18 de junio 2016
El comandante Daniel Ortega dio un zarpazo a la legitimidad de las elecciones de noviembre próximo, después que la Sala de lo Constitucional ratificara esta semana el fallo que deja sin casilla y sin partido a la Coalición Nacional por la Democracia. Los opositores decidieron abandonar el proceso e iniciar un frente de “lucha cívica” ante la instauración de lo que consideran es un régimen de partido único y “una farsa electoral”.
De esta manera “la verdadera oposición, la creíble” —dice la Coalición—queda fuera del proceso y Ortega rivalizaría contra “partidos zancudos”, que no representan una competencia real.
La Sala de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) sostuvo que el fallo que despoja de la representación legal y los sellos del Partido Liberal Independiente (PLI) a Eduardo Montealegre para beneficiar al jurista Pedro Reyes era “inapelable”. El magistrado Francisco Rosales orquestó el proceso, señalado por expertos y constitucionalistas de estar viciado, y de violar la separación de poderes al inmiscuirse el Poder Judicial en asuntos exclusivos del Poder Electoral.
El exdirector de Cedulación, Dionisio Palacios, opina que el fallo judicial “evidentemente fue una decisión política con el objetivo de perjudicar a la coalición opositora como un contrapeso que hubiera variado los resultados electorales queridos por Ortega”.
Palacios considera que la decisión de la Corte sobre una materia exclusiva electoral plantea un conflicto de poderes, pero que el CSE no reacciona porque “en Nicaragua no existe esa sana independencia de Poderes, porque ambos (la Corte y el tribunal electoral) son instrumentos del Ejecutivo con su fe ciega en el comandante Ortega”.
Durante la ratificación de la sentencia 299, el magistrado Francisco Rosales, afín a Ortega, negó que exista algún conflicto entre las atribuciones de la CSJ y el CSE. Pero más allá de la discusión legal, la exguerrillera sandinista y dirigente del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Dora María Téllez, tiene una respuesta rotunda: “Ortega ya no le interesa la legitimidad, ya se aburrió de disimular con elecciones; quiere morirse en el poder y heredárselo a sus hijos. Se le cae la máscara y lo que viene después nos afecta a todos”.
“Ciudadanos por la Libertad”
Luis Callejas, quien era el candidato presidencial de la Coalición Nacional por la Democracia, estima que el cierre del espacio electoral no golpea a los partidos políticos, sino que supone un golpe para toda la ciudadanía. “No es que el PLI, Callejas o Montealegre nos hayamos quedado sin nada, es que todos perdimos el derecho a elegir y ser electos”, lamenta.
La Coalición anunció que activarán las estructuras departamentales, municipales y territorios, que “ahora se convierten en estructuras de un proyecto para promover la libertad bajo el nombre de Ciudadanos por la Libertad”.
“A partir de hoy nuestra lucha se va a transformar en mucho más que una lucha electoral, sino en una lucha cívica por la transformación nacional”, afirma Eduardo Montealegre. “Ese compromiso con Nicaragua lo vamos a mantener, con la misma firmeza que lo hemos mantenido desde 2005, cuando dijimos no al pacto, no a la corrupción,”, agrega.
Montealegre ya descartó buscar arreglos con Pedro Reyes u otro partido, que califica de “grupúsculos colaboracionistas” con el régimen orteguista. Esta semana el Frente Sandinista se apoderó de los Consejos Electorales Departamentales (CED) y Regionales en Madriz, Chontales, Jinotega y las Regiones Autónomas de la Costa Caribe.
Montealegre denunció que “en Jinotega colocaron a Néstor Ruiz Mendoza como presidente del CED y al funcionario de la Alcaldía sandinista de ese municipio, Gustavo Zeledón, como segundo miembro”.
La expresidenta del CSE, Rosa Marina Zelaya, valora como “lamentable” el cierre del espacio electoral, que a su juicio “pone en crisis el corazón mismo de la democracia”.
“Desafortunadamente este proceso electoral ha sido totalmente viciado desde sus inicios y esta situación en la Corte y su ratificación es el tiro de gracia contra el proceso”, asegura.
A juicio de la exfuncionaria, lo ocurrido esta semana “es una situación gravísima para la democracia y para el desarrollo armónico del país”.
Zelaya estima que además urge valorar la legitimidad que tendrían los electos del proceso y que el mismo CSE tendría que repensar su papel. “Hoy por hoy el CSE como rector del proceso electoral no está cumpliendo con su labor”, opina.
Concentración de poder
La exguerrillera Dora María Téllez advierte que el proceso de concentración de poder se solidificó con las reformas constitucionales de 2014, después de que Ortega absorbió instituciones, sindicatos, gremios, la Policía Nacional, el Ejército y ahora “hasta la empresa privada”.
“La acumulación de poder también tuvo ataques a las ONG críticas, los medios de comunicación y los partidos políticos. El montaje está completo: un régimen familiar dinástico”, valora.
Según Téllez, los ataques a Almagro, el desprecio a los obispos nicaragüenses y la expulsión de tres funcionarios estadounidenses apuntan a que Ortega quiere “resolver la crisis interna” en el Frente Sandinista.
“Está urgido porque dentro del Frente hay gente sin ánimo de hacer campaña, que vieron que Ortega no les resolvió sus problemas durante todos estos años y solo vieron prebendas en círculos cercanos al poder”, opina Téllez.
De acuerdo con la exguerrillera, la única forma con la que Ortega sabe que puede “cohesionar” al partido es sacando a “orear” el antimperialismo para provocar una reacción de Estados Unidos, y luego defenderse “de la conspiración” del imperio. “Las estructuras están desmoralizadas”, insiste.
Almagro muestra preocupación
El cierre del espacio electoral en Nicaragua causó preocupación en el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro. “Transparencia y participación de todos clave en #EleccionesNi2016”, expresó en su cuenta de Twitter.
Preocupación ante situación x fallo CSJ #Nicaragua. Transparencia y participación d todos clave en #EleccionesNi2016 https://t.co/UcgCm8Ga60
— Luis Almagro (@Almagro_OEA2015) 9 de junio de 2016
La OEA celebró su asamblea número 46 esta semana en República Dominicana, hasta donde llegó una delegación opositora y de la sociedad civil nacional para denunciar la falta de garantías para los comicios.
La excandidata a vicepresidenta por la Coalición opositora, Violeta Granera, se reunió con Almagro, varios representantes de la OEA y otros países. “No estamos solos”, afirma Granera.
“Venimos con el ánimo en alto, sentimos el respaldo, América Latina democrática está con nosotros, la lucha va a seguir… nosotros estamos luchando con legalidad y con legitimidad, y que esa farsa electoral que pretenden hacer, no son elecciones sino hay competitividad”, añade.
Hoy dialogue tras #AsambleaOEA con diputada Edipcia Dubon d Nicaragua y Violeta Granera d Coalición Nal x Democracia pic.twitter.com/7R9kmNo6yk
— Luis Almagro (@Almagro_OEA2015) 16 de junio de 2016
Durante la sesión, el representante de Ortega ante la OEA, Denis Moncada, arremetió contra Almagro y lo acusó de “conducta injerencista”. “Este reiterado comportamiento del secretario general de la OEA —declaró Moncada— lo descalifica para seguir ocupando el cargo y Nicaragua espera, para lavar las manchas y vergüenzas de la OEA, que el secretario general señor Almagro ponga de inmediato su renuncia irrevocable ante este plenario”.
Conferencia Episcopal advierte: partido único
La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) emitió también esta semana un comunicado en el que deplora “todo intento por crear condiciones para la implantación de un régimen de partido único” en el país.
Los obispos sostienen que desaparecer la pluralidad ideológica y de partidos políticos es “nocivo para el país, desde el punto de vista social, económico y político”.
“Es posible vivir en armonía y tolerancia aún en medio de una sana diversidad social y política que enriquezca todos los ámbitos de la nación”, indicó el obispo de Granada y secretario de la CEN, monseñor Jorge Solórzano.
El pleno de la CEN respaldó el mensaje. El nuncio apostólico Fortunatus Nwachukwu participó durante la lectura del documento. Antes, los obispos aclararon que no responderían preguntas de los medios de comunicación.
El comunicado de esta segunda reunión ordinaria de la CEN es referido en su totalidad al proceso electoral y despunta diciendo que como obispos y discípulos de Jesucristo este momento de la historia los obliga “a velar por lo que es justo”.
La alta jerarquía de la Iglesia católica considera que Nicaragua “vive un complejo momento a raíz de los últimos acontecimientos que, lamentablemente, han creado en muchos una situación de inseguridad y de confrontación, que podrían debilitar la credibilidad y la competitividad” de los comicios generales y favorecer “el aumento de la indiferencia y el abstencionismo de la población”.
La CEN recordó que todavía es válido el pedido que le hicieron al comandante Daniel Ortega en mayo de 2014: garantizar un proceso electoral “absolutamente” transparente y honesto.
“Que brille sin ningún tipo de duda la voluntad popular con un sistema que garantice a cada nicaragüense su cédula en tiempo y forma antes de las elecciones, y un proceso abierto a observadores nacionales e internacionales”, dijo Solórzano.
El magistrado del FSLN Francisco Rosales arremetió contra los obispos y calificó a la Iglesia católica como “la institución más antidemocrática del mundo”. Entre los obispos, una de las voces más activas ha sido la del obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, a quien el jurista sandinista acusó de “salir a hacer activismo político”.