29 de agosto 2017
I. Las encuestas que pocos vieron
Cuando el representante legal del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el diputado Edwin Castro, inscribió la tarde del 18 de agosto a los seis mil 88 candidatos que participarán en las elecciones municipales de noviembre próximo, el descontento en las bases del Frente Sandinista por el método de selección de los aspirantes ya era patente desde semanas atrás.
Militantes sandinistas de Corinto, Jalapa, El Realejo, Niquinohomo, San Juan del Río Coco, Masaya –entre otras localidades– alegaban que las encuestas empleadas para la selección de las 153 fórmulas edilicias no fueron “amplias”.
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“Hicieron encuestas, pero la voz del pueblo no se escuchó”, asegura Erick Reyes Muñoz con severidad. Con la mano derecha sostiene un micrófono con el que incita un piquete de protesta en la entrada del panteón de Niquinohomo. “Fueron encuestas dirigidas. No fueron amplias, abiertas para todo el mundo”, describe el militante.
La banda sonora de esta protesta son canciones testimoniales que recuerdan la gesta revolucionaria, y las actuales del Frente Sandinista escritas por la vicepresidenta Rosario Murillo. A juzgar por el ambiente (banderas rojinegras y los rostros del general Augusto Sandino y Carlos Fonseca en algunas camisas de los presentes), parece una movilización de apoyo al Gobierno del comandante Daniel Ortega. Pero es todo lo contrario: Es una firme muestra de descontento. “No queremos más dedazos, compañero”, afirma Reyes Múñoz.
En los históricos bastiones sandinistas, como el municipio de Niquinohomo, donde nació el general Sandino, el descontento con el “dedazo” es latente, aunque no está claro si eso significará una ruptura con el apoyo fiel que han demostrado al comandante Ortega durante sus más de diez años de mandato.
Durante el Congreso Sandinista nacional fue acordado el uso de encuestas para elegir a los candidatos. Pero las bases sandinistas coincidieron en que ni siquiera fueron consultados.
“Aquí en Monimbó esas encuestas no se vieron por ningún lado. Entonces están mintiendo”, dice José Antonio López González, militante y profesor de primaria. Está sentado en una viga de cemento, que es usada como banca en un solar de este barrio de Masaya.
El descontento en Masaya es contra la imposición de Orlando Noguera como candidato a alcalde. De resultar electo en noviembre, sería su tercer periodo consecutivo ocupando la silla edilicia. Antes del sábado 19 de agosto, el malestar viajaba de boca en boca en Monimbó y otras localidades de Nicaragua. En algunos sitios más tímidas que en otras, por el miedo a “la desobediencia” partidaria.
Las manifestaciones arreciaron hasta desembocar en movilizaciones cuando la vicepresidenta Rosario Murillo emitió una circular, en la que aseguraba que 600 mil personas fueron consultadas en 457 encuestas realizadas en los 153 municipios del país.
La comerciante Zayda García sintió frustración cuando la dirigencia del partido en Masaya los amenazó “con echarlos presos” si protestaban contra el “dedazo de Noguera”.
“A mí nadie me llegó a encuestar. Y de ajuste en el mercado nos llegan a decir que Noguera es otra vez el candidato. Mi descontento es con el partido”, comenta García, quien se presenta como “una sandinista de toda la vida”.
La Juventud Sandinista oficializa contra marcha en Masaya @confidencial_ni pic.twitter.com/XlfycEGeZK
— Wilfredo Miranda Aburto (@PiruloAr) August 24, 2017
En la ciudad de León, Cristian Rolando Montalván dijo a CONFIDENCIAL que a su casa nadie llegó a preguntarle “si estamos de acuerdo con que el alcalde (Roger Gurdián) que está ahorita sea relecto”. Lo mismo en Jinotepe: “Hicieron encuesta de boca en boca, no de papeles. Nada serio. A los militantes no nos han tomado en cuenta”, asevera Carlos Bravo Ramírez.
Murillo indicó que, entre 11 de mayo y el 18 de agosto, fueron realizadas 457 encuestas. En Monimbó nadie le da credibilidad a la cifra, pero son pocos los que se atreven a cuestionar de forma directa “a la Compañera Rosario”. En el norte del país, en la ciudad de Jalapa, los militantes intentaron quemar la casa de campaña del partido en repudio “a la imposición”.
Las bases sandinistas de Jalapa protagonizaron una de las protestas más fuertes contra “los dedazos”. Humberto Escorcia encabeza una comisión de militantes descontentos. El problema, según él, “es el sistema”. “En el partido no se respeta lo que se dice. Dijeron encuestas, pero tampoco las respetaron”, afirma.
Aunque los resultados de las 457 encuestas no han sido publicados por la dirigencia nacional del Frente Sandinista, Escorcia sostiene que en Jalapa ganó Humberto Pérez Largaespada. “Obtuvo arriba del 80%, pero pusieron a quien quisieron”, relata Escorcia.
En Malpaisillo, bastión sandinista gobernado durante casi cuarenta años por alcaldes de ese partido, los militantes tienen la misma sensación que sus pares de Jalapa. “Se supone que iban a respetar el proceso de las encuestas del municipio, y eso no se está dando”, reclama Auxiliadora Calero. Al menos en este pequeño municipio del departamento de León, los encuestadores fueron más visibles.
“Las encuestas se realizaron con mucha supervisión, e incluso llegó gente de Managua, no gente del pueblo, con el argumento que las encuestas no fueran amañadas ni alteradas”, pero de nada valió estima Calero.
María Auxiliadora Urbina es el nombre que las bases sandinistas de Malpaisillo querían ver impreso en la papeleta de votaciones en noviembre, porque “ella ganó las encuestas”. Sin embargo, “hubo manipulación”.
En las calles de la ciudad de Chinandega todavía pueden verse algunas mantas con la postulación como precandidato del FSLN de Vicente Molina. De los ocho precandidatos, solo él hizo campaña.
“Envié un documento a la secretaría departamental y nacional del partido y expliqué mis razones de postulación. Sé que había otros candidatos pero no salían a las calles. Yo tomé la iniciativa de hacer campaña y seguir el proceso”, recuerda Molina, quien asistió al programa Esta Semana.
El secretario político de Chinandega, José Espinoza, le llamó para conocer por qué estaba haciendo campaña en las calles. “La plática fue amena” y no hubo más preguntas. Sin embargo, la actual alcaldesa Aura Lila Padilla fue elegida por el partido, sin haber consultado a la población.
“Nosotros queríamos que el pueblo eligiera. Esto deslegitima las encuestas y lo que se dijo en el Congreso, de que el pueblo iba a elegir a los candidatos. La militancia no ha elegido todavía a nadie. Todo ha sido por dedo”, menciona Molina.
En Corinto, también municipio de Chinandega, el secretario político departamental José Espinoza fue expulsado y huyó de una asamblea partidaria, cuando los militantes inconformes le preguntaron por la imposición del actual alcalde Absalón Martínez.
Bismark Loáisiga, militante del Frente Sandinista, no apoya la candidatura de Martínez. “Tomamos en cuenta lo dicho por el presidente Ortega, de que era tiempo de que la juventud tomara las riendas de este gobierno y por eso propusimos una fórmula joven, pero no nos tomaron en cuenta”, refiere en el programa Esta Semana.
En Corinto se realizaron encuestas, pero Loáisiga asegura que fueron “viciadas”. No se hicieron en todas las comarcas del municipio y quien dirigió la actividad fue el actual alcalde, restando credibilidad a todo el proceso de elección.
“La población no cree en los resultados de esas encuestas. Nosotros necesitamos que el comandante Ortega rectifique su decisión, porque aún estamos a tiempo. Que manden a los municipios a hacer asambleas y que la militancia decida”, insiste Loáisiga, mientras muestra una foto en la que aparecen, sonrientes, los precandidatos de su agrado.
Reclamo de secretarios políticos de barrios de Somotillo por imposición de candidato, presentado hoy ante Secretaría nacional del FSLN pic.twitter.com/QW0K70utEY
— Wilfredo Miranda Aburto (@PiruloAr) August 28, 2017
En Somotillo, otro departamento de Chinandega, el descontento obligó a los secretarios políticos de las comunidades y barrios a redactar una carta de protesta. Viajaron hasta el despacho del presidente Ortega para entregarlo y dejar en claro el repudio a la candidatura del actual alcalde Keny Alberto Espinoza.
La tarde del 18 de agosto, cuando el diputado Castro inscribió a los candidatos del FSLN ante el Poder Electoral, las protestas de los militantes iniciaban a copar los titulares nacionales. Pero de todas formas, evitó referirse al descontento. “Agradecerle a todos los que quedaron y no quedaron”, dijo antes de escabullirse en una oficina. Al siguiente día, la vicepresidenta Murillo catalogó el proceso como “un ejercicio de democracia interna”.
“Imponer”, enfatiza Yasser Monje y miembro de la Juventud Sandinista en Masaya, “no es democracia, aunque seamos disciplinados”.
II. El secretismo de los nombres
Eso sí, antes de huir de los periodistas que le preguntaban sobre los nombres de los candidatos en las principales plazas electorales del país, el diputado Castro dijo que iban a permanecer en reserva hasta el 19 de septiembre. Fecha en la que el Consejo Supremo Electoral (CSE) los publicará en el diario oficial La Gaceta.
En los municipios, como por ejemplo en Nandaime, los militantes conocían con antelación que el candidato sería Roger Acevedo, quien ya fue alcalde y regresa bajo serios cuestionamientos de las bases. En Jinotepe el nombre del actual edil Mariano Madrigal era barajado. En otros lugares también había nombres y más descontento con las imposiciones. Sin embargo, el secretismo con los nombres obligaba a las bases sandinistas darle “un poco de beneficio de la duda” al partido.
“Pueden retractarse o renegociar la candidatura del ingeniero Orlando Noguera en Masaya”, consideró Evert Morales, socio de la cooperativa de transporte Germán Pomares Ordoñez, antes de que la candidatura de Noguera fuese oficializada.
Por esos días, Morales esperaba que una reunión con la exministra del Ministerio de Economía Familiar, Justa Pérez, y el ministro de la Juventud, Bosco Castillo, lograra que Jorge Luis Gutiérrez Dávila fuese escogido candidato. “Él ganó las encuestas y él tiene arrastre”, enfatizó.
Pero no fue así. Y tampoco hubo reunión con Pérez y Castillo, delegados por la dirigencia nacional del partido para resolver las pugnas en los municipios de la llamada Cuarta Región, conformada por los departamentos de Carazo, Granada, Masaya y Rivas.
El mayor en retiro Tomás Maldonado Pérez conoce de primera mano el funcionamiento del Frente Sandinista en Carazo. Fue secretario político departamental y trabajó en las elecciones presidenciales de 2006 y 2011. En el flanco derecho de la sala de su casa cuelga un cuadro de Jesucristo, y al izquierdo una foto en la que se le ve, con menos años, vestido de uniforme verde olivo junto a otros militares.
En principio, Maldonado Pérez es crítico del uso de las encuestas para escoger los candidatos del Frente Sandinista. Recordó que en ocasiones anteriores “había una lucha interna” por obtener el liderazgo: Los precandidatos hacían campañas y luego se medían en primarias. “Ahora todo es diferente”, dice el mayor en retiro con cierto desdén.
“Si han hecho una encuesta, darían a conocer inmediatamente los resultados para que se vea cómo el Frente Sandinista maneja un liderazgo real y verdadero. Todo es pura fantasía”, sostiene.
El misterio en torno a los nombres de los candidatos responde, a juicio de Maldonado Pérez, a la nueva forma de escogencia de candidatos: “Buscan al que sea servil, el que se arrastre. Al que adula o lisonjea a los líderes. Es la calidad que buscan. No buscan la calidad administrativa”.
El mayor es muy conocido en Jinotepe. En las calles es fácil obtener la dirección de su casa. Del actual alcalde y candidato Mariano Madrigal, Maldonado dice “que es un hombre que no habla y no está conectado con la gente”.
A una cuadra de la vivienda del exmilitar, CONFIDENCIAL encontró al edil. Le preguntamos sobre el proceso de elección de los candidatos en Jinotepe, y, efectivamente, dijo poco. “Hombre, ahorita me están esperando en una reunión”, excusa Madrigal. Apura el paso y se dirige a un edificio de dos plantas.
– ¿Es usted el candidato por el partido? – le preguntamos.
Madrigal sigue la marcha con el celular pegado a la oreja. No sabe qué contestar, y de seguido suelta un monosílabo mascullado: – Sí.
“Es un misterio que preparan y mantienen, porque si se dan cuenta mañana que al primero que pusieron tiene alguna cosa que no es fiel, inmediatamente lo cambian”, arguye el mayor en retiro.
En Jinotepe hay descontento en las bases sandinistas. Pero ha sido expresado de forma más discreta. Aunque la dirigencia nacional ni personeros del partido han reconocido las protestas de las bases sandinistas, ante las inconformidades más calladas y las más ruidosas en los territorios, la vicepresidenta Rosario Murillo ha lanzado mensajes en sus alocuciones diarias que repiten la frase “unidad por el bien común”.
“Este debe ser un fin de semana para consolidar esa unidad por el bien común, las alianzas, el bien común; un fin de semana para trabajar agradeciéndole a todas las familias que en todos los municipios de nuestro país han reconocido el liderazgo de algunos compañeros y compañeras para ser candidatos y candidatas en las elecciones o en la ruta hacia las elecciones de noviembre próximo”, expresó la primera dama.
La presión de las bases por conocer a los candidatos obligó a Murillo a revelar los nombres a cuenta gotas a través de los medios oficialistas. En capsulas informativas cargadas de promesas de desarrollo y los avances en las municipalidades donde gobierna el Frente Sandinista, las fórmulas son presentadas. También, los secretarios políticos departamentales exhiben en plancha a los candidatos de los municipios.
De los ocho municipios que tiene Carazo, en seis los ediles buscan la reelección. En plazas electorales importantes los mismos alcaldes continúan, como Sadrach Zeledón en Matagalpa.
El candidato en Nagarote es Juan Gabriel Hernández, quien fue destituido por supuesta malversación de unos materiales en 2014
— Wilfredo Miranda Aburto (@PiruloAr) August 24, 2017
En el caso de Managua fueron expuestas las duplas de los municipios de Ticuantepe, El Crucero, Tipitapa, Mateare, Villa El Carmen, San Rafael del Sur y San Francisco Libre. Ciudad Sandino fue uno de los últimos municipios donde la fórmula fue revelada. Hubo tensiones pero al final vuelve a la candidatura oficial el exalcalde Reinaldo Raymundo Flores. Los militantes en ese municipio hirvieron de rabia cuando lo supieron. En 2013 la Contraloría General de la República señaló a Flores de violar varios artículos de la Constitución Política, la Ley de Probidad y la Ley de Municipios al desobedecer al Concejo Municipal. De acuerdo al documento en poder de CONFIDENCIAL, el antiguo y edil y ahora candidato sandinista desvió 1 millón 502 mil 228 córdobas --que la municipalidad recolectó en concepto de una venta de lotes-- a una cuenta corriente.
El reclamo de las bases sandinista se reproduce en otros lugares. Ahora, hasta la isla de Ometepe se suma. En el municipio de Altagracia aparecieron esta semana pintas en repudio a la postulación del alcalde Orlando Meza.
III. Los “dedazos”, entre Murillo y los secretarios políticos
Liliam Muñoz está molesta con “la imposición de Martha Janeth Pérez”, actual alcaldesa de Niquinohomo, como candidata. Para demostrarlo reparte unas papeletas en las calles que rezan: “Ya no queremos más de lo mismo”. La mujer es cuidadosa en no responsabilizar por el “dedazo” a la pareja presidencial. “Nosotros respetamos mucho lo que dicen la compañera y el comandante”, repara rápidamente.
Aunque candidatos no han sido anunciados, en Niquinomo reclaman que candidata es la actual alcaldesa, Janete Pérez pic.twitter.com/MuGhAh1fpm
— Wilfredo Miranda Aburto (@PiruloAr) August 21, 2017
El problema de las “imposiciones, no solo para Muñoz, sino para otros muchos militantes sandinistas consultados para este artículo, está en los secretarios políticos, las figuras que ejercen el poder real en los territorios. Tienen mayores facultades que los funcionarios electos y responden a un engranaje operado desde la Secretaría del Frente Sandinista, donde despachan Ortega y Murillo.
“En realidad ellos (Ortega y Murillo) no dan abasto, entonces delegan. Torcidamente las personas en la que ellos delegan, no hacen el trabajo que deberían hacer”, considera Muñoz, en referencia al secretario político de Niquinohomo, Raúl Oviedo.
Karla Norory, una de las precandidatas por Niquinohomo, tiene la misma percepción que Muñoz. Con tenacidad porfía que Oviedo “manipuló” la encuesta para imponer a la actual alcaldesa.
En Masaya la voz de Verónica Rojas es reconocida como la de una militante “muy activa”. Aunque es feroz atacando la “imposición” del alcalde Orlando Noguera, Rojas cree que “la compañera” no se entera de lo que pasa en Masaya, y que el “cuadro del partido” en su ciudad es el responsable del “dedazo”.
“La compañera Rosario no dijo mentiras. ¿Por qué no dijo mentira? Porque las personas que representan a las autoridades del Frente Sandinista en Masaya, pudieron pasarle información falsa a la Secretaría de los resultados de la encuesta”, formula Rojas.
Para las bases sandinistas es difícil culpar a la pareja presidencial. Cuando les recordamos que la resolución del Congreso Sandinista otorga la última palabra al comandante Ortega para ratificar o vetar a los candidatos a alcaldes y vicealcaldes surgidos de las encuestas, los militantes buscan de cualquier modo exculparlo. En cambio, le piden “al comandante y la compañera que escuchen la voz del pueblo”.
Sin embargo, en Masaya hay dos militantes que señalan de los dedazos a la vicepresidenta Murillo. Uno es originario de la comarca El Comején. Es recio y de manos toscas. Su nombre es Héctor Jiménez y tajante afirma que “lo que decidió Rosario Murillo no va de acuerdo al pensamiento de la gente”.
En Masaya también hay descontento en militancia Sandinista. Creen que actual alcalde Noguera es candidato por FSLN pic.twitter.com/J3mDuCUWzc
— Wilfredo Miranda Aburto (@PiruloAr) August 21, 2017
En el solar de Monimbó, siempre sentado en la viga de acero que hace de banca, el docente José Antonio López González “oye decir” que los candidatos “vienen impuestos de Managua.
“No se sabe si es Daniel o Rosario Murillo”, duda el profesor. Pero aquí la gente comenta que es Rosario Murillo. Cometieron un grave error. No solo ese sentimiento anti Noguera es en Masaya: en otros departamentos tampoco quieren a los candidatos”.
En las todas las localidades visitadas por CONFIDENCIAL, las quejas por los alcaldes que buscan la reelección son redundantes: “Ineficiencia y corrupción”, aunque los militantes no muestran pruebas por el último señalamiento.
“En estos nueve años como alcalde de Malpaisillo, no ha hecho nada”, reclama Alba Rosa Martínez. “No ha cumplido con todos los proyectos que había prometido en el municipio. Hasta ahora que él vio que iba a ser reelegido empezó a terminar algunos proyectos”, agrega la militante.
Igual en Jinotepe, Niquinohomo, Corinto, Boaco y Masaya. En el bastión sandinista de Monimbó, el joven militante Lorenzo Flores interrumpe su faena en el taller de soldadura. Ve y escucha un remolino de vecinos que ante la cámara de televisión dan malas referencias del alcalde Noguera. Él no tarda en sumarse.
“No ha hecho nada por la ciudad de Masaya. Siempre está igual, las calles no están adoquinadas. Y solo cuando el presidente, nuestro comandante viene, solo allí se pone las pilas. Ese propio día. De allí brilla por su ausencia”, resalta Flores, en referencia a la conmemoración del Repliegue, una de las pocas veces que el comandante Daniel Ortega sale de Managua durante el año.
Dos días más tarde, el alcalde Noguera es ungido candidato en una marcha promovida por la Juventud Sandinista. La manifestación coincidió con la marcha de protesta de los militantes descontentos. Jovial, agasajado por la música de los filarmónicos, Noguera desconoció la existencia de sus detractores.
“Celebramos el apoyo que tiene el FSLN en la vanguardia que dirigen el comandante y la compañera Rosario con mucha sabiduría. Una Masaya en paz en tiempos de victorias”, dijo Noguera.
IV. Voto castigo y traición
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Ana Hernández González trabajó en el Ministerio de Educación en Masaya. Joven y miembro de la Juventud Sandinista, repudia la imposición del alcalde Noguera. No concibe cómo “la juventud no fue tomada en cuenta en estos tiempos que somos protagonistas”.
En caso de que Noguera siga como candidato, la joven ha tomado una decisión que “le duele”, porque sabe que afecta a su partido, pero “es lo que me han dejado”: No votar en las elecciones municipales.
En el mercado de Masaya, la comerciante Zayda García mastica la misma preocupación. “Siempre he sido fiel al partido, toda mi familia, pero en ese caso como que la pensaría…”, dice en voz baja.
En el occidente del país, en la ciudad portuaria de Corinto, Bismark Loasiga duda poco. A su juicio, como el partido debió hacer una encuesta transparente, “pero hicieron lo contrario, no tomaron en cuenta a la militancia, entonces la militancia no los va a tomar en cuenta en las elecciones de noviembre”.
En la ciudad universitaria de León las militantes Anastasia Martínez y María Hernández Campos no votarán por el candidato repitente Roger Gurdián. “Yo no voy a ir a votar. No me voy a prestar a una payasada que ya tiene cuatro años. ¿Vamos a poner otra vez la misma persona que no trabaja?”, ironiza Hernández Campos.
El hecho de no sentirse consultados hiere el ego de unos militantes que aseguran ser “protagonistas de la democracia directa” en Nicaragua.
“Nos sentimos muy mal, somos militantes históricas, fuimos miembros de la Juventud Sandinista, que antes se llamaba juventud revolucionaria, y realmente sufrimos la represión de la Guardia Nacional de Somoza, y hoy miramos un desastre, porque el Frente Sandinsita no es el mismo de antes”, lamenta Alba Rosa Martínez de Malpaisillo.
Martínez dice que no sabe “qué pasaría o qué está pasando con el comandante Daniel Ortega, que no escucha a su pueblo, porque él surgió del pueblo, para el pueblo, y si es la compañera (Rosario Murillo), no sé por qué yo siento que ella es la que determina, la que hace las cosas y la que más sale a tirar sus comunicados”.
La militante del FSLN asegura que si tuviera la oportunidad de hablar con ellos les diría que “estamos perdidos” y “que recapaciten” y recuerden que por el pueblo fue que se luchó por la revolución.
“Nos sentimos irrespetados como sandinistas, porque no se están respetando las decisiones, como se dijo en el Congreso”, añadió Calero. “Nos sentimos traicionados, porque confiamos en el proceso y ni siquiera han sido capaces de llamar para explicar las razones por las que las han sacado”, expresa.