Negociación por justicia y democratización

El principal objetivo que busca lograr la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia en la negociación con la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo —que se reanudará este miércoles 27 de febrero— es lograr justicia y la democracia, aseguraron miembros del equipo negociador por la sociedad civil.

En una entrevista con el programa televisivo Esta Semana, el académico Carlos Tünnermann, delegado propietario de la comisión negociadora, aseguró que hay un convencimiento de todos los sectores del país de que la única forma de salir de la crisis que se agudiza cada día “es mediante acuerdos políticos”.

“Nuestro objetivo es lograr una salida a la grave crisis que nos aqueja. Eso requiere de una negociación política donde abordemos los temas de libertad, democracia y justicia. Resolver la crisis es la tarea”, dijo el economista Mario Arana, presidente de la Cámara Americana de Comercio de Nicaragua (AmCham), y miembro titular del equipo negociador.

Presos son prioridad

“Nuestro equipo negociador está asumiendo el enorme y patriótico reto que la circunstancia le exige y reiteramos que el compromiso con los presos políticos estará presente en todo momento en este proceso. La libertad es de prioridad en la negociación”, aseguró Tünnermann al dar a conocer las tres prioridades de la negociación.

Los otros temas prioritarios serán “el restablecimiento de las libertades, derechos y garantías, establecidos por la Constitución Política”, así como “reformas electorales que garanticen unas elecciones justas, libres y transparentes. Y justicia”.

Tünnermann admite que hay muchos temores con respecto a esta nueva negociación, pero pide “un voto de confianza” porque “no se puede esperar que desde el primer día se arreglen todos los problemas”.

Para el abogado y político liberal leonés, José Pallais, uno de los principales retos a afrontar como miembro del equipo negociador, es el de “mantener la confianza de la gente, que solo se puede generar a través de los resultados”, a sabiendas de lo difícil que será eso.

“Tenemos la esperanza de lograr resultados, de empujar los temas de interés de la población, y alcanzar acuerdos sobre los mismos, pero estamos claros que hay mucha desconfianza y negatividad en el ambiente, que solo se puede recomponer alcanzando logros”, confesó.

Una negociación corta

Para Tünnermann esta vez, la negociación “en su nuevo formato” tiene que ser diferente, por lo que apostaron por un número más reducido de personas y determinaron que ya no sería necesario televisar los trabajos internos de las reuniones.

Sin embargo, admite que en la primera etapa del Diálogo Nacional si “fue indispensable” porque “surgieron suspicacias” justificadas “porque la historia de Nicaragua nos trae recuerdos de que los diálogos han terminado en pactos políticos y en arreglos de cúpulas”.

“Nosotros queríamos demostrar en ese momento que los que estábamos sentados ahí representando a los distintos sectores de la sociedad no estábamos por intereses políticos, de puestos públicos, ni nada de eso”, afirma.

Anunció que al finalizar cada sesión tratarán de dar información detallada de lo que hayan logrado y están conscientes que esta negociación “no se puede prolongar por mucho tiempo”.

Pedirán garantes internacionales

Tünnermann insistió en que los observadores serán el nuncio Waldemar Sommertag, el cardenal Leopoldo Brenes y el obispo Rolando Álvarez. Sin embargo, afirmó que solicitarán la presencia de “garantes internacionales”, como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea.

“Una de las dificultades de la primera etapa del diálogo es que no hubo garantes internacionales para el cumplimiento de los acuerdos”, insistió el académico.

Los miembros del equipo negociador aseguran que por ahora se desconocen los delegados del Gobierno.

Más preparados

Tünnermann valora que esta vez el equipo negociador va más preparado porque han tenido oportunidad de prepararse con expertos internacionales en temas de resolución de conflictos.

Por su parte, Pallais entiende que la desconfianza no es hacia ellos como representantes ni como negociadores, aun conociendo declaraciones como la de Francis Valdivia, presidenta de la Asociación Madres de Abril, quien declaró que no sabían cómo había sido el proceso para elegir a los representantes de la Alianza Cívica ante este nuevo intento de diálogo nacional.

“La desconfianza que expresa la gente es porque ve que Ortega aceptó el diálogo para ganar tiempo, pero sin tener voluntad para alcanzar acuerdos. La gente duda que el diálogo pueda funcionar, después de ver lo que pasó en el primer intento”, señaló.

Pero no hay posibilidades de ser tontos útiles del régimen, porque “esta vez hemos invertido tiempo en utilizar las mejores prácticas para lograr acuerdos exitosos”, dijo Arana que, como todos, tiene bien definido el momento en el que ya no tenga sentido mantenerse sentados a una mesa que no va a ninguna parte.

“Vamos a trabajar todavía más a fondo en la estrategia con todos. Pero la posición de lo que Nicaragua quiere no es secreta. Vamos detrás de eso. Si eso no se logra, quien se levantará será el país. Ni siquiera será necesario que nosotros lo hagamos. Pensar que no se puedan alcanzar acuerdos que compren lo que el país quiere, no es opción”, reflexionó.