Invertir 350 córdobas en un botiquín de medicamento para desparasitar perros y poner un anuncio del servicio en la puerta de la casa fue el primer paso de Jessica Flores, que sin tener ninguna experiencia se convirtió en propietaria de dos clínicas veterinarias que distribuye su propia línea de productos para la salud de las mascotas y pasó a formar parte de un pequeño grupo de jóvenes emprendedores que están transformando la economía nicaragüense.
Jéssica nunca trabajó para alguna empresa. Cursaba el segundo año de la carrera de Ingenieria Industrial cuando las dificultades económicas amenazaban la continuidad de sus estudios. Fue cuando recordó que tenía la habilidad de cuidar de la salud de sus perros y comenzó a ofrecer su servicio para desparasitar mascotas y generar así ingresos que le permitieran ajustar el costo del pasaje a la universidad.
A medida que pasaba el tiempo el servicio que ofrecía Jéssica era cada vez más demandado. Se graduó de Ingeniería Industrial e ingresó a estudiar medicina veterinaria. Después de tres años logró una importante demanda de sus servicios y fue cuando cruzó la línea que separa al trabajador informal y al generador de empleo formalizando su empresa llamada Veterinaria de Salud Integral, con una línea de productos registrados llamados “Overshine”. Actualmente emplea a 6 personas profesionales de la medicina veterinaria y pretende ampliar su marca para exportarla.
Como Jessica existen en Nicaragua centenares de jóvenes que han saltado del autoempleo a ser generadores de oportunidades y representan un 2,2% de la población total joven, según la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides). Sin embargo, un estudio realizado en 2013 en más de 100 países por Global Entrepreneurship Monitor ubica a Nicaragua junto a Venezuela como últimos de la lista en emprendimiento en América Latina.
Para Arnulfo Urrutia, experto en temas de emprendimiento, resulta contradictorio que extranjeros al llegar a Nicaragua aprecian y visionan innumerables oportunidades, en cambio el joven nica aspira a emigrar en busca de oportunidades que no ve en su país. Actualmente el 20% de nicaragüenses jóvenes están desempleados y no reciben ningún tipo de remuneración económica, un 15,5 % trabaja por cuenta propia y un 61.8% tiene un trabajo formal, según Funides.
Arnulfo Urrutia menciona que el emprendimiento por necesidad es algunas veces menospreciado o no considerados como tal. A su criterio, una persona que no tiene trabajo le quedan tres opciones: pedir, delinquir o buscar cómo generar su propio modo de vida.
¿Dónde caben los “freelance”?
“Freelance” es un término inglés usado para describir a aquél trabajador por cuenta propia. Este concepto, según el sociólogo Juan Carlos Gutiérrez, se le asigna a un tipo de servicio más especializado, asociado a un nivel de estatus y un tipo de ingreso, pero que finalmente ofrece servicios de manera independiente, igual que un fontanero que llega a una casa a reparar el lavamanos o el lavadero.
Sara Lila Cordero es fundadora de La Fábrica Coworking, un espacio físico donde convergen emprendedores para trabajar en la continuación de sus proyectos e ideas de negocios. Para ella, ser trabajador por cuenta propia es el primer escalón para formalizar una idea de negocio. “Un freelancer vende sus horas, su tiempo, su conocimiento y llega un momento en que no tiene más tiempo y que le toca contratar a más personas”, dice. Por tanto, considera que ese el momento para proyectarse con mayor rigurosidad en el campo del emprendimiento.
“Lo que tenés que hacer es un plan de negocio y ver cómo lo escalás, cómo aportás más valor, cómo ofreces otros servicios complementarios y le ayudás más a los clientes a cubrir sus necesidades. En ese punto es donde yo creo que dejás de ser un freelancer y pasas a ser una empresa”, explica Sara Lila Cordero.
José Collado es un trabajador por cuenta propia también considera que para ser “freelance” se necesita pasión. El ha cumplido un año laborando por su cuenta como fotógrafo y productor audiovisual y aunque confiesa que debe lidiar con las palabras de su mamá -“si tuvieras un trabajo fijo”-, Collado afirma que siempre ha logrado pagar a tiempo todas sus facturas. Su reto ha sido enfrentar la concepción de la gente que por ser joven no puede ofrecer un servicio de calidad y advierte: “si no ahorrás...estás chicle”. Él aspira a crear su propia empresa y asegura que está en ese proceso.
Emprendimiento ¿una moda?
Para Sara Lila Cordero el emprendimiento es el futuro de las economías, está en apogeo a nivel global y cambiando la visión del mundo. Sin embargo, Arnulfo Urrutia teme que se convierta en una moda y que no se capaciten a los jóvenes nicaragüenses con las habilidades necesarias para liderar en el sector empresarial.
En 2016 fue anunciada por la ahora vicepresidenta de la República Rosario Murillo la incorporación de una nueva materia sobre emprendimiento al pensum escolar de todas las escuelas públicas del país. Urrutia lo considera como una buena iniciativa, pero pone en duda que esa metodología. El emprendedor es alguien innovador, inquieto, con propuestas no convencionales y con un criterio propio, por esto Urrutia se pregunta: “¿realmente el Estado está decidido en formar y tolerar a emprendedores que propongan y dispongan de crear acciones innovadoras aunque vayan en contra del sistema político?”
Para el sociólogo Juan Carlos Gutiérrez asegura que en las economías liberales el emprendimiento “plantea la responsabilidad a cada persona de ser un emprendedor y descartar la idea de que no hay empleo, sino que hay que gestionarlo por cuenta propia”.
El fracaso y la oportunidad
Para Sara Lila Cordero cada problema, queja y necesidad, es una oportunidad de negocio. Ella sugiere hacer el ejercicio de pensar y detectar cuántos problemas en el día son motivo de queja e inconformidad, para ver así una oportunidad en generar una solución, misma que puede terminar en ser una idea de negocio.
Tania Uriarte creó una tienda de ropa “online”, pero su falta de experiencia en ofrecer productos al crédito fue suficiente para que en poco tiempo se diera cuenta que no podía continuar. Lo recuerda como un aprendizaje, y su entusiasmo por emprender -que asegura que lo heredó de su mamá- la llevó a fundar junto a sus dos hermanas “Quinoa fit & food”, una tienda-restaurante que ofrece productos culinarios saludables.
Uriarte trabajaba en una empresa de hidrocarburos que no tenía nada de relación con el negocio que deseaba emprender junto a sus hermanas, sin embargo asegura que la idea surgió al experimentar los daños que estaba provocando el menú tradicional del nicaragüense, por tanto decidieron cambiar el hábito alimenticio y notaron la necesidad en el mercado de abrir un negocio que ofreciera todos los productos saludables en un solo sitio.
El proyecto tomó más de un año en ser desarrollado. Tania invirtió su liquidación en el negocio y junto a sus hermanas se encargaron de constituir legalmente la empresa, realizar una investigación de mercado y crear alianzas con proveedores nacionales e internacionales.
“Al inicio fue super duro, cuando uno emprende cree que va a tener su propio horario y sí lo va a tener, pero es de 24 horas al día. Nos levantábamos a las 3 de la mañana pera preparar todos los insumos del menú saludable”, explica Tania Uriarte
En sus inicios les correspondían a Tania y sus hermanas hacer cada una de las tareas del negocio, después de seis meses estaban en capacidad de generar empleo. Actualmente han ampliado sus servicios por la demanda de sus clientes y les ofrece entrega a domicilio. Cumplirán en febrero de 2017 dos años de haber abierto sus puertas y sueñan con abrir nuevas sucursales.