7 de diciembre 2021
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Más de 35 organizaciones opositoras, de exiliados y de la diáspora nicaragüense rechazan categóricamente la posibilidad de un diálogo con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que se estaría fraguando para después del diez de enero, una vez que Ortega nuevamente se "entregue" la banda presidencial a él mismo, como ha ocurrido desde 2012, cuando se reeligió rompiendo (primero) los candados constitucionales y encarcelando (ahora) la competencia política y electoral en 2021.
Los líderes de estas organizaciones señalaron, desde San José, Costa Rica, que "nunca han existido condiciones" para dialogar con la pareja gobernante, a quienes acusan de cometer crímenes de lesa humanidad y violar los derechos humanos del pueblo nicaragüense.
El régimen de Ortega no ha convocado oficialmente a ningún diálogo nacional para solucionar la crisis sociopolítica del país. Sin embargo, el diputado sandinista, Wálmaro Gutiérrez -- sancionado por los Gobierno de Estados Unidos y Canadá--, adelantó el 12 de octubre pasado que esa sería la estrategia a seguir tras la reelección de Ortega y Murillo.
"Si el gran capital se nos quiere unir en este esfuerzo, bienvenidos sean, que bueno. Ya lo dijo el presidente Ortega también", expresó entonces el diputado Gutiérrez en el hemiciclo de la Asamblea Nacional. "Después que nosotros, como pueblo organizado, ganemos las elecciones este 7 de noviembre se abre un gran diálogo nacional, donde van a caber todos", aseguró Gutiérrez.
Magdiel Galeano, de la organización Flor de Sacuanjoche, afirmó que "Ortega está llamando a ese diálogo con las personas que a él le importan, realmente ahí no se está tomando en cuenta a la población y a la oposición nicaragüense. Él se va a sentar con el gran capital de Nicaragua".
No negociarán con un Gobierno "ilegítimo"
Nemesio Mejía, coordinador del Movimiento Campesino en el exilio, aseguró que esa organización no está dispuesta a participar en un diálogo con un Gobierno que considera "ilegítimo", puesto que es el resultado de un proceso electoral poco transparente y sin competencia política.
"Nosotros no podemos sentarnos con un Gobierno que no existe en Nicaragua. Debemos dialogar, claro que sí, pero con nosotros mismos, con la oposición, para buscar una ruta de salida y brindarle al país y a la comunidad internacional una línea de trabajo horizontal donde todos seamos incluidos” afirmó Mejía.
María José Rivas, de la organización Creciendo Con Alas, coincidió en que "no se puede dialogar con un régimen que es totalmente ilegítimo" y agregó que "estando Ortega en el poder jamás habrán condiciones para dialogar".
Las organizaciones del exilio también señalan que no pueden dialogar cuando existen más de 160 presos políticos en diferentes cárceles de Nicaragua, los que no pueden ser considerados "monedas de cambio" y mucho menos pueden ser objeto de negociación.
"No hay condiciones, no hubo y nunca ha habido condiciones. No se puede dialogar con un asesino que ha cometido crímenes de lesa humanidad contra Nicaragua, contra la población; entonces, no existe y no existirá un diálogo porque no hay condiciones", expresó el excarcelado político, Snayder Suazo.
Orteguismo busca legitimidad
Opositores y analistas políticos coinciden que con este intento de diálogo Ortega busca legitimar las votaciones pasadas, en las que el régimen gobernante se reeligió sin competencia política y que la sociedad nicaragüense y la comunidad internacional han calificado como "una pantomima".
El exdiputado y analista político, Eliseo Núñez, señaló durante un encuentro con exiliados que "nos enfrentamos a un tercer diálogo donde Ortega tiene una ilegitimidad no solo interna sino a nivel internacional”.
Mientras tanto, Jesús Téfel, de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), consideró que el posible diálogo con Ortega sería más "un monólogo" y llegar a esa negociación "sería llegar a entregarte en bandeja de plata y darle más oxígeno para ganar tiempo, ya que tiene cerrado todos los espacios democráticos".
Finalmente, María Laura Alvarado, también de la UNAB, agregó que sentarse a dialogar con el régimen "no va a generar la solución a la crisis", porque la pareja gobernante "no ha cumplido los acuerdos de 2019" y por tanto, concluyó Alvarado, "no tenemos garantías de esas organizaciones que se vayan a asentar con Ortega y doña Rosario".
