21 de junio 2021
Para Kitty Monterrey, presidenta del partido Ciudadanos por la Libertad (CxL) e integrante de la Alianza Ciudadana, el régimen de Daniel Ortega persigue desmoralizar a los ciudadanos opositores y animar a sus bases con la escalada represiva que en poco más de tres semanas ha significado el arresto de 17 personas, entre ellos cuatro precandidatos presidenciales, lo que obligó a que se suspenda el proceso de selección interna del candidato único de la oposición.
En una entrevista en el programa televisivo Esta Semana, Monterrey reiteró que la Alianza Ciudadanos por la Libertad mantiene la decisión de participar en el proceso electoral, pese a los obstáculos, mientras analizó el impacto que las detenciones pueden tener en los opositores de cara a las votaciones previstas a realizarse en noviembre próximo.
Según el calendario electoral, entre 28 de julio y 2 de agosto próximo las agrupaciones políticas deben inscribir a sus candidatos, por lo que deberán tomar decisiones este mes. “No es el momento de tirar la toalla”, dijo la presidenta de CxL e hizo un llamado a no perder la esperanza para buscar una salida cívica a la crisis que vive el país.
“El sandinismo le tiene terror a ir a un proceso electoral. Igual que en las elecciones anteriores (2016) no tienen los votos, no tiene los recursos inmensos —no es que no los tenga, pero no los que tenía en el pasado— y además tiene un pueblo que le demostró en la calle que lo rechaza mayoritariamente. En este escenario de debilidad está buscando culpables, tomando rehenes con la esperanza quizás de negociar y haciendo demostraciones ridículas de fuerza”, explicó Monterrey.
La Alianza Ciudadana es la única opción de la oposición que se ha inscrito en el proceso electoral después que el Consejo Supremo Electoral eliminó la personería jurídica Partido de Restauración Democrática, que era la casilla electoral de la Coalición Nacional.
Según Kitty Monterrey, el arresto de los empresarios —José Adán Aguerri, ex presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada, y Luis Rivas, presidente ejecutivo del Banco de la Producción— y la intervención de las cuentas de trece funcionarios de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico (FUNIDES), sorprenden por los límites a los cuales está llegando Ortega.
“En un principio creímos que era una represión en contra de aquellos que estamos involucrados en política y que la detención de los candidatos presidenciales posiblemente era temor a enfrentarse a ellos o tratar de sacarlos del juego. Obviamente esto trasciende. Está tocando al sector privado y, entre ellos, al sistema financiero”, dijo Monterrey.
La líder de CxL demandó que se presenten pruebas, porque lo que circula en el internet es “ridículo” y lo que está a la vista es que se está vulnerando los derechos humanos de las personas investigadas y encarceladas en estos procesos judiciales que tiene un impacto en el caso de los empresarios porque se les está “hallando culpables de algo que nadie sabe qué es”.
Los cálculos de Ortega con la represión
Monterrey trató de explicar lo que hace Ortega con la hipótesis de que la escalada represiva es para usar a los detenidos como “monedas de cambio” para negociar en una posición de fuerza, pero también considera que puede haber venganza.
La presidenta de CXL dijo que Ortega está claro de que Estados Unidos y la comunidad internacional son los que le pueden garantizar algo ante una eventual transición, por lo que hay que esperar para descubrir qué es lo que quiere el Ejecutivo en concreto.
Kitty Monterrey insistió en ir a elecciones. Aunque las condiciones sean adversas, ella sostuvo que no ve otra opción a las votaciones para lograr un cambio.
“Debemos hacer el esfuerzo para ir a un proceso electoral, sino, ¿cuál es la otra alternativa? No le veo otra. Si hubiera otra, yo estaría dispuesta a escucharla, colaborar con quien sea para que exista otra alternativa pacífica”, reiteró.
Monterrey explicó que hablaron esta semana con Medardo Mairena, precandidato interesado en inscribirse en el proceso de selección de la Alianza Ciudadana y líder además del movimiento campesino, para explicarle que el proceso de selección del candidato presidencial de CxL estaba suspendido para priorizar a los presos políticos.
“A Medardo (Mairena) es cuestión de esperar, mientras hacemos los ajustes necesarios para alcanzar ese consenso o afinar la metodología y encontrar un candidato que pueda realmente enfrentarse a Ortega”, agregó.
¿Escogerá CxL a otro candidato?
La dirigente opositora dijo que tampoco se trata de candidatear al que quede de la lista de precandidatos inscritos, de los cuales dos han sido detenidos. “El que quede no significa, como han interpretado muchos, el que quiere Ortega (...) Estamos claros que el candidato que llevemos, si es que no terminan de echar preso al que vaya saliendo; el que quede va ser del consenso real de la mayoría de sectores de este país”, afirmó Kitty Monterrey.
A cinco meses de las elecciones, se mantiene un contexto adverso para la ciudadanía marcado por el encarcelamiento de opositores, incluidos los precandidatos; el asedio a otros en sus casas, la limitaciones a las libertades de movilización de la ciudadanía y el control del oficialismo en el sistema electoral desde la cúpula del Consejo Supremo Electoral hasta las Juntas Receptoras de Votos.
Ortega incumplió, además, con el compromiso de realizar reformas electorales que garantizaran comicios libres, tal como lo demandó la Organización de Estados Americanos (OEA).
La semana pasada la OEA condenó la escalada represiva de Ortega con el voto de 26 países. “Yo sé que es un momento difícil y nos hemos enfrentado a Ortega en condiciones difíciles y hemos enfrentado los fraudes y farsas electorales, incluyendo la de 2016 en la que obviamente no participamos, pero tampoco participó el 72 por ciento de la población, porque hubo abstención bien documentada”, insistió.
Monterrey considera que si se logra una votación masiva de los ciudadanos en noviembre y hay, además, fiscales en todas las juntas receptoras de votos para defender el voto, es posible derrotar a Ortega, por lo que ahora están abocados a su trabajo organizativo.
La pugna “izquierda-derecha”
La posibilidad de que la casilla de Alianza Ciudadana se convierta en un punto de encuentro que sirva para la unidad de todas las fuerzas opositoras al régimen no incluye, según Monterrey, a los movimientos de “izquierda”. Monterrey lamentó la detención de los opositores que son miembros del grupo político UNAMOS, antes Movimiento Renovador Sandinista, pero los excluye de una alianza contra la dictadura, porque “aún no estamos en democracia”. “La mayoría de los nicaragüenses no son de izquierda", justificó. "Si te referís a los del MRS no los veo yo como parte de esta alianza”, declaró Monterrey.
Preguntada si el problema nacional se deriva de una pugna entre “izquierda y derecha”, o entre “democracia y dictadura”, Kitty Monterrey dijo que hay “una combinación. Creo que se ha desvirtuado el concepto de unidad y no puedo dejar de mencionar que, en medio de esta rebelión cívica de abril y todo lo que ha venido sucediendo en los últimos tres años, ha habido un enfrentamiento paralelo de un sandinismo que está en el poder y un sandinismo que lo quiere recuperar. Por lo tanto, aparte de lo que nosotros hemos visto como esa rebelión genuinamente autoconvocada, a la par es otra guerra que no es la nuestra”.
“Tenés que recordar que nuestra historia de guerra es reciente y, cuando digo reciente, es que las familias del corredor de la Contra no olvidan tan fácil todos los muertos que tuvieron en esa época. Hay mucho resentimiento que se mantiene a aquellos que fueron parte de ese sandinismo. Entonces yo lo he dicho antes: hay sumas que restan. ¿Cómo incorporar a esa izquierda, cuando perderíamos a la mayoría de gente que no está de acuerdo con esas posiciones?”, enfatizó la presidenta de CxL.