional que tengan capacidad de distribución, capacidad de inversión, y sobre todo, de aguantar el tiempo de respuesta del mercado”, que puede ser de siete a ocho años, según el empresario.
Calvet identifica tres ejes fundamentales para atraer nuevas inversiones: “Uno, que el inversionista considere que hay posibilidades de rentabilidad en su inversión. Que logrará un buen retorno, con todo lo que eso implica. Segundo, que haya estabilidad y seguridad en el entorno donde hace la inversión, y tercero, que haya suficiente infraestructura para poder desarrollarse”, detalló Calvet.
Mientras tanto Valenti y Calvet destacaron el impacto que han tenido “productos nuevos como Nekupe, Calala, Jícaro, Morgan, Múkul, La Santa María, que se esfuerzan para promoverse a nivel internacional”, proyectando la nueva imagen de Nicaragua como destino turístico.
Sin embargo, Calvet advirtió que “poner el desarrollo del turismo en manos de la pequeña y la mediana empresa es muy romántico, porque no tienen capacidad para soportar el peso de la inversión que significa sacar un destino a nivel internacional”.
Una estrategia de país
Los ingresos por turismo se acercarán más rápido a la cifra de los mil millones de dólares anuales, en la medida en que todos –gobierno, sector privado y ciudadanos- entiendan que el turismo debe ser prioridad nacional.
Ese entendimiento debería poder materializarse en la creación de una estrategia nacional de turismo que trascienda los gobiernos y se convierta en una política de Estado que garantice las inversiones necesarias en promoción, educación e infraestructura, pero también, que resuelva con prontitud los litigios que suelen atormentar a los inversionistas.
La buena noticia es que gobierno y sector privado conformaron una comisión para dar forma a una estrategia, y se espera que el documento esté listo quizás en junio o julio.
“Sin esa priorización es muy difícil que logremos alcanzar en un corto o mediano plazo, los objetivos que nos planteemos como país. Yo siento que esa prioridad ya está dada”, dijo Valenti, al recordar las palabras del presidente del consejo directivo del Banco Central, Ovidio Reyes, reconociendo la importancia de esa actividad económica.
“Las estrategias nacionales que se desarrollaron a lo largo de los últimos 20 años, quizás adolecían de ese problema: eran estrategias específicas para el sector turístico, cuando la realidad -y recién ahora ya se está entendiendo- es que el turismo es una actividad totalmente integral”, explica Calvet.
La mejor ley de incentivos será ineficiente si de paso, no hay una mejora en los aeropuertos para que Migración y Aduana no atrasen a un turista más de lo necesario; si los ciudadanos no entienden que un país limpio se ‘vende’ mejor; si la justicia no es capaz de hacer valer los derechos de los inversionistas, y el país entero se aviene a tratar mejor a los extranjeros.
La creación de una comisión entre empresarios privados y funcionarios del Instituto de Turismo (Intur) para abordar varias líneas estratégicas (promoción, mercadeo, conectividad, inversiones, seguridad, políticas, entre otras), tiene muy entusiasmado al sector.
Valenti refirió que espera esperan tener una propuesta para mediados de este año, pensando en que sea una estrategia de mediano plazo, con un enfoque a resultados de corto plazo, medidos por planes específicos. “Lo bueno de esta estrategia es que está tocando áreas que en las estrategias anteriores no se veían, y que son importantes para complementar el desarrollo del producto”, explicó Calvet.
Derechos de propiedad en las costas
Hablando estrictamente de los conflictos surgidos en los municipios turísticos del Pacífico Sur, el empresario refiere que la única alcaldía en la que aún hay problemas es la de San Juan del Sur. “En Tola no tenemos ningún problema. Los problemas que hubo en Tola se fueron solucionando, y actualmente ya no hay ninguno”.
Por el contrario “en San Juan del Sur quedan algunos casos, y la última información que tenemos es que se está caminando hacia una solución. Ha tomado más tiempo del que nosotros querríamos, pero son cosas que el sector privado no puede resolver por sí mismo”, admitió.
Ese tipo de problemas impidió que se ejecutaran proyectos en Playa Yanqui y en El Remanso, que estaban listos para arrancar, y echó a perder la venta de Las Delicias. “Estamos acostumbrados desde que arrancamos en 1990, a que siempre hay problemitas en Nicaragua que deberíamos ir resolviendo. Quizás deberíamos resolverlos más rápido”, reflexionó.
Que vengan más, que se queden más, que gasten más
Para crecer más, hace falta que vengan más turistas, que se queden más tiempo en el país, (en este momento, se quedan un promedio de diez días), y que gasten más de los 45 dólares diarios que gastan de media. En general, en esos renglones estamos “por debajo de Costa Rica y de Panamá, pero mejor que El Salvador”, dijo Calvet.
Valenti explicó que “en el tiempo de permanencia no estamos tan diferente al resto de Centroamérica, pero en el gasto promedio definitivamente sí somos los más bajos”. Por ello destacó un estudio que hizo la Cámara en conjunto con la Universidad Americana (UAM), sobre la importancia que tienen los touroperadores en el turismo en Nicaragua.
El estudio, en el que participó 65% del total de touroperadores, muestra que los viajeros que llegan al país por medio de un touroperador gastan 140 dólares, “lo que indica la importancia de que el turista viaje de forma organizada, comprando excursiones y otras actividades, versus el que generalmente viene a Nicaragua, casi siempre por cuenta propia, que prácticamente no gasta mucho en ese tipo de actividades”, detalló.
Considerando que Nicaragua está en la lista de los diez países del mundo que más han crecido en cuanto a llegadas, (casi 19%, según datos de la Organización Mundial de Turismo), Valenti calcula que, si se mantiene ese ritmo, cerraremos el año sobrepasando los 800 millones de dólares por concepto de turismo, y más de 1.9 millones de turistas.
Una opción para que crezcan los ingresos es posicionar más al país como un destino para pensionados y retirados, considerando que se trata de un grupo cada vez más numeroso, que vive más tiempo, que quiere disfrutar de mayores niveles de calidad de vida, y tiene más recursos económicos para pagar por ello, en especial, en un destino como Nicaragua, que está a menos de cuatro horas en avión de la mayor parte del territorio estadounidense.
Infraestructura para cruceros
En 1999 llegaron 46,000 pasajeros de cruceros al país, mientras Honduras no recibía ni uno solo. Casi dos décadas después, la vecina del norte recibe alrededor de un millón de ‘cruceristas’, mientras a Nicaragua llegan entre 50,000 a 56,000 personas. En el mejor de los casos, eso implica un crecimiento acumulado de 21.7%, y de 1.3 puntos porcentuales al año.
“Si analizamos el desarrollo turístico de Nicaragua en el contexto de la región, nos damos cuenta cómo nos han ido tomando la delantera”, dijo el empresario inmobiliario Raúl Calvet, explicando que si Honduras creció de forma tan desmesurada, es porque “entendieron que la clave estaba en la infraestructura”.