24 de enero 2019
El régimen orteguista llenó de policías y antimotines las rotondas y principales avenidas de Managua ante el temor de que los ciudadanos aprovechen la presencia de una delegación del Parlamento Europeo, para mostrar su repudio contra la dictadura. La misión estará en Nicaragua hasta el próximo sábado, para evaluar la crisis sociopolítica nicaragüense y apoyar un proceso de diálogo.
Los eurodiputados llegaron el miércoles y este jueves arrancan una serie de reuniones con diversos sectores. Tienen previsto encontrarse con el presidente Daniel Ortega y otros funcionarios del Gobierno, así como con representantes de partidos de la oposición, organizaciones de la sociedad civil, autoridades eclesiásticas y medios de comunicación.
El embajador de la UE en Nicaragua, Kenny Bell, ha indicado a medios nacionales que “los parlamentarios vienen con su propia libertad de opinión, de expresión; es difícil decir de antemano qué va a acontecer. Sé que algunos están bastante informados, preparados. No puedo predecir lo que van a decir ellos, lo que van a encontrar”.
El español Ramón Jáuregui Atondo, quien encabeza la delegación, publicó en su cuenta de Twitter que los eurodiputados son “un equipo de amigos del pueblo nicaragüense deseosos de ayudar al diálogo y a la libertad. En defensa de la democracia y el Estado de derecho”.
Comienza mi viaje a #Nicaragua al frente de una misión del #PE integrada x 12 diputados de varios partidos políticos y países europeos.
Un equipo de amigos del pueblo nicaragüense deseosos de ayudar al diálogo y a la libertad.
En defensa d la democracia y el Estado d derecho.— Ramón Jáuregui (@RJaureguiA) 23 de enero de 2019
Presiones para venir
La delegación esté integrada por los españoles Jáuregui, Gabriel Mato, Javier Nart y José Ignacio Salafranca; los griegos Stelios Kouloglou y Nikos Androulakis, los franceses Joëlle Bergeron y Mireille D´Ornano; los portugueses José Inácio Faria y Ana Gomes; y el belga Mark Demesmaeker.
El objetivo de la misión es conocer de primera mano qué ha sucedido en el país desde abril pasado, cuando inició la crisis sociopolítica, que ha dejado al menos a 325 ciudadanos asesinados por el régimen, más de tres mil heridos, más de 600 presos políticos y unos 60 000 exiliados por la persecución política.
El régimen suspendió el viernes pasado la visita de los eurodiputados, pero el lunes se retractó, luego de que representantes de la Unión Europea (UE) endurecieran su discurso contra la dictadura orteguista y amenazaran con sanciones contra el Gobierno de Ortega y Rosario Murillo.
Reunidos en su Consejo mensual, los ministros de Exteriores de la UE aprobaron el lunes unas conclusiones en las que lamentaron y condenaron la “brutal represión” del régimen orteguista contra las manifestaciones pacíficas.
UE dispuesta a tomar medidas
Los ministros denunciaron que las recientes medidas contra organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación independientes suponen “un nuevo golpe para la democracia, los derechos humanos y las libertades civiles que agrava la crisis política y social”.
“La UE seguirá supervisando atentamente la situación y subraya su disposición a hacer uso de todos los instrumentos de actuación de que dispone a fin de contribuir a encontrar una salida pacífica y negociada a la crisis actual y responder a cualquier nuevo deterioro de los derechos humanos y del Estado de derecho”, precisaron los ministros.
Previo a la reunión de cancilleres y tras conocer el veto a la misión de eurodiputados, el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, advirtió en un acto público que “pronto” llegarán “las sanciones contra la dictadura en Nicaragua”.
“Hay otro dictador en Nicaragua, el señor Ortega que también va por mal camino (…) No nos vamos a quedar callados y vamos a reaccionar”, dijo Tajani, durante la convención nacional del Partido Popular (derecha) que se celebró este fin de semana en Madrid, España.
Movimiento en Aeropuerto Internacional
Ante la llegada de los europeos, comenzaron a circular en las redes sociales mensajes que invitaban a los ciudadanos a manifestarse en las calles. El régimen militarizó el Aeropuerto Internacional de Managua, ya que uno de los plantones fue convocado en ese lugar. Sin embargo, no hubo protestas.
Quien estuvo en el aeropuerto fue el embajador de Estados Unidos en Nicaragua, Kevin Sullivan, que llegó a recibir dos altos cargos del Departamento de Estado. El diplomático se hizo acompañar por fuerte dispositivo de seguridad, según publicaron medios nacionales.
Los altos cargos son P. Michael McKinley, asesor superior del Secretario de Estado, y Julie J. Chung, subsecretaria principal adjunta de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental. Se desconoce el motivo de su visita.
Ambos funcionarios tienen un amplio conocimiento de la política latinoamericana. McKinley ha sido embajador de Estados Unidos en Brasil, Colombia y Perú. Nacido en Venezuela, el diplomático ha servido también en Bolivia, Afganistán, Mozambique, Uganda, Bélgica e Inglaterra, según la página web del Departamento de Estado.
Chung “se desempeñó como consejera política adjunta en Bogotá, Colombia, donde dirigió el programa de extradición más grande del gobierno de los Estados Unidos, incluidos los casos de paramilitares y narcotráfico”, según el Departamento de Estado.