5 de noviembre 2021
El 25 de septiembre, cuando oficialmente inició la “campaña electoral” para las votaciones del 7 de noviembre, fue creada en Twitter la cuenta @GG_Gasparin de Gerson Gutiérrez Gasparin, candidato presidencial de la Alianza por la República (Apre), uno de los cinco partidos colaboracionistas inscrito en la boleta electoral junto al gobernante Frente Sandinista. La primera publicación de Gutiérrez en esa red social fue un video retuiteado desde la cuenta de Apre, en el cuál él se presenta ante los nicaragüenses. Seis días después, su tuit no tenía ninguna reacción: ni un me gusta ni un comentario o retuit. Nada.
Un mensaje para el pueblo Nicaragüense.#Nicaragua #Elecciones2021 #TuVotoenlacasilla10 #Alianzaporlarepublica #APRE #Pazyjustiticiaparaeldesarrollo #GersonGutierrez pic.twitter.com/4ZY4IV3ka9
— Alianza Por La Republica - APRE (@alianza_apre) September 25, 2021
Gutiérrez también está presente en otras redes sociales como: Facebook, Instagram y YouTube, pero su número de seguidores apenas ronda la docena y los mensajes que comparte son limitados. En sus primeras semanas, su evento con mayor alcance fue una transmisión en vivo realizada el 30 de septiembre, a través de la página de Facebook de Apre, cuya fanpage también fue retomada el 24 de septiembre (un día antes del inicio de la campaña), después de un año de no publicar absolutamente nada. El “récord” de reproducciones del video solamente superó las 430.
Sin embargo, el candidato de Apre es el único de los seis candidatos a la presidencia de Nicaragua, inscritos en el CSE, que despuntó en todas las redes sociales, con el arranque de la campaña. El mandatario Daniel Ortega, que despejó el camino para su cuarto período presidencial consecutivo, tampoco está en ninguna red social, a pesar de que este año el Consejo Supremo Electoral (CSE) orientó una campaña electoral “virtual”, sin concentraciones masivas ni caravanas partidarias, debido a la pandemia de la covid-19. De los otros cuatro candidatos inscritos solo uno tiene perfil personal en Facebook y otro tiene menos de una decena de seguidores en Instagram, Twitter y YouTube.
Expertos en comunicación política, analistas de comunicación digital y políticos con experiencia en campañas electorales, valoran que “no existió” una campaña electoral en Nicaragua y tampoco se percibió la intención de los partidos políticos participantes, todos colaboradores necesarios del Frente Sandinista, para promover a sus candidatos y sus propuestas de campaña.
Algunos de estos partidos se han quejado por la falta de financiamiento para la “campaña electoral”, pero tampoco usan los medios digitales que son económicamente más accesibles que los medios tradicionales. Los especialistas aseguran que en un proceso electoral con garantías y competencia, los partidos políticos deberían haber hecho “ruido” en las redes sociales, pero la ausencia de esa campaña, que cerró oficialmente este 3 de noviembre, es muestra del atípico proceso nicaragüense, a cargo de un sistema electoral colapsado bajo control del FSLN, sobre el cual se demanda que no sea reconocido por la comunidad internacional.
“Son partidos fantasmas”
La periodista y especialista en comunicación política, Mildred Largaespada, explica que actualmente el debate político en las redes sociales en Nicaragua gira en torno a “participar o no” en las votaciones del 7 de noviembre y no en los candidatos del CSE a la presidencia, que son prácticamente desconocidos. La evidencia está en la falta de interés en el proceso electoral tras el encarcelamiento de los siete aspirantes opositores a la presidencia y la cancelación de las personerías jurídicas del Partido de Restauración Democrática (PRD) y Ciudadanos por la Libertad (CxL), identificados como los vehículos de la oposición, hoy encarcelada, exiliada o asediada.
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El presidente de Hagamos Democracia y exconcejal de la Alcaldía de Managua, Luciano García, señala que normalmente los partidos políticos se preparan hasta un año antes para su campaña electoral, independientemente del calendario electoral del CSE. Actualmente en Nicaragua “no hay un proceso normal”, advierte. Los participantes “no son opositores, son partidos colaboracionistas que se están prestando para llevar un proceso electoral ajustado a la medida del régimen”, subraya el político, exiliado ante la persecución orteguista.
Además, García opina que los aspirantes a la presidencia carecen de liderazgo y recursos económicos, pero —por ser colabores históricos del FSLN— están en la contienda para “darle un tinte de inclusión”, reclamar los reembolsos del CSE y obtener algunas diputaciones en la Asamblea Nacional.
“No es un proceso electoral sino un proceso de asignación de acuerdo con la estrategia del régimen, claro está, sin poner en riesgo el control total de la Asamblea ni mucho menos la Presidencia”, enfatiza.
Largaespada ejemplifica que la red social más usada por la población de Nicaragua es Facebook, pero “solo tres personas les dan me gusta” a las escasas publicaciones de los partidos políticos en esa red. Son “partidos fantasmas”, sostiene.
Además, apunta que, cuando una persona simpatiza con algún candidato o partido político, “lo busca y lo sigue por alguna red social”, pero esto no ocurre en Nicaragua, porque la mayoría de los partidos políticos “no están preparados para la campaña electoral, no tienen redes sociales” y los que sí tienen redes “no tienen simpatizantes”, detalla.
El Partido Liberal Constitucionalista (PLC), que pactó con Ortega a finales de los noventa para repartirse los poderes de Estado, solo cuenta con dos páginas de Facebook, una institucional y otra de su candidato presidencial Walter Espinoza. La Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) también tiene una página de Facebook, pero hasta las primeras semanas del arranque de la “campaña” no tenía ninguna publicación desde 2017, y el partido regional indígena, Yapti Tasba Masraka Nani Asla Takanka (Yatama o Hijos de la Madre Tierra, traducido de la lengua miskita al español) también tiene entumidas sus publicaciones en Facebook. Del partido Camino Cristiano Nicaragüense (CCN) no se identificaron cuentas en redes sociales.
En contraste, el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) “sí está organizado”, advierte Largaespada. Aunque Ortega no tiene redes personales, detrás de él existe toda “una red de propagandistas en Twitter, Facebook y TikTok”, que continúa pese a que esta semana la empresa propietaria de Facebook, Meta, canceló más de 900 cuentas identificadas como una “granja de troles”, que operaba desde varias instituciones del Estado, entre estas Telcor, la Corte Suprema de Justicia y el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social. Además, el FSLN y Ortega tienen a su disposición todos los medios de comunicación tradicional que su familia ha adquirido en la última década, aunque menos de la mitad de los nicaragüenses escuchan los monólogos diarios de la esposa de Ortega, vicepresidenta y vocera del régimen, Rosario Murillo, o las cadenas de radio y televisión ordenadas por Ortega.
Sin conocimientos y sin voluntad
El abogado y exdiputado opositor, Eliseo Núñez Morales, quien fue jefe de campaña electoral en los comicios de 2011 en los cuales se postuló el empresario radial Fabio Gadea Mantilla, explicó que una campaña política se divide en tres etapas: lo primero es dar a conocer al candidato, luego se da la difusión de la oferta electoral y en última instancia tratar de convencer al votante.
Sin embargo, un analista en comunicación digital que solicitó anonimato por razones de seguridad, plantea “¿realmente quieren competir los partidos políticos que han quedado y que quieren jugar un rol de oposición?”.
La mayoría de estos partidos políticos y sus candidatos, agrega, “no cuentan ni con popularidad ni buena reputación”. Es por esa razón que les resulta más favorable “no tener presencia” en las redes sociales, que “tenerla y que eso haga un efecto rebote negativo”, ya que los medios digitales permiten interactuar con la ciudadanía e “improvisar sería hasta una torpeza”, subraya.
La escasa propaganda en las redes también indica que los partidos políticos “no quieren tener una participación protagonista y no quieren competir, no quieren hacer lo que debería ser todo partido político, que es luchar por el poder a través de las elecciones”, advierte el analista.
La falta de recursos también pesa en los partidos colaboracionistas, que además son minoritarios. Previo a la apertura de la campaña electoral, partidos como CCN, PLI y el PLC se quejaron por la falta de financiamiento por parte de la banca privada. Entonces “tienen que priorizar los gastos a realizar dentro de la campaña”, explica el analista. En estos casos, “el tendido electoral te lleva la mayoría del presupuesto” y “cuando no queres ganar entonces la campaña es lo último que dejas”, subraya.
El costo de una campaña electoral depende de las metas que tenga cada partido político, apunta el analista. Solo en redes sociales una campaña de tres meses está valorada entre 25 000 y 75 000 dólares. Sin embargo, los partidos pueden hacerlo —inclusive— con sus propios equipos de comunicación, pero si no tienen están obligados a buscar asesores o empresas que se dediquen a la comunicación y publicidad, porque “no tienen ni experiencia ni conocimiento de cómo hacer una campaña electoral en línea”, agrega.
El analista también indica que en Nicaragua la mayoría de las empresas de publicidad “prefieren no involucrarse con ningún partido político”, pero en cualquier campaña en redes sociales el precio depende de la cantidad de productos comunicacionales que se hagan. “No es lo mismo que dentro de tu campaña idees todo un plan de medios… en el que hay que pagar el spot y el tiempo aire” que una campaña corta en redes sociales.
El FSLN “no está improvisando”
Contrario a los partidos colaboracionistas, el gobernante FSLN cuenta con todos los medios y recursos para hacer una campaña electoral. Aunque sus candidatos, Ortega y Murillo, ya “no la necesitan”, advierte el analista en comunicación digital.
“El candidato (del FSLN) tiene 40 años siendo candidato, ya no necesita decir algo para lograr votos, sobre todo porque ya sabemos el voto cautivo que tiene el partido en el poder”, apunta el analista. Lo mismo sucede con la candidata a vicepresidenta, quien “no necesita redes sociales porque para eso tiene todos los satélites de medios que son los difusores de sus mensajes (diarios)”, agrega.
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Por su parte, Largaespada valora que la red de propaganda del FSLN en redes sociales “está debilitada” desde 2018 y que “solamente se siguen entre ellos”, desde la mayoría de la población azul y blanco comenzó a bloquear las cuentas en señal de protesta contra el Gobierno de Ortega y Murillo.
Para el analista, el FSLN “se mantienen con los formatos tradicionales”, como discursos, actos públicos de las diferentes instituciones del Estado o los monólogos diarios de la vicepresidenta. Entonces, las redes sociales son una especie de paraguas para la difusión de sus mensajes. Esta es una contienda electoral cuyas campañas “las podríamos comparar como hormiga contra elefante”, estima.
La “campaña” de Ortega
Ortega salió en público solamente tres veces en esta atípica campaña electoral. No hizo promesas de campaña, tampoco anunció nuevas políticas de desarrollo, inversiones o proyectos. En esas tres intervenciones hizo lo de siempre. Atacar a quienes lo adversan, imponer la cadena de radio y televisión para verlo y escucharlo y de paso, violar la Ley Electoral al hacer proselitismo político con recursos del Estado.
Su primera salida en campaña electoral fue el 4 de octubre, en el marco de un acto para conmemorar el natalicio de Benjamín Zeledón. En ese acto, el mandatario que controla el Poder Electoral, aseguró que las elecciones se realizarán “en condiciones de paz”, se quejó de las sanciones internacionales contra su régimen y acusó a los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) de ser “terroristas” y cómplices de un supuesto “intento de golpe” en su contra.
Su segunda salida fue el 25 octubre, cuando por otra cadena de radio y televisión participó en la entrega de 250 buses a las cooperativas de transporte colectivo de Managua, que son leales al orteguismo. En esa ocasión, habló poco más de 30 minutos para agradecer a la Federación Rusa por las unidades de transporte, aunque no explicó si eran donadas o adquiridas mediante crédito.
Finalmente, Ortega hizo su última operación en “campaña” el 27 de octubre, en otra cadena de radio y televisión, para anunciar la firma de un tratado de delimitación fronteriza con Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras y quien se encuentra en la fase final de su Gobierno.