17 de septiembre 2020
La amenaza de Daniel Ortega de recetar cadena perpetua para lo que denomina “crímenes de odio”, en Nicaragua, provocó una sensación de “indignación”, en el opositor Félix Maradiaga, de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), quien considera que si alguien es candidato a la cadena perpetua, ese sería Daniel Ortega.
“Yo no soy partidario de la cadena perpetua por muchas razones, pero quiero decir que si existiera, el candidato para cadena perpetua sería Daniel Ortega”, aseguró Maradiaga durante el programa Esta Noche.
La indignación, que describe Maradiaga es consecuencia de ver que, según él, Ortega se aprovecha del asesinato de dos niñas, de 10 y 12 años, en Mulukukú, para manipular el sentimiento de las familias con el propósito de amedrentar a los opositores.
Además, durante la represión y la llamada Operación Limpieza, ejecutada por policías y paramilitares en el 2018, murieron 325 personas en Nicaragua, y recientemente un Tribunal de Conciencia en Costa Rica falló a favor de las víctimas de tortura y violación sexual, ejecutada por el régimen en cárceles del país.
Según Maradiaga, muchos crímenes de los que se habla en Nicaragua y de los que se señala a Ortega, no se ejecutan solo desde 2018, cuando el estallido de protestas sociales para exigir la renuncia del régimen desató una ola represiva que todavía no acaba, sino que viene desde mucho antes.
Fiscalía independiente
Por ello, aseguró que dentro de la Unidad Azul y Blanco se ha propuesto que en un plazo de 100 días, cuando se logre una transición democrática, se cree una Fiscalía independiente que investigue los crímenes cometidos por el régimen, no solo durante el período de Gobierno de 2007 a la actualidad, sino desde el triunfo de la revolución en 1979.
“Hemos hablado de la importancia de una Comisión de la Verdad que revise de manera contundente todos los crímenes de lesa humanidad desde 1979 hasta la actualidad, una Fiscalía independiente y un tribunal ad hoc que trate estos crímenes”, recordó Maradiaga.
El político, además, subrayó que a Ortega se la ha señalado de pedofilia y abuso sexual. Zoilamérica Narváez, hijastra de Ortega, denunció en 1998 que el caudillo sandinista abusó sexualmente de ella cuando era una niña.
El caso no se investigó y Narváez hoy vive en Costa Rica donde se encuentra exiliada, pues la represión y persecución del régimen también la alcanzó a ella.
“Sin embargo, se equivocan, lejos de generar en la oposición nicaragüense más temor o división, lo que están haciendo es galvanizar un sentimiento ciudadano de mayor indignación y de convencimiento absoluto de que esta dictadura tiene sus días contados”, sentenció el líder opositor.
“Perseguir los crímenes de lesa humanidad”
Un crimen de lesa humanidad se define como aquellos delitos atroces y de carácter inhumano que son cometidos en contra de una población civil para aplicar las políticas de un Estado o una organización.
El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), señaló al Gobierno de Ortega y Murillo de cometer este tipo de crímenes después de las protestas de 2018 y la violenta represión en contra de civiles desarmados que pedían su renuncia a la Presidencia.
Maradiaga dijo que estos crímenes no quedarán impunes y que, por el contrario, además de la justicia que puedan dictar los tribunales locales, también se buscará incorporar a los tribunales internacionales “en el marco del derecho internacional e incorporando la jurisdicción de la Corte Penal Internacional”.
Esto debe ser así —prosiguió— considerando que el sistema de justicia de Nicaragua “no es imparcial” y que se encuentra controlado por el mismo régimen de Ortega, al igual que la Asamblea Nacional y el Poder Electoral.
“Mientras Ortega esté en el poder, él va a tratar de bloquear todo mecanismo de justicia al ser de los principales perpetradores de esos crímenes”, advirtió el politólogo.
Llamado a la unidad
Maradiaga insistió en que estas nuevas amenazas de Ortega de reformas la Constitución Política de Nicaragua para recetar cadena perpetua, son también un llamado para la oposición de Nicaragua que, a 14 meses de las elecciones generales, no ha dirimido sus diferencias y unido en un solo bloque contra el régimen en la llamada Coalición Nacional.
Más bien, consideró que ningún grupo político u organización por sí sola podrá hacer frente al régimen orteguista, pero sí tendrían oportunidad de derrotarlos en una eventual contienda electoral si hay “una ciudadanía unificada”.
El opositor valoró que para la oposición hay tres pilares fundamentales que se deben abrazar, de tal manera que se pueda lograr la unidad opositora. Uno de ellos es lo que llama más cercanía con el “dolor del pueblo”, que se ve reflejado en el hartazgo ciudadano por la carestía de la vida, la pandemia de la covid-19, el desempleo y la represión.
El segundo pilar, según Maradiaga, es que la ciudadanía se cansó de que el régimen de Ortega le diera la espalda a todas sus ansias de libertad, bienestar y justicia; mientras que el tercero lo resume en “la definición democrática de liderazgo”.
“Tenemos que regresarle a la ciudadanía el poder de decidir los liderazgos que van a guiar a la población en los próximos meses.”, concluyó Maradiaga.
La Unidad Nacional Azul y Blanco ya completó su organización en todos los municipios del país, dijo Maradiaga. El politólogo aseguró que más que provocar parálisis en la ciudadanía, las amenazas de Ortega les hacen ver que es necesario que se mantengan las presiones ciudadanas contra el régimen sin arriesgar la integridad de nadie y que por el contrario, encontrarán nuevas maneras de seguirse manifestando.