28 de septiembre 2017
Desde hace semanas en la Alcaldía de Matagalpa los parlantes suenan casi a máxima potencia por las mañanas. Las canciones del Frente Sandinista se alternan con reguetón. Aunque su nombre no suena en el repertorio, los transeúntes y vecinos de la sede edilicia saben que la estridencia celebra la tercera candidatura consecutiva de Sadrach Zeledón Rocha como alcalde de Matagalpa.
Cuando la faena musical inicia, la mañana ya se ha desperezado en las empinadas calles de esta ciudad: En cada esquina las ventas de frutas ofrecen jocotes colosales, mangos y mamones chinos. Los comercios despachan sus primeras ventas del día, los estacionamientos están repletos, y en las oficinas de catastro y pago de impuestos de la alcaldía ya hay filas. Es la imagen de una cabecera departamental próspera: La Matagalpa productora y comercial. A nadie parece importarle la música, que en momentos resulta ensordecedora. El edil Zeledón despacha en el primer piso del edificio municipal. En esta oficina las canciones no se escuchan con tanta potencia. Cuatro sillas vacías, dos escritorios y un cuadro del comandante Daniel Ortega están en la antesala de su oficina, donde su secretaria informa que “el alcalde no está”.
Desde que Sadrach Zeledón Rocha funge como secretario político departamental del Frente Sandinista en Matagalpa, encontrarlo en la Alcaldía es ahora una cuestión de coincidencia o suerte. No tiene horario fijo de llegada o salida. Las cuatro sillas vacías en su despacho son vestigios de una práctica perdida por el edil: Atender los miércoles por la mañana de forma personal a cuanto matagalpino llegara al despacho a presentarle solicitudes o pedirle ayuda. El alcalde “cercano y abierto” a la población es un recuerdo que data del año 2001, cuando asumió por primera vez el cargo. Las múltiples atribuciones como secretario político y “hombre de confianza” de la pareja presidencial Ortega-Murillo en la zona, lo han vuelto un funcionario escurridizo, y que apenas deja verse en su municipalidad.
Entre sus varios sombreros, Zeledón Rocha es presidente de la Asociación de Municipios (AMUNIC), y miembro del Consejo de Gobiernos Locales. Este último es el órgano que cada semana baja orientaciones presidenciales y pide rendición de cuentas a los demás ediles sandinistas. Dada sus tantas tareas partidarias, en Matagalpa le han adjudicado el mote de “el alcalde mayor”.
“Sadrach es un alcalde que trabaja para todos los municipios. Tiene el control de lo que pasa en San Ramón, en Rancho Grande, Matiguas, Río Blanco”, refiere Gerardo Molinares, exmilitante sandinista y reconocido teatrista matagalpino. “Él ha ido cambiando, pero creo que es más por la función que desde el Gobierno central se le ha venido asignando”.
A Zeledón Rocha lo han visto dirigiendo contra marchas sandinistas en Rancho Grande, donde la población se opone a la minería. De Zeledón Rocha dicen que “es el hombre” del partido sandinista en el departamento. La figura de poder de Zeledón Rocha tomó auge definitivo a partir de 2008.
La tercerea reelección del alcalde Sadrach Zeledón
Después de su primer periodo como alcalde 2001-2004, ‘Sadrach’ (así lo llaman con sobrada confianza en las calles de Matagalpa) no pudo competir en las elecciones municipales siguientes. La ley prohibía la reelección continua, tanto a alcaldes como al presidente de la República. Como su gestión fue bien valorada, volvió como candidato del Frente Sandinista en el año 2008 con gran popularidad. Tanto militantes sandinistas, críticos a su gestión y ciudadanos en general coincidieron en que ha “impulsado el progreso” en Matagalpa, con énfasis en el desarrollo de infraestructura: caminos y viviendas.
Al siguiente año, en 2009, Zeledón Rocha firmó junto al comandante Daniel Ortega el recurso de amparo contra el candado constitucional que inhabilitaba la reelección. Desde entonces acumula trece años gobernando, y el Frente Sandinista lo ha designado para los comicios municipales de 2017 como candidato por tercera vez consecutiva. De ganar en noviembre próximo, sumaría dieciocho años de mandato.
“Sadrach ha sido tres alcaldes diferentes en tres periodos diferentes”, valora el sociólogo Alfredo Ocampo. El del primer periodo es el edil “cercano y abierto”, insiste Ocampo, quien trabajó en la administración de Zeledón. En ese tiempo el comandante Daniel Ortega no había vuelto a la Presidencia. Zeledón operaba con total autonomía. María Auxiliadora Romero Cruz, fundadora del Movimiento Comunal de Matagalpa, también da cuenta de ello. Su organización nació a finales de la década de los años setenta, durante la insurrección armada que derrocó a la dinastía Somocista. Durante la Revolución Sandinista colaboraron con instituciones y administraciones locales en temas de salud, saneamiento y educación, líneas de trabajo que mantienen en la actualidad. La llegada de Zeledón a la alcaldía reforzó aún más los lazos de trabajo que el Movimiento Comunal mantenía con las administraciones anteriores, que “eran gobernadas por liberales”.
Romero Cruz toma tiempo para aclarar ese contexto: Desde 2008 en adelante, cuando el gobierno del comandante Ortega comenzó a derribar la autonomía municipal, el Movimiento Comunal no pudo seguir asistiendo a los cabildos (porque los anularon en Matagalpa), fiscalizar los presupuestos ni influir en las políticas públicas municipales. Toda la colaboración con el alcalde Zeledón fue quebrada. Las comisiones de mujer, niñez y medio ambiente en las cuales este organismo no gubernamental tenía incidencia ya no funcionan… o al menos, dice Romero Cruz, “está centralizado”.
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“En los primeros gobiernos municipales administrados por el Frente Sandinista en Matagalpa, había bastante apertura. Fueron formalizados los planes de desarrollo municipal y departamental, en los cuales las organizaciones de la sociedad civil éramos parte. Pero todo ha cambiado”, lamenta Romero Cruz.
Un ejemplo de la centralización del poder en Matagalpa lo ofrecen los rótulos que anuncian las obras en distintos barrios de la ciudad. Los que fueron instalados antes de 2006 —y que continúan en pie— rezan “Sadrach Alcalde”. Los recientes atribuyen las obras al Gobierno nacional del comandante Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo.
Este nuevo estilo de gobierno, que es repetido en las 140 alcaldías gobernadas por el Frente Sandinista, ha disuelto la imagen del ‘Sadrach’ “abierto y cercano”. “La gente está desde las cuatro de la mañana haciendo posta en su casa para hablar con él, porque ya esa cercanía en la alcaldía se ha perdido. Y es algo evidente”, afirma el sociólogo Ocampo.
“Ser secretario político le ha quitado la visibilidad y la cercanía con la ciudadanía, porque, queramos o no, estos papeles tienen dos fines diferentes. Esas dos cosas que le han impedido estar más cerca de Matagalpa municipio”, valora Ocampo.
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Opiniones favorables para alcalde de Matagalpa
En las calles del centro urbano de Matagalpa las opiniones son favorables para Zeledón Rocha. Ya sea militante sandinista o no, hay consenso en que el “ingeniero Sadrach” ha compuesto, creado caminos y levantado viviendas.
La simpatía de Zeledón Rocha es más fuerte entre los militantes sandinistas. Incluso, disidentes del partido como el exmiembro de la Juventud Sandinista Bayardo Siles, reconocen que el alcalde “es carismático”. “Cuando estaba en la Alcaldía recuerdo que llamaba a cada quien por su nombre. Es una persona bien asesorada y sabe quién sos y qué papel desempeñas”, recuerda Siles.
Zeledón Rocha es un viejo militante sandinista. Durante la década de los ochenta fue delegado del extinto Ministerio de Comercio Interior (Micoin), que en aquel entonces estaba encargado de administrar el racionamiento. En la revolución el alcalde ejerció el poder como una especie de gobernador departamental, algo que ahora simula con el rango de secretario político. En las filas partidarias ha consolidado su liderazgo, y varios militantes y exmiembros del partido consultados por CONFIDENCIAL aseguraron que en Matagalpa nada “se mueve” sin su autorización.
En Matagalpa no existe descontento por la designación de Zeledón Rocha como sucede en otros municipios y departamentos del país. El hecho de que tampoco fueron realizadas encuestas para que la militancia lo ratificara, tal cual mandató el Congreso Sandinista Nacional, no crispó a los bases. Al contrario, el militante Ramón Ruíz Pineda admite con naturalidad que “esa fue una decisión de la dirigencia nacional del partido”.
No hay objeciones a que Zeledón Rocha se reelija por tercera vez consecutiva, como ya lo hizo a nivel nacional el comandante Daniel Ortega. Aunque el teatrista considera que la repetición “corrompe” y acarrea “vicios, nepotismo y favoritismo”, para el militante promedio resulta un reconocimiento a la “eficiente gestión” del edil.
“Es un alcalde buenísimo que no lo podemos cambiar. Mientras lo siga haciendo bien, no tenemos por qué cambiarlo”, dice María del Socorro Herrera, madre de héroes y mártires sandinistas.
Luis González, un productor que se declara sin preferencia por un partido político, tiene una encrucijada al momento de valorar la gestión y la continuidad de Zeledón Rocha. Por un lado están las obras. “Le ha hecho capricho con el progreso”, dice. Sin embargo, en su opinión “deberían de darle oportunidad a otros, para ver qué hacen. Ya es demasiado el mismo”.
La tarde que cae es menos bulliciosa en la sede de la alcaldía de Matagalpa. Los últimos rayos de sol mueren en la fachada del edificio municipal. Martha Flores sale del recinto y, aunque no ha visto al alcalde Zeledón Rocha desde hace meses, agradece el adoquinado que acabó con la trocha en su comunidad El Limito.