15 de diciembre 2016
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Tres semanas después de que Donald Trump ganara la presidencia en Estados Unidos, el gobierno de Nicaragua contrató a la firma de cabildeo y relaciones públicas ¨The Gephardt Group¨ para representar sus intereses en Washington ante la Casa Blanca y el Congreso.
Según el medio norteamericano The Hill, especializado en noticias sobre el Congreso y la política en Washington, el contrato con Gephardt fue firmado por el embajador Francisco Campbell Hooker el primero de diciembre. El contrato estipula un pago de 420,000 dólares al año (más de 17 millones de córdobas anuales) y culmina a finales de diciembre 2017.
Aunque los términos del contrato entregados al Departamento de Justicia están formulados en un lenguaje muy vago, indican que la firma trabajará por los “intereses específicos del país”. Y realizará encuentros y discusiones con representantes del Congreso y Casa Blanca que “contribuyan a las relaciones económicas y políticas de Nicaragua con Estados Unidos”.
En Washihgton, las fuentes diplomáticas descartan que Gephardt y su equipo de cabilderos demócratas, que incluye a Janice Oconnell –ex asistente del senador Christopher Dodd– , avalen las políticas autoritarias de Ortega. “Es una firma muy competente y profesional y seguramente aconsejarán al gobierno de Nicaragua a restablecer la democracia, si quieren mejorar las relaciones con el Congreso y la Casa Blanca”, indicó la fuente.
Sin embargo, dudan que el bufete de Gephardt pueda ser efectivo con la nueva administración republicana de Donald Trump, pues aunque Gephartdt tiene contactos con algunas personas de la nueva administración, es difícil que un demócrata pueda ayudar con la ¨línea dura¨ de Trump. La fuente agregó que los cubanoamericanos Mauricio Claver-Carone, nominado para un cargo en el Tesoro, y Lincoln Díaz Balart, mencionado como posible subsecretario para asuntos latinoamericanos, harían muy difícil que prosperen los intereses de Cuba, Venezuela y Nicaragua en Washington.
Richard Gephardt fue un destacado congresista demócrata durante 28 años, entre 1976 y 2004, llegando a ocupar la posición de líder de la mayoría demócrata en el congreso. A finales de los ochenta, se convirtió en un opositor de la política de Reagan hacia Centroamérica y Nicaragua.
La imagen de Ortega y su gobierno en Washington atraviesa uno de sus peores momentos, después de las medidas autoritarias que adoptó en 2016 al eliminar el pluralismo político e ilegalizar a la oposición antes de las elecciones de noviembre, que ganó ante un altísimo margen de abstención.
La noticia que publica The Hill, firmada por Megan Wilson, se titula “el gobierno de Nicaragua plagado por escándalos, contrata a una firma de cabilderos en Washington”.
The Hill cita acciones adoptadas por Ortega, como la prohibición de la observación electoral, que condujeron a la aprobación de la ley Nica Act, y señala las preocupaciones expresadas por el Departamento de Estado por las “elecciones viciadas” del seis de noviembre y la represión desatada por el gobierno contra ciudadanos que protestan.
Así mismo se refiere a los estrechos lazos que ha desarrollado Ortega con la Rusia y el presidente Putin, incluyendo la suscripción de acuerdos de colaboración en seguridad y ayuda militar.
En Nicaragua, ni la cancillería de la república ni la presidencia han informado sobre cuáles son los objetivos de contratar a Gephardt, ni de donde provendrán los fondos para financiar esta imprevista erogación.
