2 de febrero 2017
Los nicaragüenses iniciaron 2017 con tres preocupaciones latentes: el desempleo en el país, la amenaza de la ley NicaAct (en la tubería del Senado norteamericano), y el ingreso de Donald Trump a la Casa Blanca, cuyas políticas contra los migrantes podrían expulsar a los compatriotas indocumentados en Estados Unidos. Esos son los temores encontrados en los resultados de la última encuesta realizada por la firma costarricense CID Gallup.
“El deseo de Año Nuevo más expresado por los nicaragüenses es el de conseguir un empleo estable (23%)”, expone el sondeo de opinión. “La falta de trabajo es el desafío más importante que tiene el país y la mayoría confía que Daniel Ortega y su gobierno les resuelve esta necesidad”, agrega.
El 65% de los consultados coincidieron que el desempleo es el principal problema del país. Esta es una tendencia que se ha mantenido inobjetable para los nicas desde el 2011. Sin embargo, de mayo de 2016 (36%) a enero de 2017, la cifra se duplicó.
El analista político Oscar René Vargas aseguró en el programa Esta Noche que la encuesta de CID Gallup corrobora el dato del Banco Central (BCN): 80% de los nicaragüenses poseen trabajo informal. Es decir, que tienen un salario insuficiente para vivir o para no caer en la pobreza.
Vargas considera que una causa para tanto desempleo tiene que ver con el tipo de inversiones que se desarrollan en Nicaragua. Aseguró que hay inversiones millonarias, pero en sectores que generan pocas plazas. “Hace cuatro días la vicepresidenta Rosario Murillo anunció que abrirían diez nuevas zonas francas, pero solo van a generar 1,239 trabajos”, ejemplificó.
Esta tendencia –continuó Vargas– es insuficiente en comparación a los 120 mil jóvenes que cada año se incorporan al mercado laboral. Según el BCN, el país solo ofrece un empleo a entre 50 y 60 mil jóvenes; quedan 90 mil desempleados, quienes optan por migrar. Esa diáspora elige como destinos principales Costa Rica y Estados Unidos, y entre ellos se van personas con niveles educativos superiores al promedio nacional (seis grados), lo que los convierte en mano de obra mejor calificada.
“Pero también refleja que las remesas familiares –que superan los 1260 millones de dólares-- son de vital importancia para las familias que no tienen empleo”, acotó el analista.
Vargas aseguró que en los últimos diez años tampoco fueron aprovechados los - aproximadamente- cuatro mil 800 millones de dólares de la cooperación venezolana para generar empleos. Ese dinero es manejado de forma discrecional por Daniel Ortega, y ante la crisis en Caracas y los bajos precios del crudo a nivel internacional, el flujo monetario ha disminuido hacia Managua.
“En este año no habrá ni reducción ni aumento del empleo, si se toma en cuenta que no sucedió durante el boom petrolero”, afirmó Vargas.
CID Gallup añade que dentro del hogar las “preocupaciones” cimeras son el costo de la vida (25%) y el desempleo de alguien en el hogar (16%).
Miedo a NicaAct y a Trump
En medio de este panorama de desempleo, en un país que depende de los migrantes y las remesas (representan el 9.5% del Producto Interno Bruto), los nicas temen a dos golpes que podían venir desde Washington. El primero, la iniciativa de ley NicaAct, aprobado por unanimidad en el Congreso de Estados Unidos, y que impondría sanciones económicas al país, como forma de castigo al estilo autoritario de gobernar del caudillo sandinista, que desde su regreso al poder ha destruido la institucionalidad democrática.
La NicaAct ha sido percibida como un peligro real incluso por el gobierno de Ortega, que contrató una firma de cabildeo en Washington en aras de evitar la aprobación en el Senado estadounidense.
“¿Quién es el culpable de esta amenaza por parte del Congreso por la forma en que se llevan a cabo las elecciones en Nicaragua?”, preguntó CID GAllup a los 1 mil 200 encuestados.
36% opinó que la responsabilidad recae sobre el comandante Ortega al no permitir observación electoral. Mientras que 27% aseguraron que es culpa de la oposición por ejercer denuncias.
“El grupo más grande manifiesta que sería Daniel Ortega el responsable y dentro de ese grupo hay una quinta parte de quienes se identifican como sandinistas”, ahonda en razones la encuesta. “La mayoría de los seguidores del FSLN culpan a la oposición por haber hecho denuncias o argumentan que los congresistas estadunidenses son intervencionistas”.
67% de los nicas expresaron preocupación por el hecho que Estados Unidos bloquee ayuda económica. El temor es exacerbado cuando es consultado entre ellos su perspectiva frente a la política anti migrantes que impulsa Donald Trump. Esta semana, el nuevo mandatario estadounidense firmó órdenes ejecutivas para restringir el acceso a Estados Unidos de ciudadanos de medio oriente, y ordenó reforzar las medidas de acceso a ese país.
54% de los encuestados están seguros de que el magnate inmobiliario en su papel de presidente expulsará a los nicaragüenses indocumentados. Entre de 350 y 450 mil coterráneos están ilegales en Estados Unidos, según el analista Vargas.
Esos nicaragüenses indocumentados son parte de los seis millones de centroamericanos que están de forma irregular en suelo norteamericano, y quienes Trump prometió durante la campaña electoral expulsar.
“Si Trump logra expulsar a un 25% de los seis millones de indocumentados, al menos serán 100 mil nicas. ¿Tiene el país la capacidad de recibirlos? ¡No! Eso repercutirá en las remesas”, advirtió.
Además, esa supuesta expulsión obligaría a la masa de migrantes del triángulo norte de Centroamérica a desplazarse hacia el sur, lo que -a juicio de Vargas- implicaría problemas de delincuencia mayor.
Inseguridad y drogas más palpables
Según CID Gallup, es “evidente que hay preocupación con el clima de seguridad en el país”. Cuatro de cinco informantes reportan que se preocupan que los criminales invadan su hogar y que les asalten en la calle.
Vargas recordó la balacera registrada la semana pasada en el barrio San Luis, de Managua, donde resultaron muertos dos oficiales de la Policía Nacional.
“Un 38% de los entrevistados reporta que se venden drogas ilícitas en su barrio o comunidad lo cual revela que es público y notorio este tipo de negocio”, expone la firma encuestadora.
Además, nueve de cada diez mujeres aproximadamente están preocupadas que serán violadas por algún malhechor extraño. Los consultados dijeron que uno de cada tres conoce de casos en su comunidad donde hay hombres que maltratan a sus esposas o compañeras.
“La inseguridad ciudadana afecta a las mujeres y la ley 779 (que castiga la violencia de género) no está funcionado, porque no les da a las mujeres la seguridad de desplazarse sin ser acosadas en las calles”, criticó Vargas.
37% de abstención
CID Gallup también preguntó sobre la participación en las elecciones generales del pasado seis de noviembre. El proceso fue cuestionado por las fuerzas políticas que fueron inhabilitadas, y aseguraron que la abstención rondó el 70%.
Sin embargo, la muestra de CID Gallup expone una participación del 63% versus una abstención del 37%, un resultado menor a la previsión de la misma firma publicado en octubre de 2016, cuando vaticinó una abstención del 42%.
“Tres de cinco reportan que votaron en la elección noviembre. Los que no llegaron a las urnas, los motivó su rechazo a los candidatos en general o el poco valor que las dan a las elecciones al considerar que no cambiaba nada en el país”, explica el sondeo. “El grupo más grande de no votantes fueron jóvenes entre 16 y 24 años de edad”.
De acuerdo a la encuesta, un poco menos de la mitad de la población adulta considera que las elecciones de noviembre fueron muy o algo honestos. La mayoría tenía dudas sobre el proceso. Incluso un 18% de los sandinistas, probablemente los que están en la agrupación por “conveniencia” expresaron duda del proceso y su honestidad.
“Es importante notar que uno de cada cuatro de los entrevistados menciona no votó por considerar que el proceso era fraudulento”, señala CID Gallup.