20 de julio 2016
En contra de las expectativas y rumores, el comandante Daniel Ortega calló hoy sobre quién le acompañará en la boleta electoral en los comicios nacionales previstos para el próximo 6 de noviembre, aunque en su discurso de celebración del 37 aniversario del triunfo de la revolución sandinista, Ortega elogió a su esposa, la vocera del gobierno, Rosario Murillo, sobre quien resaltó su "lealtad".
Ortega dijo que esa "lealtad" de Murillo viene desde los tiempos en que apoyaron la lucha guerrillera, desde la "clandestinidad". El comandante afirmó que Murillo se ha "mantenido leal" a "nuestros héroes y mártires" y a "Sandino". Además, agregó que "la compañera Rosario no podía faltar en este núcleo de raíces revolucionarias", en el que también mencionó al asesor presidencial para temas económicos, Bayardo Arce, y al presidente de la Asamblea Nacional, René Núñez, quien convalece en Costa Rica.
Se esperaba que Ortega confirmara o no a su esposa y vocera gubernamental como su compañera de fórmula durante el acto oficial por el 37 aniversario de la insurrección popular de 1979, celebrada en la Plaza de la Fe.
Nicaragua está a menos de cuatro meses de esas elecciones y a Ortega le queda menos de un mes para definir a su compañero o compañera de fórmula. Sin embargo, el mandatario ni siquiera se refirió al tema electoral. Mientras en los espacios políticos se comenta la fuerte aspiración de la primera dama.
El mandatario va por su tercer período consecutivo en el poder en unos cuestionados comicios con un sistema electoral sin credibilidad y para el cual el Poder Judicial le ha anulado la competencia al arrebatar la casilla a la opositora Coalición Nacional por la Democracia. Además, su gobierno mantiene conculcado el derecho a la observación nacional e internacional.
Ortega concluyó sin sorpresas un discurso de casi una hora, que fue despedido con más de quince minutos de fuegos artificiales y canciones de sus campañas electorales presentes y pasadas.
En su intervención, Ortega nuevamente se refirió al "imperialismo yanqui que ataca a los pueblos de nuestra América" y a los "traidores" que aseguró abandonaron el partido que él controla, tras la derrota electoral de 1990.
En un momento de su discurso, Ortega mencionó que Murillo llegó antes a la tarima principal "para ayudar en el desarrollo de esta gran fiesta". Al decirlo, Ortega sonrió sin verla, pero luego volvió sobre la queja contra el "imperialismo" que aprovechó para dar un espaldarazo al presidente de Venezuela Nicolás Maduro, quien fue sentado a su izquierda.
Intermitente después del discurso, yendo y viniendo de un lado a otro, Murillo estuvo a su derecha. Luego, la vocera gubernamental se retiró con las delegaciones oficiales, mientras Ortega se despedía desde la tarima central y se tomaba fotos con algunos miembros de la Juventud Sandinista, sentados detrás de él. Murillo apareció más tarde, brindando declaraciones a los medios oficialistas, ante los cuales calificó la fecha como una "fiesta nacional" y "un día memorable".
Destaca uso y derroche de recursos públicos
En los días previos al acto partidario, se observó la instalación de tarimas, estructuras metálicas, luces y vallas usando vehículos y otros recursos de la Alcaldía de Managua, operados por los empleados de ornamento municipal plenamente identificados.
Además de la tarima principal, en la Plaza de la Fe fueron colocadas otras plataformas para ubicar a miembros de la Juventud Sandinista, delegaciones oficiales y representantes de los Poderes del Estado.
El acto partidario y discurso de Ortega fueron transmitidos un año más a través de una cadena nacional de televisión, que interrumpió igualmente el servicio de televisión por cable. La señal retransmitida por los canales citaba al Canal 6 de la televisión pública. Sin embargo, su señal llevaba al menos dos segundos de retraso respecto al oficialista Canal 4, propiedad de la familia presidencial.
Las tomas oficiales también usaron cámaras sujetas a largos brazos mecánicos y al menos dos helicópteros.
La tarima principal estaba protegida por al menos cuatro cordones de seguridad: personal vestido con camisetas verdes delante de vallas metálicas, detrás de esta una fila más también de camisetas verdes, luego una de oficiales de la Policía Nacional y luego otra más reducida de oficiales y seguridad personal vistiendo camisetas blancas.
Murillo llegó con Moreno; Ortega en Mercedes Benz
Pocos minutos después de las tres de la tarde, la vocera gubernamental y primera dama, Rosario Murillo, subió a la tarima principal. Murillo llegó junto al secretario de la Alcaldía de Managua, Fidel Moreno y atrás de ella estaban ubicados tres de sus hijos, los menores: Camila, Maurice y Luciana Ortega Murillo. Más de una hora después de Murillo, llegó Ortega a la Plaza de la Fe, a bordo de uno de sus Mercedes Benz y rodeado de decenas de policías y miembros de su seguridad personal.
Ortega subió a la tarima luego de las 4:30. Fue saludado con fuegos artificiales y en los parlantes colocados por toda la Plaza y avenidas aledañas se escuchaba la canción del gallo ennavajado, himno principal de la campaña electoral de 1990, cuando fue derrotado en las urnas por Violeta Barrios de Chamorro, de la Unión Nacional Opositora (UNO). Al ritmo de esa canción Ortega recorrió un circuito de tarimas para saludar desde ahí a sus seguidores.
En la tarima principal Murillo y Ortega estuvieron acompañados por los presidentes Nicolás Maduro, de Venezuela; Salvador Sánchez Cerén, de El Salvador; el primer vicepresidente de Cuba, Mario Díaz-Canel. Además, el arzobispo emérito de Managua, cardenal Miguel Obando y Bravo, quien estuvo a cargo de bendecir el acto partidario.
En su intervención oficial, Maduro calificó el acto de una "verdadera fiesta". "De que se va a joder, se va a joder, el yanqui se va a joder", dijo Maduro, emocionado en un discurso presidido por la canción del grupo Pancasán, de la cual citó la letra.
También asistieron el vicepresidente de la República, Omar Halleslevens, la presidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Alba Luz Ramos, y Roberto Rivas y Lumberto Campbell, presidente y vicepresidente del Consejo Supremo Electoral (CSE). En el acto, Murillo además saludo al presidente de la Asamblea Nacional, René Núñez. Sin embargo, Ortega confirmó en su discurso que Núñez se encuentra en Costa Rica "pasando una situación muy delicada de salud".
Asimismo, estuvieron presentes miembros del Estado Mayor del Ejército de Nicaragua, el jefe del Ejército, general Julio César Avilés, y la directora de la Policía Nacional, primera comisionada Aminta Granera. También miembros y cuadros históricos del Frente Sandinista que continúan con el partido de gobierno.