24 de octubre 2019
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El decálogo que presentó la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que plantea una base para un gran acuerdo político nacional, es un “programa sustancial” que pretende contribuir al “debate y consenso” para consolidar una propuesta conjunta de la oposición en Nicaragua, afirma Azahálea Solís, miembro del consejo ejecutivo de la Alianza., quien considera que la propuesta “recoge las demandas expuestas desde hace más de doce años por los distintos sectores sociales del país y las hechas en los últimos 18 meses relacionadas a la exigencia de un verdadero Estado”.
“Sería suicida y absurdo para la Alianza y el sector azul y blanco ir a una elección. (Para participar) Ortega no puede tener el control del sistema electoral. Este tiene que ser un sistema electoral que nos genere confianza. Creo que en Nicaragua la mayoría estamos convencidos que no es posible ir a elecciones con la situación tal y como está. Tenemos elementos convincentes para los organismos internacionales para decirles que no podemos aceptar cualquier reforma electoral”, refirió Solís.
En septiembre pasado, la Unidad Nacional Azul y Blanco, y el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), también presentaron sus propuestas de nación en busca de una gran coalición opositora. Al respecto Solís aclaró que la propuesta de la Alianza y de los demás grupos no son indistintas y que se encarrilan en los mismos temas.
“Si agarramos los 15 puntos del Cosep, los 20 de la UNAB, y el decálogo de la Alianza Cívica, vamos a ver que no hay grandes diferencias, podrán existir algunos matrices. Por ejemplo, el tema económico lo toca mejor en algunos aspectos el Cosep”, declaró Solís, quien agregó que en las próximas semanas estarán entregando una propuesta única del sector azul y blanco basadas en un consenso.
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Solís se refirió a las críticas generadas en redes sociales por los ciudadanos nicaragüenses, quienes han comentado que no tiene sentido hacer propuestas de reforma electoral si la dictadura no tiene voluntad política para ceder. Sobre este expresó que lo que busca la oposición es preparar el camino para el momento en que exista esa posibilidad y que por eso han dicho, una y otra vez, que para aceptar una reforma electoral deben existir condiciones de cumplimiento de acuerdos.
“Frente a esto estamos hablando de unificar la propuesta de reforma electoral, propuesta de nación que debemos hacer y los requisitos elementales que debe contener una coalición opositora realmente creíble”, insistió.
Solís argumentó que las propuestas de la Alianza, la UNAB, el Cosep y el Grupo Promotor de las reformas electorales, son sustantivas y que no están dispuestos a participar en unas elecciones si el sistema no sufre una transformación.
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El rol de los partidos políticos
Esta semana, el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) presentó una carta en la que ratifica el deseo de pertenecer a la gran coalición opositora que se gesta desde la Alianza y la Unidad Nacional. Sobre el rol que tendrán los partidos políticos, que tienen personería, y los que fueron excluidos por el Consejo Supremo Electoral, Solís expresó que se necesitan de todas las fuerzas políticas y económicas para hacerle frente a la dictadura. Sin embargo, el tema de la inclusión de los partidos será un tema central de conversación entre la Alianza y la UNAB.
“No se debe hacer exclusiones, en las marchas nadie se preguntaba de dónde era ni quién era, simplemente asumimos un compromiso patriótico azul y blanco y eso debe prevalecer sin ninguna retórica. Debemos tener un debate un a profundidad del papel de los partidos políticos, la necesidad de los partidos y el tema de las alianzas”, expresó Solís, quien consideró que el tema de las alianzas es delicado, pues históricamente quien es dueño de la casilla en un proceso electoral al final termina imponiendo todo y no “es posible ir a elecciones bajo este tipo de condiciones en las que ya la democracia va devaluada.
La semana pasada, en un evento empresarial, el exembajador de Estados Unidos en Nicaragua, Arturo Cruz, expuso la opción de utilizar el vehículo electoral que el partido Ciudadanos por la Libertad ofrece ante un posible escenario de elecciones nacionales.
La oposición tiene un vehículo electoral confiable, dijo Cruz aludiendo al partido Ciudadanos por la Libertad, que cuenta con una personería jurídica registrada, “alrededor del cual se puede conformar la UNO del futuro. Esta puede ser la opción para el setenta por ciento de los nicaragüenses que no tienen preferencia ni de partido ni de candidato, y que están deseosos de salir del orteguismo”, dijo.
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Solís insistió en que en una alianza todos los que la conforman deben estar al mismo nivel y que no puede existir un dueño de casilla que imponga todo, pues esto sería incorrecto y no estaría distante de los pactos de cúpulas que antes se han hecho. “Es fundamental que la coalición tenga su propio nombre y reglas democráticas entre los aliados”, afirmó.
La dirigente feminista aclaró que la elección de los candidatos por esa alianza opositora, que está conformándose, todavía no está definido.
“Se hablaba varios métodos. El de encuestas, primarias abiertas, primarias cerradas. Pero hay distintos métodos para hacerlo y se están valorando los pro y contras y las condiciones que tendríamos para elegir a uno u otro. Lo que sí es que no puede ser una elección no electiva, o sea, como ha sido en el pasado, sino que debe ser electa por este proceso democrático que ha sido abierto y ha estallado el 18 de abril del año pasado”, manifestó.
Solís concluyó que, analizando la crisis en Chile donde los ciudadanos protestan por desigualdades sociales, se les hizo una advertencia en el que deben revisar el tema respecto a la relación de integración real de las comunidades étnicas y afrodescendientes, que no están colocadas correctamente en las propuestas de todos los grupos.
“Simplemente se dice autonomía regional, y el tema de autonomía regional conviene desarrollarlo y el tema de justicia social, porque no podemos crecer mientras crece la desigualdad”, finalizó Solís.
