2 de agosto 2016
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) oficializó como candidatos a la presidencia y vice presidencia de Nicaragua al comandante Daniel Ortega y a Rosario Murillo, lo que coloca a la primera dama en la línea directa de la sucesión constitucional del poder.
Murillo, de 65 años, vocera presidencial y jefa de gabinete de facto, fue confirmada esta tarde como la compañera de fórmula de su esposo Daniel Ortega, quien busca un cuarto período presidencial en las votaciones convocadas para el próximo 6 de noviembre, para las cuales ha prohibido la observación electoral y se ha encargado de anular de la competencia a la opositora Coalición Nacional por la Democracia.
Al final de la tarde, en el plazo para la inscripción de los candidatos a Presidente, Vicepresidente y diputados ante la Asamblea Nacional y el Parlamento Centroamericano, Ortega y Murillo llegaron a la sede del Consejo Supremo Electoral (CSE), para ser inscritos por el representante legal y actual jefe de la bancada del FSLN en el parlamento, Edwin Castro.
Ortega justificó la candidatura de Murillo con el argumento de “darle más espacio a las mujeres” en la política. El mandatario sandinista citó la ley 50-50, que busca la “equidad de género” en los cargos públicos del Estado promovida por su gobierno. Según Ortega, bajo su administración las mujeres que ocupan cargos ministeriales aumentó de 16.66% a 56.26%.
“Y para continuar con este buen gobierno, no dudamos en que la candidata a vice presidenta fuera una mujer… ¿y quién mejor que la compañera Rosario? Con una labor puesta a prueba, con mucho sacrificio y sin horario”, dijo el mandatario sandinista.
Murillo lucía emocionada mientras Ortega daba su discurso, en el que defendió al presidente del CSE, el magistrado Roberto Rivas, y repasó las elecciones de 1990, 1996 y 2001. “No hay juez que le caiga bien al público (…) Igual pasa con el poder electoral", dijo Ortega, en referencias a las críticas sobre los sucesivos fraudes electorales y una contienda sin competitividad, debido a que la oposición organizada en torno al Partido Liberal Independiente y el Movimiento Renovador Sandinista fue impedida de participar en los comicios del seis de noviembre por un fallo del Poder Judicial.
Ortega defendió la legitimidad del proceso electoral, que la oposición califica de farsa. Según Ortega, el Frente Sandinista aceptó en el pasado sus derrotas electorales a pesar de que según él los procesos fueron cuestionados y en algún momento se intentaron repetir.
Al acto no le fue permitida la entrada a la prensa independiente. Ortega y Murillo llegaron en sus Mercedes Benz al CSE a eso de las cinco de la tarde. El jefe de la bancada oficialista, el diputado Edwin Castro, presentó la fórmula presidencial, acabando con las versiones de que Murillo aparecería en la boleta electoral como vice presidenta.
Murillo también recurrió a los argumentos del protagonismo de la mujer para endosar su candidatura. “La revolución popular sandinista es la que permite el protagonismo de las mujeres”, dijo Murillo en una intervención ante los medios oficialistas, sin decir nada más sustancial.
Murillo logra la candidatura después de contradicciones dentro del Frente Sandinista sobre su idoneidad para el puesto, confiaron fuentes del partido. Al final del día, la primera dama se impuso, colocándose en la primera línea de la sucesión constitucional. Pese a que Murillo ejercía una especie de “co-presidencia” en muchos aspectos del gobierno, no poseía un cargo de elección popular, que le permitiera aspira a las presidencia en caso de ausencia de Ortega. Ahora tiene garantizado que será electa vicepresidente en las elecciones del seis de noviembre que han sido calificadas “como una farsa” por los opositores.
La inscripción de Murillo como candidata es sucedida por los halagos del comandante Ortega en el acto del 37 aniversario de la Revolución Sandinista este 19 de julio, cuando resaltó “su lealtad”. Esta tarde, previo al acto en el CSE, en las calles de Managua aparecieron papeletas con la figura de Murillo en solitario intercaladas con otra impresión de la pareja presidencial junta.