8 de noviembre 2020
Las cámaras conformadas alrededor de los principales rubros productivos del país, están vigilando de cerca el reto planteado por el clima, ante el aumento desmesurado de las lluvias, que afecta los cultivos de café, caña de azúcar, maní, frijoles, arroz y hortalizas, así como el acopio de leche, además de destruir puentes y caminos productivos, poniendo en riesgo las exportaciones.
Noviembre marca el inicio de varias de las cosechas más importantes desde el punto de vista de la agroexportación, o de la seguridad alimentaria del país, de modo que el aumento de la pluviosidad causada por el Huracán Eta, tiene en alerta a los productores de cualquier tamaño, así como a las juntas directivas de sus gremios respectivos.
Aunque la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), lleva una semana tratando de hacer una evaluación de daños, la conclusión a la que llegaban este viernes es que “es muy pronto para cuantificar pérdidas, porque las lluvias que persisten en todo el país, impiden entrar a los cultivos para hacerlo”, dijo Álvaro Vargas, presidente de esa cámara.
De lo que sí tienen datos, es del acopio de leche cruda, que se ha visto seriamente afectado por el daño en esta última semana, a los caminos de Río Blanco, Siuna, Mulukukú, Paiwas, El Rama y Jinotega, donde ocho plantas están recibiendo 30% menos leche, o sea, 90 000 litros menos por día, desde el martes tres de noviembre.
También se estima una disminución de 10%, en el acopio en Chontales, Matagalpa, Río San Juan, Nueva Guinea, Chinandega y León. “El primer efecto negativo de Eta, fue continuar deteriorando los ya afectados caminos que teníamos producto del invierno”, especificó.
Fomav debe actuar
Su colega en la presidencia de la Asociación de Exportadores de Café Nicaragua (Excan), Federico Argüello, dijo que “sucedió lo que estábamos previendo: una cantidad inmensa de lluvia que iba provocar daños en la infraestructura, más que en las plantaciones”.
Los datos de Excan muestran que los mayores daños reportados son deslaves que cortaron caminos, caída de árboles y crecida de ríos, por lo que “los trabajadores no pueden llegar a las fincas; no se puede salir a comprar insumos para la producción, ni sacar el poco café que ya se había cortado”, detalló.
Ante esa situación, “los exportadores y productores estamos haciendo recuentos de todas las vías que están dañadas, y las comunidades que quedaron temporalmente incomunicadas”, dijo Argüello.
Hasta este momento, las gestiones hechas son presentar una solicitud al Fondo de Mantenimiento Vial (Fomav), para reparar el tramo de carretera Matagalpa - La Dalia; además de tratar de coordinar a alcaldías y empresas privadas para reparar tramos, sin dejar de insistir con el Fomav, para que reparen carreteras principales.
Evaluando a Honduras
El reporte de las zonas azucareras es que la infraestructura vial dañada será un problema, principalmente para la producción en Managua y Rivas.
Mario Amador, gerente de la Comisión Nacional de Productores de Azúcar (CNPA), dijo que se reportan puentes caídos en Masachapa, y una represa rebalsada en Montelimar. Por lo demás, los ingenios tendrán que aumentar sus gastos para mantener el buen estado de la red vial, que normalmente reparan ellos mismos.
Michael Healy, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), dijo que también están monitoreando la situación en Honduras, “cuyos puertos son de suma necesidad para sacar nuestra producción... Lo que sabemos es que hay mucha lentitud para avanzar por las carreteras hondureñas”, aseguró.
Guillermo Jacoby, presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), observó que la lluvia, no solo no se detiene, sino que se está formando una nueva tormenta en el Caribe, que podría comenzar a afectarnos a partir del 15 de noviembre, con lluvias desde Panamá hasta Guatemala.
“Si bien la red vial está afectada en todos lados, el comercio centroamericano sigue fluyendo, pero con mejor velocidad. Puerto Cortés reanudó sus operaciones lentamente. No sé cuánto ha afectado en Nicaragua, pero hay quejas de productores por la destrucción de los caminos que ellos usan, y las lluvias no han terminado”, señaló.
El café tiene una oportunidad
El café generó 460.2 millones de dólares en 2020, (y 409.5 millones en los primeros nueve meses de este año, según datos oficiales del Centro de Trámites de las Exportaciones, Cetrex), lo que muestra la urgencia de vigilar de cerca lo que pueda ocurrir con los cafetales, y lo tranquilizante que resulta para el gremio, recordar que hubo un retraso en la maduración del café.
“Ahorita estamos entrando a la primera mano de la cosecha plena, pero… la mayoría del grano (95%) está verde; principalmente por la fecha de floración, que este año fue más tardía”, por razones climáticas, fundamentalmente la temperatura, explicó Argüello, de Excan.
Que haya tanto café que todavía esté verde, “es una suerte muy grande, porque si tuviéramos 20% a 30% de maduración sería desastroso, porque la lluvia podría botarlo”, aclaró el experto, aunque los productores de ese rubro no están completamente a salvo.
“Una nueva tormenta tropical nos complicaría, porque los suelos están saturados de agua, y los granos entrarán a su momento óptimo de maduración, además que sería un problema conseguir gente para cortarlo”, enumeró.
Argüello también dijo que el exceso de lluvia todavía puede perjudicarlos, porque “podríamos ver brotes de roya y de otras enfermedades fungosas”, por lo que dice a los productores que “sería sano hacer más muestreos para detectar más temprano los brotes de enfermedades”, y hacer las aplicaciones correspondientes.
Vargas, de Upanic, refiere que la cosecha de café, que recién iniciaba, puede verse afectada si el exceso de agua provoca la caída de los árboles que dan sombra a los plantíos, además que puede botar los granos, dependiendo de la intensidad del agua y velocidad de los vientos, que también pueden causar deslizamientos de tierra en las laderas de pendientes pronunciadas.
Buscar vías alternas
En los primeros nueve meses del año, el país ya exportó más frijoles que en todo 2019: 94.9 millones de dólares contra 77 millones, según el Cetrex, además de ser uno de los elementos más importantes de la dieta diaria de las familias nicaragüenses.
“El frijol no se ve favorecido por el exceso de agua”, señala Vargas. Si llueve mucho, “se perdería el que esté plantado en las zonas bajas. El exceso de lluvia —o la falta de sol— puede afectar la productividad” del grano, refiere.
Al verlo desde la perspectiva geográfica, el presidente de Upanic dice que las lluvias que están anegando las tierras en la costa Caribe, no afectarán la producción local de frijoles, porque en esa zona, el grano solo se siembra en primera y en apante, pero no en postrera.
Donde sí vislumbra que habrá afectación es en los departamentos de Matagalpa, Jinotega y Madriz, “pero es demasiado pronto para saber cuál vaya a ser la intensidad de las aguas y los vientos”, admitió.
El cultivo de hortalizas no aguanta mucha lluvia, por lo que fuertes aguaceros pueden causar problemas serios, explica Jacoby, mientras Vargas recuerda que, en realidad, esos plantíos “están mal desde las lluvias de hace un par de semanas, que generaron pérdidas. Son cultivos bien delicados”, precisó.
Aunque la lluvia no puede dañar al oro ni a la plata, la extracción minera puede retrasarse, si la lluvia destruye las carreteras y los puentes por donde se saca la producción, lo que es válido para todos los rubros, por lo que recomiendan a productores y gerentes a buscar vías alternas para sacar su producción, si colapsan los puentes o las vías por las que normalmente transitan.
Cañeros, ganaderos y maniceros tienen menos preocupaciones
La exportación de azúcar de caña, que redondeó ventas por 181 millones en 2019, y por 130.8 millones entre enero y septiembre de 2020, podría seguir sin sobresaltos, dependiendo de cuántos días llueva en las zonas de cultivo, todas alejadas de las zonas que se espera sean directamente afectadas por las precipitaciones torrenciales que acompañan a cualquier huracán.
Amador, el gerente de la CNPA, explica a CONFIDENCIAL que el sector está en la etapa previa al inicio de la zafra, que estaba supuesta a iniciar a mediados de la próxima semana, o sea, el 11 o 12 de noviembre, aunque pueden atrasarse, dependiendo de cuántos días más llueva.
Los expertos de cada ingenio están pendientes de lo que pase con la lluvia, porque “si son muy intensas, probablemente tengamos que retrasarnos tres o cuatro días, o hasta una semana, para que los campos se sequen un poco”, dice Amador
Por el contrario, si solo caen dos o tres días de lluvia, y el clima vuelve a la normalidad, “probablemente tengamos un arranque normal de zafra, porque volveríamos a tener sol, y con un par de días tendríamos condiciones suficientes para arrancar”, aclaró.
La recomendación básica para el sector es mantener las labores de limpieza, para minimizar las complicaciones cuando comience la zafra.
El ganado, otro rubro determinante para la economía del país (530.6 millones exportados en carne el año pasado, y 409.5 millones en los primeros tres trimestres de 2020), tiene pocas razones para temer… si se cuida la seguridad física de los animales.
“Hay que poner el ganado a salvo”, recomienda el ganadero Vargas, de Upanic. Las reses pueden verse empantanadas por las lluvias, o ser arrastradas por la corriente. “También puede sufrir enfermedades si pasa varios días bajo lluvia”, complementa Jacoby, de APEN.
En el caso del maní (190 millones de dólares en el acumulado de 2019 y 2020) el rubro “está a inicios de su cosecha”, por lo que se espera que las lluvias no le afecten, pero “podría tener problemas si esto continua por más tiempo”, dijo Vargas.