2 de marzo 2019
Después de tres sesiones de negociaciones entre la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia y la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, todavía no sale humo blanco en torno al consenso de una “hoja de ruta” para poder iniciar a dialogar los temas de fondo de la crisis sociopolítica, como el adelanto de las elecciones. La negativa del Gobierno para aceptar como garantes y mediadores del proceso a organismos internacionales ha trancado la negociación sostenida en el campus del INCAE.
La tercera reunión finalizó la tarde de este viernes, con otro comunicado dando más largas al proceso de aprobación de la llamada “hoja de ruta”. “Entre otros temas, nos hemos puesto de acuerdo en cómo se tomarán las decisiones, horario de reuniones, política de comunicación y divulgación, la naturaleza de los acuerdos a ser alcanzados y aspectos de logística”, reza el comunicado.
De acuerdo a la Alianza Cívica, la “hoja de ruta” contiene las reglas o normativas que regirán la negociación. “De la elaboración de reglas claras y definidas de antemano, dependerá en gran medida el buen funcionamiento y los resultados de la negociación. Esta Hoja de Ruta también refleja el nivel de compromiso de las partes con este proceso”, explicaron.
La Alianza Cívica detalló que las partes acordaron seguir reuniéndose de lunes a viernes, “con el propósito de que la negociación culmine en el menor tiempo posible”. Las reuniones se retomarán el lunes cuatro de marzo.
Sin embargo, CONFIDENCIAL conoció de fuentes cercanas a la negociación que el punto que ha impedido el humo blanco es la negativa de la dictadura de aceptar como garantes y mediadores a la Organización de Estados Americanos (OEA), y a Naciones Unidas, tal como ha propuesto la comitiva opositora. También se maneja que la Iglesia católica, que por ahora solo atestigua en la mesa, estaría de acuerdo con el acompañamiento internacional.
Las largas a la aprobación de la “hoja de ruta” ha comenzado a generar suspicacias entre los ciudadanos. La veterana defensora de derechos humanos, Vilma Núñez, criticó que si “los puntos” fueron definir “quién va a cantar el himno, a rezar y cómo van a sentarse”, eso pudo “discutirse en medio minuto”.
La doctora constitucionalista y feminista Azahálea Solís, quien forma parte de la comitiva negociadora de la Alianza Cívica, dijo que ya habían previsto este “escenario”.
“Garantes y mediadores es la tercia. El Gobierno sostiene que la crisis es un problema de los nicaragüenses y que nosotros debemos resolverlo sin garantes internacionales”, coincidieron las fuentes consultadas por CONFIDENCIAL.
OEA dispuesta, según Almagro
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, afirmó que el organismo podría actuar como “garante” del diálogo en Nicaragua y reiteró que, para ello, es necesaria la liberación de los “presos políticos”.
“Nosotros estamos de acuerdo con un proceso de diálogo, no exactamente como mediadores, pero como garantes de ese proceso”, explicó Almagro en declaraciones a la prensa en la sede de la OEA, en Washington.
“Creo —dijo Almagro— que el camino de liberación de los presos políticos despeja digamos los obstáculos y nos lleva a las soluciones institucionales y de democracia que el país precisa”.
Previo a que se convocara la reanudación del diálogo, una delegación de la Secretaría General de la OEA se reunió a mediados de mes en Nicaragua con representantes del Ejecutivo nicaragüense para pedir la liberación de los presos políticos y acciones para mejorar el sistema electoral.
En respuesta, el Ejecutivo sandinista anunció su intención de fortalecer el sistema electoral de cara a los comicios de 2021, pero descartó adelantar las elecciones, como habían pedido varios sectores de la sociedad nicaragüense y miembros de la comunidad internacional, como Estados Unidos.
“Nosotros es lo que hemos solicitado, la liberación de todos los presos políticos porque nosotros no podemos entrar en una negociación en la que tengamos que negociar libertades. Eso no sería la mejor manera de estar en una negociación”, subrayó Almagro.
¿Iglesia garante?
Los delegados del Gobierno se oponen de forma rotunda a la participación de la Conferencia Episcopal (CEN) como testigos y facilitadores del Diálogo, junto al nuncio apostólico, y pretenden individualizar esta responsabilidad en el presidente de la Conferencia Episcopal, Leopoldo Brenes. Sin embargo, el cardenal Brenes tiene un mandato de la CEN de integrar una delegación de tres miembros con los obispos Rolando Álvarez y Bosco Vivas, y cuenta con el respaldo del papa Francisco para hacerse representar con los obispos de forma colectiva.
Según la fuente, si el Gobierno persiste en vetar a los otros dos miembros de la CEN, Brenes podría optar por no participar en el Diálogo, y sin duda tendría el respaldo pleno de la Alianza Cívica, poniendo en entredicho la falta de voluntad política del Gobierno en el diálogo. “Para los de la Alianza está claro que no hay Diálogo sin los obispos y la CEN como testigos y facilitadores”, precisó la fuente, “porque ellos son la institución más creíble del país”.
Restablecimiento de las libertades
Diversos actores sociales han exigido a la Alianza Cívica no “negociar las libertades”. Es decir, que el Gobierno libere en su totalidad a los presos políticos y cese la represión de las movilizaciones cívicas. Sin embargo, por el momento, la represión policial persiste. Una protesta de estudiantes en la Universidad Centroamericana (UCA) fue atacada por los oficiales.
“Ni siquiera sabemos si hay precondiciones, y si han mantenido dentro de esas precondiciones la libertad inmediata de los presos políticos. No estaría de acuerdo que los puntos de la agenda de discusión sean los presos políticos, porque implica entrar a una negociación. Como hemos dicho, los derechos humanos no son negociables”, criticó la presidenta del Cenidh.
La comitiva oficial
La comisión de la dictadura Ortega-Murillo ha mantenido en total hermetismo cuál sería su propuesta de mediadores, testigos y garantes. La comitiva gubernamental estuvo encabezada por el canciller Denis Moncada Colindres. Los demás titulares de la comitiva de la dictadura fueron los diputados Edwin Castro, José Figueroa, y sorpresivamente, el legislador tránsfuga y otrora adulador del caudillo liberal Arnoldo Alemán, Wilfredo Navarro.
“Que tengan que poner a Wilfredo Navarro demuestra la decadencia y el deterior del régimen. No tienen a nadie de peso”, afirmó Ana Margarita Vijil, integrante del Movimiento Renovador Sandinista. “El Frente se quedó vacío. Daniel Ortega está aislado hasta en su propia gente. En el Infiernillo, en La Modelo, hay más gente representativa del Frente, como es el excoronel Carlos Brenes”, comentó.
Otros de los miembros de la comitiva oficial fueron el magistrado Francisco Rosales, y el eterno estudiante de la Unión Nacional de Universidades (UNEN), Luis Andino.