5 de abril 2018
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, contra quien fue expedida este jueves una orden de prisión tras haber recibido una condena de 12 años por corrupción, será recluido en una celda especial y aislado de otros presos por seguridad. La noticia internacional se confirmó al mismo tiempo que el oficialista El 19 Digital publicaba las declaraciones de la vicepresidenta Rosario Murillo, expresando la solidaridad del gobierno de su esposo, Daniel Ortega Saavedra.
"Lo primero que queremos destacar es el mensaje de solidaridad, de fuerza, de cariño que hemos hecho llegar a nombre de todo nuestro pueblo al querido compañero presidente de Brasil, dos veces, Luiz Inácio Lula da Silva. Acabamos de comunicarnos con él. Habló el Comandante, hablé yo, hablamos a nombre de todas las familias nicaragüenses en esta etapa de lucha que debemos seguir haciendo victoriosos, fortalecidos en la unidad de los pueblos de la Patria Grande", detalló Murillo.
La vicepresidenta añadió que "a ese Lula inmenso, infinito, presidente, compañero, camarada, amigo, acabamos de saludarle y dando a conocer esta carta que con el cariño y la fuerza del pueblo nicaragüense le enviamos a él, a su partido y a su pueblo".
Horas después, el juez Sergio Moro ordenó su encarcelamiento, dándole un plazo de 24 horas para que se entregue en la sede de la Superintendencia de la Policía Federal en la ciudad de Curitiba, en donde tendrá que cumplir su prisión.
Expresidente estará separado de los demás presos
"En razón a la dignidad del cargo ocupado, fue previamente preparada una sala reservada, una especie de Sala de Estado Mayor, en la propia Superintendencia de la Policía Federal, para el inicio del cumplimiento de la pena, y en la cual el expresidente estará separado de los demás presos, sin cualquier riesgo para su integridad moral o física", según el mandato del magistrado.
La decisión evita que el político más carismático de Brasil y actual líder en las encuestas de intención de voto para las presidenciales de octubre sea conducido a un presidio común en Curitiba como otros condenados por la corrupción en Petrobras.
El juez también determinó que los detalles de la entrega sean acordados por la defensa del expresidente y los responsables de la Policía Federal en Curitiba y que en ninguna hipótesis se utilicen esposas para detenerlo.
La decisión de Moro llega menos de un día después de que la Corte Suprema negara al exmandatario un "habeas corpus" con el que pretendía evitar su prisión antes de agotar todas las apelaciones en instancias superiores.
Moro, encargado de las investigaciones del caso Petrobras en primera instancia, condenó el año pasado al exmandatario a nueve años de cárcel por corrupción pasiva y lavado dinero, una pena que fue ratificada y ampliada en enero pasado por el Tribunal Regional Federal de la 4 Región, con sede en la ciudad de Porto Alegre.
Según versiones de prensa, la Policía Federal ya venía preparando la celda en que será recluido Lula, donde se evitará el contacto con el expresidente de la constructora OAS Leo Pinheiro y con su exministro de Hacienda, Antonio Palocci, dos de los condenados que le han salpicado en delitos de corrupción en las delaciones que negociaron con la Fiscalía.
Según el diario O Globo, el exmandatario tendrá un horario reservado de unas dos horas diarias para pasear en el patio de la Superintendencia de la Policía Federal que no coincidirá con el de otros reclusos.
De acuerdo con las fuentes consultadas por el mismo diario, en los primeros días serán vetadas las visitas de familiares a Lula.