17 de junio 2021
El agravamiento de la crisis política con el arresto de cuatro precandidatos presidenciales, nueve líderes opositores, y La captura del CEO y director ejecutivo del Banpro y CEO del Grupo Promerica, Luis Rivas, no causará una huida masiva de capitales, pero sí una desaceleración del dinamismo de la economía, además de una fuga de cerebros y, posiblemente, una nueva ola de migrantes por razones económicas, opina el consultor económico Rodrigo Quintana.
En esta entrevista para el programa Esta Noche, que solo se transmite en línea por causa de la censura televisiva del régimen Ortega – Murillo, el experto también advierte que el deterioro de la situación económica obligará a muchos a decidir si se quedan en el país, limitando sus gastos al máximo, o salen al exilio para tratar de proveer mejores condiciones para sus familias.
Las proyecciones del Banco Central, e incluso de Funides, indicaban una recuperación económica asociada principalmente al gasto público, al acceso a recursos externos, a las remesas, y al dinamismo del sector externo. ¿Qué impacto puede tener en el agravamiento de la crisis nacional, el hecho de que hoy hay 16 rehenes políticos en el país y que todo indica que vamos a unas elecciones sin competencia política?
Los inversionistas toman sus decisiones a partir de dos grandes variables fundamentales, que son el costo de capital y de operación, y la expectativa y riesgo de los retornos.
Los riesgos pueden ser a nivel de empresas, del sector, o del país. Con los últimos acontecimientos, estamos observando que creció un poco la expectativa de sanciones por parte de la Unión Europea, y de Estados Unidos, y esto aumenta el riesgo país, a la vez que disminuye las expectativas de retorno, y hace que un inversionista piense dos veces para tomar una decisión.
Más que una fuga de capitales como la que vimos en 2018 con el estallido de la crisis política, lo que se espera es una desaceleración, una parálisis planificada hasta que se baja la nube de humo de incertidumbre. Se esperaba que las elecciones pudiesen resolver un poco esa incertidumbre a más largo plazo, pero estamos viendo que esa incertidumbre crece todavía más, y probablemente se dé una parálisis de las inversiones a corto plazo.
¿Qué impacto puede tener la captura de Luis Rivas, presidente ejecutivo del Banpro, y principal ejecutivo del Grupo Promerica, en el sector bancario, o en las expectativas del sector privado? Le están imputando una investigación por presuntos delitos penales, por razones políticas que no están asociadas con la actividad bancaria o con el devenir de este grupo económico.
Recordemos que Nicaragua viene de una serie de crisis: el estallido del 2018, la pandemia de covid-19, y dos huracanes. Lo que está sucediendo, más que un choque, es el síntoma de una crisis política que puede llegar a tener un efecto de fuga de capitales.
Se espera que el arresto del presidente del Banpro desacelere la tasa de ahorro en el país, o inclusive la de inversión, que se estaba empezando a recuperar, y dejará de hacerlo. Aunque no veo una nueva fuga de capitales, sí se espera que la incertidumbre continúe.
¿Qué se puede proyectar a mediano plazo? Si se produce la reelección de Ortega en unas elecciones que nadie dentro ni fuera del país considera que sean justas, transparentes, ni competitivas, ¿qué impacto podría tener en el entorno económico?
A mediano plazo, todo va a depender del comportamiento de la tasa de inflación, tasa de interés, exportaciones, tasa de cambio, y a la vez, las especulaciones sobre el futuro. Yo creo que los inversionistas van a consultar a otros inversionistas para ver qué es lo que están haciendo, y lo que se va a empezar a dar es un comportamiento de manada, a raíz del aumento de la incertidumbre.
Yo esperaría que muchas agencias calificadoras comiencen a hacer revisiones a la baja del perfil de riesgo país, pero espero que sean marginales, en comparación con lo que sucedió en el 2018. A largo plazo, probablemente se den remisiones del perfil de riesgo país.
La banca multilateral, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), revisan periódicamente la probabilidad de que un país sea capaz de repagar los préstamos, y mientras sube la tasa de endeudamiento del país, aumenta el riesgo de que el país pueda pagar sus préstamos. Muy probablemente continúen revisando los perfiles de riesgo.
Más que fuga de capitales lo que veo que puede suceder son muchas fugas de cerebros. Vemos cómo en países como Venezuela ha habido una fuga de cerebros tremenda, que hace que la productividad del país sea relativamente baja, y eso atrae más que todo, capital de riesgo, capital extractivista, que no sientan bases, que simplemente buscan cómo extraer lo más que puedan de un país del que puedan irse de forma bastante fácil.
Lo que se espera a largo plazo es que esto afecte mucho la productividad del país, y no hay una solución porque lo que estamos viendo es que no habrá una solución política a corto plazo, como se esperaba que fuera si había elecciones limpias y transparentes.
¿Qué salida le puede ofrecer al país, a los productores, al sector empresarial, una reelección de Ortega, sin elecciones libres, en una economía abierta? ¿Qué sostenibilidad puede tener este sistema, sin democracia, sin transparencia, y bajo un sistema de partido único y bajo estado policial?
Es difícil que pueda ofrecer una solución. Estamos yendo hacia un nivel de recuperación en forma de ‘L’ donde el país crecía a una tasa de 4% a 5% en la última década, y ahora vamos a unas tasas de crecimiento mucho más bajas, de 1% anual.
Difícilmente vamos a volver a aquel casamiento que había entre el sector público y el sector privado antes del 2018, y lo que se espera es que con la fuga de capital y de cerebros, la productividad sea menor y las tasas de crecimiento probablemente también sean menores.
Hay que tener en cuenta que Estados Unidos -uno de los principales socios de Nicaragua- se está recuperando y probablemente veremos también una leve recuperación de las remesas, exportaciones de zona franca, exportaciones agrícolas. Si bien no vamos a ver una recuperación muy alta, tampoco va a ser nula.
¿Cuál sería el impacto neto de esta situación en la vida de la gente, en los empleados, los trabajadores de zonas francas, el comercio, el turismo, que son algunos de los más afectados por la crisis de los últimos tres años? ¿Seguirá evolucionando la economía hacia una mayor informalidad? ¿Qué impacto tendrá esto en el nivel de vida de la gente y en las condiciones de pobreza de los sectores que han perdido su empleo?
Detrás de las estadísticas económicas se esconde una grave crisis social, donde la gente lo que hace es comenzar a amarrarse la faja, recortando gastos en educación, en salud, en entretenimiento, para apenas sobrevivir, que es lo que los gobiernos suelen hacer en una crisis económica.
Preveo una tendencia a amarrarse más la faja, o tomar la decisión de irse del país a buscar mejores oportunidades, sobre todo cuando vemos una recuperación en países como Estados Unidos, y vemos que puede haber un aumento de las remesas, que están creciendo alrededor del 17%. Muchas de las decisiones que tomará la ciudadanía es si se quedan en el país, amarrándose la faja, o se van en busca de mejores condiciones.