10 de marzo 2021
Las madres de los asesinados, los excarcelados, familiares de los actuales presos políticos y exiliados ven con pesar como su demanda de verdad, justicia, reparación y no repetición, parece pasar a segundo plano en medio del panorama electoral en Nicaragua. Sienten “miedo a la impunidad”, coinciden las víctimas del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que por una parte prefieren mantenerse al margen del proceso, aunque otros han optado por involucrarse en diferentes organizaciones para tratar de incidir en la agenda política.
Los presos políticos excarcelados son –quizá– los más activos en el proceso electoral. “De alguna u otra manera somos actores políticos y estamos participando”, comenta Allan Gómez, de la Unión de Presos Políticos de Nicaragua (UPPN). Su integración; sin embargo, es a título personal puesto que esa organización no forma parte de ninguna agrupación política con fines electorales y por ello, valora, “hemos tenido que adaptarnos”.
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Algunos excarcelados participan a través de la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab), el Movimiento Campesino y, en el caso de Miguel Mora, en el Partido Restauración Democrática (PRD). “Vimos que los excarcelados se estaban disgregando”, explica Ricardo Baltodano, por ese motivo se formó el Grupo de Reflexión de Excarcelados (Grex), que en las próximas semanas podría ser incorporado a la Coalición Nacional.
Para Karen Lacayo, de la Asociación de Familiares de Presos Políticos (AFPP) y hermana del reo político Edward Lacayo, “no es bueno irnos a elecciones” con 125 presos políticos y sin las reformas electorales que garanticen que el proceso sea justo y transparente. Participar en un proceso sin garantías, advierte, solo servirá para “legitimar al régimen”.
En el exilio, mientras tanto, el tema ha despertado cierto grado de entusiasmo, aunque “estamos claros que no hay garantías de transparencia”, valora Silvia Cerda, quien abandonó el país para proteger su vida en 2018. Actualmente reside en Costa Rica y advierte que algunos exiliados están considerando la posibilidad de volver a Nicaragua para ejercer su derecho al sufragio universal.
“Nuestra demanda trasciende el tema electoral”
Josefa Meza, de la Asociación Madres de Abril (AMA), opina que “como víctimas no podemos estar inmiscuidas en política”, pero “eso no significa que no vamos a votar… por supuesto que lo haremos y por el candidato único” de la oposición al régimen de Ortega, afirma. Meza es madre del joven asesinado el 30 de mayo de 2018, Jonathan Morazán. Para Meza, el candidato de la oposición “debe ser alguien que no vaya a negociar la justicia y haga que los culpables paguen”.
La razón primordial por la que organizaciones como AMA, AFPP y UPPN se abstienen de participar en movimientos políticos como la Alianza Ciudadana o la Coalición Nacional, es que “pensamos que nuestras demandas trascienden el tema electoral”, explica Francys Valdivia, actual presidenta de AMA.
El 19 de febrero pasado, la Coalición reformó sus estatutos y actualizó su procedimiento de inclusión para incorporar en sus filas a tres sectores: las víctimas, los gremios sindicales y la diáspora o exilio. Solamente el Grex ha solicitado su incorporación.
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Las Madres de Abril “tenemos nuestra propia voz”, señala Valdivia. La Coalición “tiene un inicio y un fin, ese fin termina con el proceso electoral”. En AMA “estamos trabajando en lo que tenemos que trabajar” y en “abril presentaremos nuestro posicionamiento sobre el tema electoral”, agrega.
“Nosotras --insistió-- no vamos a ser parte de la Coalición ni de ningún otro grupo político partidario que vaya a surgir, puesto que nuestras demandas no son demandas electorales. Nuestras demandas trascienden a un proceso de elecciones”. Valdivia explicó que están conscientes de la importancia del proceso electoral, para un cambio de Gobierno, pero reafirmó que sus demandas --de verdad, justicia, reparación y no repetición-- siempre han estado dirigidas al Estado de Nicaragua; por ende, no ven cabida en los espacios que surjan en la actual coyuntura política.
Mientras tanto, algunos familiares de los presos políticos han sostenido encuentros con los movimientos políticos y los precandidatos de oposición porque “estamos desesperados”, señala Lacayo. Pero advierte que “tampoco nos vamos a ensuciar” participando en un proceso electoral sin garantías de transparencia.
Lacayo, quien junto a su familia ha sufrido acoso policial, en Masaya, considera que la oposición se ha enfocado en las elecciones y “han olvidado a nuestros hermanos presos políticos”. Asegura que los reos de conciencia temen que Daniel Ortega se quede en el poder debido a la falta de unidad demostrada en los bloques opositores.
“Están decepcionados porque no hay unidad, y ellos piden que haya unidad porque solo así van a sacar a Daniel Ortega del poder, y solo así van a salir ellos porque Daniel Ortega no los va a dar, no va a ceder mientras él esté aquí --en el Gobierno--”, expresó.
“Aquí (en Nicaragua) se habla de elecciones para después alcanzar justicia, pero nosotros (las víctimas del régimen) ya hemos analizado otros procesos de justicia transicional y nos preocupa demasiado que se promueva la impunidad”, señala Gómez. Además, “estamos en situación de vulnerabilidad y que nos manden a defender el voto, eso nos causa bastante miedo”, agrega.
Mientras tanto, Meza percibe que en el contexto electoral “pareciera como que va haber una negociación” y advierte que en AMA “nunca vamos a negociar la justicia” por los 328 asesinados en las protestas de 2018. Como víctimas del régimen “estamos dispuestas a llegar hasta las últimas consecuencias… haya o no elecciones, nosotros estamos en una lucha que sabemos que es larga, pero vamos a tratar de conseguir esa justicia”, continúa.
“Promover la candidatura de los excarcelados”
Contrario a las otras organizaciones de víctimas, el Grex impulsa la participación en el proceso electoral y “de una u otra manera vamos a promover la candidatura de los excarcelados”, afirma Baltodano. “Queremos que en la lista de diputados haya excarcelados y víctimas directas del régimen, no por un afán de prebendas sino por renovación”, agrega.
El seis de marzo pasado, el Grex respaldó públicamente la precandidatura presidencial de Miguel Mora, por el PRD. El cual consideran “un hermano excarcelado”, que se ha ganado a pulso el respeto nuestro”, dijo Roger Espinoza, coordinador del Grex.
De igual forma, los exiliados consideran que la mejor formas de incidir en los movimientos políticos es participando directamente. “Nosotros nos hemos despegado de los procesos que se realizan en Nicaragua”, explica Cerda. “Estamos participando en la UNAB y en la Coalición Nacional”, continúa.
Afuera del país “estamos claros de que no hay garantías (de transparencia), pero esto dejará en evidencia al régimen”. El voto en el exterior no está permitido por lo que hay quienes consideran “volver al país para votar”, pero eso lo hacen “bajo su propio riesgo”, puntualizó Cerda.
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Unidad de Exiliados Nicaragüenses (UEN) esperará el desarrollo de una asamblea con sus 876 afiliados para decidir si continúan el camino hacia la integración en la Coalición, explicó su coordinador, Joao Maldonado.
Aunque UEN no representa a todos los exiliados en Costa Rica, que ha recibido 116 000 solicitudes de refugio de nicaragüenses desde 2018, por la represión contra la Rebelión de Abril, valora que tienen derecho a ser considerados en la toma de decisiones de los bloques opositores, “que nuestra voz se escuche”, expresó Maldonado.
Recuerda que ellos están fuera del país, pero han sido víctimas de los abusos del Gobierno, y al excluirlos, también lo hacen con su base social, que está dentro de Nicaragua.
“Nosotros, sabemos que si no hay unidad, no va haber ningún tipo de avance en contra de la dictadura, y una de las cosas que nosotros le hemos hecho expresivo a la Coalición Nacional es que el mayor interés de nosotros, como exiliados, es salir de la dictadura, salir de la crisis. Nosotros no estamos en ningún momento, ni demandando cargos, ni demandando diputaciones, ni nada por el estilo”, expresó.
Asimismo, el Grex aseguran que esa organización nació con una doble naturaleza: una gremial-sectorial y otra política. “Nuestras demandas siguen siendo justicia transicional y reparación de los daños”, explica Baltodano, pero consideran que para que esas demandas sean escuchadas deben participar.
Justicia en segundo plano
Al margen de la participación de las víctimas del régimen en el proceso electoral, en los movimientos políticos y los discursos de los aspirantes a la presidencia, las demandas de libertad para los presos políticos así como verdad, justicia, reparación y no repetición han pasado a un segundo plano.
Algunos precandidatos “sí mencionan el tema de justicia, pero nada serio, nada concreto”, comenta Meza. Pero la agenda política de la oposición está dominada por la demanda de unidad de todos los bloques opositores, algo que “es necesario”, valora, porque si no se logra “solo se le va a dar legitimidad al dictador para que siga gobernando con las armas”, subraya.
Gómez, por su parte, ve con “desilusión” que la demanda de libertad para los presos políticos y justicia para las víctimas es abordada de forma superficial. Los movimientos políticos de oposición y los precandidatos “han tomado nuestras demandas como parte del discurso, como una promesa en el aire, pero no dan soluciones claras de cómo alcanzar la justicia”, comenta.
Mientras tanto, Valdivia afirma que a pesar de no tener un fin político, “estamos a la espera de ver cómo se va desenvolviendo el proceso electoral”, porque valora “todos hablan de justicia de forma superficial”.