3 de junio 2016
El próximo 5 de junio se celebrará la segunda ronda de las elecciones nacionales en Perú. Según las últimas encuestas, Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori, procesado penalmente por corrupción, sacó amplia ventaja frente a su contendiente, Pedro Pablo Kuczynski. El escritor Santiago Roncagliolo, quien participó en Managua en el encuentro de narradores Centroamérica Cuenta, es muy claro en decir que las elecciones no son una alternativa para cambios sustanciales en el país y que la reaparición de los Fujimori en la carrera presidencial tiene serias implicaciones.
“El votante de Keiko es un votante decepcionado de que en la democracia la justicia no es igual para todos, la seguridad es un problema, puedes ir por la calle y que te caiga un balazo, la igualdad ante la ley es ficticia. Yo creo que es un error, porque poner a dirigir la justicia a los que están perseguidos por la justicia no es mucho mejor, ni es la manera de solucionarlo y tampoco soluciona la corrupción”, expresó el escritor.
Sin embargo, para el novelista no es solo preocupante el pasado de Fujimori, quien fue primera dama durante el mandato de su padre y también se desempeñó como congresista y líder del partido Fuerza Popular, sino también la manera camaleónica en la que se ha movido en este proceso electoral.
“En la primera vuelta Keiko se puso la piel de cordero para demostrarnos que era una demócrata y que ya había dejado atrás cualquier otra tentación. Pero en la segunda vuelta, como los votos demócratas ya van a ir a su rival, se ha dedicado a aliarse con los evangélicos ultraconservadores, los mineros informales y todo los grupos a los que no les conviene la igualdad ante la ley, la transparencia y la democracia”, manifestó el autor. “El presente de Keiko Fujimori me preocupa más que su pasado”, aseguró.
Literatura y política
No hay mejor lugar para identificar las características que unen a las naciones latinoamericanas que la literatura, plantearon el peruano Roncagliolo y el colombiano Jorge Franco, quien también participó del encuentro Centroamérica Cuenta.
Según los autores, no solo nos une la lengua, la historia y la geografía, sino también condiciones sociales y políticas similares. “La Literatura es un espacio donde nos damos cuenta que somos muy parecidos, aunque solemos creer que somos muy diferentes”, dijo Roncagliolo, autor de unos veinte libros de cuentos, ensayos, y principalmente novelas, entre ellas ‘Abril Rojo’, ganadora del premio Alfaguara, ‘Memorias de una Dama’, ‘El amante Uruguayo’, ‘La Pena Máxima’, y su última novela’, ‘La Noche de los Alfileres’.
Con tantas historias para contar sobre la cruda realidad de la región, los narradores se debaten entre lo real y lo ficticio, caminando en los márgenes entre narrar sucesos cotidianos y construir mundos de ficción. En este sentido, son los escenarios y las circunstancias históricas las que les permiten desarrollar desde la realidad narraciones imaginarias.
“Yo escribo en general sobre los miedos, desde la vida política y hasta la vida cotidiana. Me interesa explorar las cosas que nos aterran de todos los aspectos de la vida. La historia de los países latinoamericanos con frecuencia ha parecido un thriller terrorífico y espeluznante, así que trato de buscar esos momentos para generar en el lector ese mismo miedo que generaba vivir en el Perú de la violencia, en la Argentina de la dictadura, según toque en el escenario que toque”, dijo el escritor peruano en entrevista con el programa Esta Semana.
Por su parte, Franco, autor de la exitosa novela (llevada a la televisión y al cine) ‘Rosario Tijeras’ y de ‘El mundo de afuera’, también premio Alfaguara, asegura que la realidad que retrata en sus escritos proviene de una necesidad básica de contar lo que ocurría con la entrada de la cultura del narcotráfico en Colombia.
El género de la ‘narco novela’ ha posicionado al país con una imagen de violencia sórdida. Franco relató que otro colega suyo colombiano, Héctor Abad Faciolince, bautizo al género como “Sicaresca”, por la aparición de sicarios como personajes principales. “Tocar el tema del narco era un proceso natural de quienes vivimos ahí en esa época. Era algo que tenía que darse, hablar de la influencia que generó la presencia del narcotráfico en nuestra cultura. Es simplemente algo que teníamos que hacer porque nos dolía y nos sigue doliendo, es un tema que sigue vigente”, dijo el narrador.
El rol del escritor
El debate universal sobre la naturaleza de un escritor: ¿nace o se hace? A esa pregunta Roncagliolo y Franco responden que no es una ciencia exacta, pero que es más o menos 50% de cada uno. Según los autores, depende mucho de la disciplina y el empeño, y aseguran que es una tarea ardua que tiene muchas implicaciones para quien la vive. Roncagliolo recordó al famoso autor norteamericano Truman Capote, que decía que “cuando Dios te da un don, también te da un látigo para autoflagerlate frente a la página, cuando no está como te gustaría tenerla”.
Para ambos, la responsabilidad social del escritor es un tema delicado, pues por un lado comentan “que no quieren ser tratados como políticos”, pero por otro se sienten comprometidos con los que sucede día a día en sus países. Para ello, recurren a sus escritos, aunque no siempre desde las formas tradicionales.
“Yo procuro no asumir el rol de intelectual, asumo un rol de escritor con una responsabilidad social, al tratar ciertos temas, no se puede huir, son temas complicados de asimilar y hay que darles una mirada distintas”, manifestó Franco.
Por su parte, Roncagliolo asegura que el humor es un elemento clave en sus novelas y que es una característica en común que tienen los latinoamericanos, reírse de sus propias desgracias. “Yo tengo mucho humor negro, el humor negro es para defenderte de la realidad, no puedes cambiar las cosas, pero eres consciente de ellas, y reírte de ellas es un pequeño triunfo. Es importante para sobrevivir en los países que hemos tenido dificultades”, expresó.
Para ello, el peruano recuerda al personaje de su novela ‘Abril Rojo’, el fiscal Felix Chacaltana, “la representación de un burócrata latinoamericano común”. Roncagliolo relata entre risas que se trata del único detective de novelas policiales que en realidad no quiere investigar nada.
“Este burócrata que siempre es maniático de poner su nombre, su apellido y su título en todas partes, y que es profundamente ineficiente pero que es un buen tipo y que quiere hacer su trabajo. Él quiere cerrar su trámite y a su pesar, al no poder cerrar los trámites y los procedimientos administrativos va descubriendo la realidad, le va estallando en la cara, y va descubriendo los episodios más oscuros y más terribles de nuestra historia”, declaró Roncagliolo.
“La paz en Colombia no tiene marcha atrás”
En Colombia, el país continúa esperando que se firmen los acuerdos de paz entre el gobierno y los representantes de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un grupo guerrillero que lleva más de 50 años en actividades insurgentes.
Con una opinión pública polarizada, entre quienes advierten de los vicios del proceso de negociación para la paz y quienes defienden a uno u otro bando, el escritor colombiano Jorge Franco considera que “no hay marcha atrás en el proceso’. “Ha habido trabas en el proceso como es lógico, yo creería que ha faltado claridad por parte de las personas que están sentadas en las negociaciones, porque se contradicen constantemente y dan declaraciones confusas. Esto despista un poco a la persona comunes y corrientes que lo quieren es que se llegue a un acuerdo pronto. Pero este proceso no tiene marcha atrás, yo espero que se haga pronto”, dijo el escritor.