22 de julio 2022
El jueves pasado, el conductor de un camión especialmente acondicionado para transportar animales de alto valor genético, vio por el retrovisor cómo le hacían señas desde un vehículo que le seguía, indicándole que se detuviera. En ese momento transitaba por Rivas, después de haber hecho los trámites en la aduana de Costa Rica y en la de Nicaragua, para llevar 38 reses hasta Managua, donde serían exhibidas en la Feria Expica.
Quien le hacía señas era un funcionario de la Dirección General de Servicios Aduaneros (DGA), que le informó amablemente que se habían cancelado los permisos de importación temporal emitidos al amparo de la Feria, así que él abordaría el camión, para garantizar que se devolviera a la frontera. El conductor llamó a la sede de su empresa en Costa Rica para pedir instrucciones. La respuesta fue simple: “Haga lo que le están diciendo”.
El lunes pasado, cuando la Asamblea Nacional copada por el partido en el Gobierno, canceló las personerías jurídicas de diez organizaciones más, incluyendo la de la Exposición Pecuaria del Istmo Centroamericano (Expica), afectó a muchos empresarios de Nicaragua, Centroamérica, y otras naciones del continente, de rubros tan distintos como ganadería, medicina veterinaria, comercio, banca, gastronomía, y hostelería.
La feria estaba programada del 21 al 30 de julio y “ya estaban inscritos un poco más de 600 ejemplares, provenientes de todos los países de Centroamérica, y varios ya estaban en tránsito hacia Nicaragua. De hecho, los primeros ya estaban en suelo nicaragüense, desde donde fueron devueltos a Costa Rica”, confirmó una fuente del sector ganadero, que prefirió omitir su nombre.
Transportar un semoviente es una actividad de alto costo. Sea que se le lleve al matadero (ese tipo de industria procura estar cerca de las zonas ganaderas, porque los animales pierden peso durante el transporte), o que se le traslade a una feria donde un juez determinará la calidad del animal, lo que a su vez determinará su precio como futuro reproductor.
“Esos 600 ejemplares tienen un valor promedio de 5000 dólares cada uno, así que estamos hablando de un valor conjunto que ronda los tres millones de dólares, a lo que hay que sumar unos 600 000 dólares invertidos en cuido del ganado”, que en este caso, se trataba de centenares de sementales y vacas nacionales y de la región, añadió la fuente.
“La Feria Expica es una de las más importantes en Centroamérica. No se trata solo de llevar los ejemplares para lucirlos, sino también para su juzgamiento, selección y venta, y todo eso requiere de mucha preparación. Si usted fuera a vender autos, los llevaría pintados, limpios, sin abolladuras… es similar con un animal”, explicó un líder gremial extranjero asociado con Expica.
Un ganadero matagalpino que también pidió mantener su identidad en reserva, explicó que cuando un productor decide llevar sus animales a una feria, se prepara con unos seis meses de anticipación, en los que les provee alimentación y cuido especial, para que sus animales lleguen con la mejor calidad, pelo brilloso, buen peso y buena apariencia general, si quiere venderlos bien.
Gobierno indolente
La lista de sectores —y nacionalidades— que salieron perdiendo al cancelar la personalidad de Expica es tan grande, y los que ‘ganaron’ con ese cierre son tan inidentificables, que el ganadero matagalpino opinó que quienes tomaron esa decisión “son indolentes, o son torpes”.
“Esto representa un gran impacto para la economía nicaragüense, y para el desarrollo de la ganadería. Expica era un referente regional, adonde llegaban empresarios de Centroamérica, además de otros países como Brasil y Colombia, para participar en los eventos de genética, tecnología, procedimientos ganaderos, sanidad animal, mineralización, con el agravante que la Feria estaba a punto de abrir sus puertas, así que también se le dio un gran golpe al comercio, e hizo que todo lo hecho se cayera como un castillo de naipes”, detalló.
“Quitarle al país una plataforma como esta, que ha dado tantos beneficios a la ganadería, (que es uno de los pilares de la economía nicaragüense), es inaudito”, aseveró.
Aunque no descarta que “fuera cierto que estaban atrasados en la entrega de su papelería”, considera que “incluso si hubo descuido, y presentaban retrasos con la documentación, se podría haber buscado una salida para conservar una plataforma tan importante, que da presencia, prestigio y participación a Nicaragua en la ganadería regional”.
La fuente del sector ganadero dijo que al momento de ‘decapitar’ a Expica, ya había más de 200 empresas comerciales inscritas y listas para exponer sus productos, y que por primera vez participaría la totalidad de las empresas de vehículos que hay en el país.
“Todas las empresas ya estaban instaladas en el parque con su publicidad, por lo que se calcula una inversión perdida, de unos 250 000 dólares”, que esperaban recuperar gracias a unas ventas totales en la Feria, estimadas en unos doce millones de dólares. Suma a eso la pérdida de capital del Comité Organizador, que ronda los 150 000 dólares.
“Muchas obras que estaban en proceso, no fueron terminadas”; ya no llegaron los jueces y los técnicos que impartirían charlas; los invitados internacionales se quedaron con los boletos que habían comprado, tuvieron que cancelarse las reserva de hoteles, así como los créditos preaprobados por el sistema bancario nacional”, que calcula en cinco millones de dólares.
Comentó que “había muchas expectativas por parte del sector comercio, la ganadería, y del público que visita el parque”, y todo ese entusiasmo, simplemente se evaporó.
Y si centenares de empresas comerciales pierden una oportunidad de hacer negocio a nivel regional, porque “Expica permanente era la mejor feria ganadera de Centroamérica”, la gente se queda sin un “lugar alegre donde hacer compras más baratas”, Nicaragua como país pierde “ser la vitrina genética de Centroamérica, porque acá se vendía la mejor genética de la región”, dijo a CONFIDENCIAL un profesional que presta servicios al sector ganadero.