14 de julio 2020
Tres líderes del sector privado, que se retiraron de la palestra al concluir sus períodos al frente de sus respectivos gremios, recomendaron a José Adán Aguerri “pensar bien” si debe buscar otro trienio al frente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), considerando que ya es tiempo de pasar el testigo a un nuevo líder.
“Yo le diría que meditara seriamente si a él, al país y al Cosep, le conviene que él siga adelante. Ha acumulado una gran experiencia desde que fue mi primer vicepresidente”, aseguró Erwin Krüger, que presidió el Cosep entre 2005 y 2007, y fue quien entregó la silla a Aguerri.
El también economista reconoció que ha habido “momentos buenos, difíciles y desafortunados”, en la presidencia de Aguerri, pero se mostró “seguro que él tomará la mejor decisión. Que escuche a los presidentes de las cámaras. Hay vida después del Cosep”, remarcó.
“El tiempo de José Adán como presidente del Cosep ya expiró; su forma de manejarlo está agotada. Se requiere de alternabilidad y un cambio con nuevas ideas que puedan renovar el liderazgo del Cosep como asociación gremial. Si él continúa como presidente, podríamos ver una deserción de los asociados a las cámaras, ya que los mismos socios están pidiendo un cambio”, comentó Martín Bárcenas, expresidente de la Cámara de Comercio, la misma que luego representó Aguerri, antes de asumir la presidencia del Cosep.
Krüger y Bárcenas relataron haber sido invitados a quedarse más tiempo, y cómo declinaron.
“Yo pude haberme quedado en la Cámara, pero dije no. Nadie es indispensable”, refirió Bárcenas.
“Algunos propusieron reformar los estatutos para que yo me quedara más tiempo, pero pensé que mi trabajo ya estaba hecho”, narró Krüger.
Alfredo Marín, expresidente de la Cámara de Industrias, opina que Aguerri “construyó un Cosep relativamente fuerte, y creo que no se va a postular, respetando el espíritu de la reforma de 2017, que extendía el período a tres años, pero sin reelección, aunque la redacción no diga eso”.
Al verlo en retrospectiva, explica que el sector privado trató a las cámaras como si fueran empresas, pensando que podían tener un presidente de forma indefinida, igual que un gerente se queda 20 años en una empresa.
“Después vimos el error: las cámaras no son empresas, sino organizaciones que representan a empresas, pero tienen carácter público y social, lo que limita el tiempo que un presidente puede estar al frente de una cámara, e implica que es bueno que haya rotación”, admitió.
La resurrección del modelo corporativista
“He señalado que Cosep entró en una gran equivocación al dejar de hacer demandas en el campo institucional, por la exigencia que imponía el Gobierno, de que no nos metiéramos en política, pero somos ciudadanos, y tenemos derecho de meternos en política”, dijo Krüger.
Al opinar sobre la deriva que siguió Cosep en los años posteriores a su salida de la entidad, el economista dijo que “entraron en lo que ellos llamaron ‘un nuevo modelo’ Gobierno – empresas, como el que ocuparon los gobiernos fascistas de la Alemania nazi de Adolfo Hitler y la Italia fascista de Benito Mussolini”.
En ese modelo corporativista, el Gobierno se alía con los grandes grupos empresariales, lo que fortalece al Gobierno, pero descuida los derechos ciudadanos, y la capacidad de los empresarios, de reclamar cuando tienen que hacerlo. “Lo presentaron como el gran descubrimiento, cuando era un modelo enterrado, no deseable, que limitaba los derechos ciudadanos, hasta que la matanza de abril los llevó a romper el diálogo”, explicó. el académico.
Krüger admite que no puede reclamar al presidente actual, “porque él representa a un grupo de cámaras y grandes empresarios que influyen en lo que él debe decir. No lo culpo, porque es una posición compleja, que empeoró con los años”.
Marín afirmó que toda la empresa privada y todo el país, se benefició durante los primeros años de la presidencia de Aguerri, “de fomentar que el Gobierno pudiera sacar gran provecho a las bondades del acuerdo con Venezuela, y eso hizo que no hubiera mucha protesta cuando se reeligió Ortega”.
“José Adán se acercó mucho al Gobierno, pero toda la directiva del Cosep es corresponsable. Se cometieron errores, errores monumentales, pero los cometimos todos”, reconoció.
“El Cosep de hoy es diferente al de hace muchos años, donde cada cámara tenía beligerancia suficiente para lidiar con las instituciones del Estado. En la actualidad, solo el Cosep tiene esa beligerancia. Cada cámara perdió su individualidad y su peso al dejar todos que José Adán fuese el único interlocutor con el Estado”, dijo Bárcenas.
“Así, nuestro derecho constitucional, se volvió un favor que concedía el Gobierno por medio de José Adán”, graficó.