12 de mayo 2022
El futuro embajador de Estados Unidos en Nicaragua tendrá que lidiar con un Daniel Ortega autoaislado en el plano internacional, y que mantiene sólidas relaciones con regímenes autoritarios como los de Cuba, Venezuela, Rusia, China, e Irán. Para esa misión, el presidente estadounidense, Joe Biden, ha propuesto al veterano diplomático Hugo F. Rodríguez Jr., quien ha sido descrito —por excompañeros y fuentes diplomáticas de Washington— como un funcionario accesible, cercano a lo “encantador”, pero “agudo” en sus análisis y firme en sus decisiones: “con colmillo”.
El diplomático de carrera fue nominado por Biden la semana pasada y está a la espera de su confirmación en el cargo por el Senado. Rodríguez, que tiene rango de ministro consejero, ejerce actualmente de asesor en la Oficina para América Latina y el Caribe del Departamento de Estado.
“La designación de Hugo Rodríguez significa que el país sigue siendo una prioridad para el Gobierno de Joe Biden”, comentó a CONFIDENCIAL, vía correo electrónico, John Feeley, exembajador de Estados Unidos ante Panamá.
“De mucha trayectoria en el Departamento de Estado, Hugo ha hecho de las más difíciles misiones diplomáticas, especialmente las que tienen que ver con migración”, detalló el exdiplomático.
“Perfectamente bilingüe, un gran conocedor de la región, Hugo es de los mejores y más efectivos expertos latinoamericanos que el Departamento (de Estado) posee”, agregó.
Entre 2019 y 2021, Rodríguez fue subsecretario adjunto de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, cargo calificado como el “número dos” de la cartera de Exteriores de EE. UU. para Latinoamérica.
Anteriormente, fue jefe de misión en la embajada estadounidense en Paraguay, y encargado de negocios en esta legación de 2017 a 2018. Además, ha ocupado puestos en las embajadas en Ciudad de México, Lima y Roma.
“Bien informado”
Una fuente política en Washington, que solicitó omitir su nombre, señaló que el paso de Rodríguez por el buró del hemisferio occidental “incluyó misiones y proyectos relacionados con Nicaragua, por lo que llegará bien informado y con ideas claras de la situación”.
Rodríguez sustituirá como embajador en Managua a Kevin Sullivan, en el puesto desde 2018 y cuya relación con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha estado marcada por la denuncia de injerencia que la Cancillería nicaragüense lanzó contra él en octubre de 2021.
“Exigimos al señor Sullivan que cese sus ataques encubiertos, sus hipócritas salutaciones, disfrazados de una cortesía diplomática que abandonó hace tiempo, y que más bien ha sido, y es, ejemplo de la continua, perversa, detestable injerencia invasora de los Estados Unidos en nuestra Nicaragua”, dijo la Cancillería del régimen.
En una reciente entrevista con el programa Esta Semana, el politólogo nicaragüense Manuel Orozco, director del Programa de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano, subrayó que Rodríguez “ha tenido varios puestos y uno de ellos tiene que ver con la asesoría en la situación de Centroamérica y, en particular, en Nicaragua. Ya en 2019, e incluso en 2020, viajó a Europa y dijo claramente que la presión tenía que ser más fuerte y que incluso incluiría sanciones al Ejército de Nicaragua”.
“Representa un mayor colmillo en su política exterior”, apostilló Orozco
“Período de mucha actividad”
Feeley, quien fue jefe de Rodríguez, destacó que el diplomático es “personalmente encantador” y “puede enviar mensajes duros y críticos cuando hay que hacerlo”.
“Sospecho que su nombramiento significa que la Casa Blanca espera un periodo de mucha actividad (en Nicaragua), pero siempre con un enfoque en los prisioneros políticos y la falta de democracia”, comentó el exembajador.
La designación de Rodríguez se informó un día después que el influyente diario estadounidense The New York Times reveló que el hijo de la pareja presidencial, Laureano Ortega Murillo, buscó un acercamiento con el Gobierno de EE. UU., donde se planteó la liberación de los presos políticos en Nicaragua. El Departamento de Estado envió un emisario en marzo, pero los Ortega se retractaron.
En un reciente foro de Diálogo Interamericano, Emily Mendrala, subsecretaria adjunta de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, aseguró que mantienen “un rango de comunicación bilateral” con el régimen orteguista, aunque EE. UU. continúa “presionando por la liberación de los presos políticos”.
La fuente en Washington subrayó que “el diálogo en sí no es objetivo prioritario (de la Administración Biden), sino un medio para conseguir una resolución al impase en Nicaragua”.
“EE. UU. ha apostado por la vía multilateral, que se basa en estrategias coordinadas con otros actores, como Canadá y la Unión Europea, y Rodríguez es simplemente el mejor candidato para llevarla a cabo”, explicó.
Orozco dijo que “la expectativa no es que EE. UU. viene a resolver el problema, pero sí la presión va a aumentar en función de cómo salir de la crisis en que se encuentra el país”.
El pasado abril, el Departamento de Estado criticó en su informe anual sobre derechos humanos que Ortega ejerza “un control total” sobre el país después de ser reelegido —por tercera ocasión consecutiva— en las votaciones de noviembre de 2021, sin competencia política. Estados Unidos califica dichos comicios, como “fraudulentos” por el encarcelamiento de todos los candidatos opositores.
Además, el Gobierno de Biden descartó invitar a los Gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela a la Cumbre de las Américas de junio, que se celebrará en Los Ángeles, porque considera que “no respetan” la democracia.
“Hay cierta tendencia en creer que en 2022 se puede repetir lo que vimos en 1989, con las negociaciones de EE.UU. y el FSLN. Esta vez, aunque algunos actores son los mismos como Ortega, las circunstancias son muy distintas. No hay conflicto armado que constituya una amenaza a la seguridad del hemisferio; ni estamos en guerra fría para impedir la propagación del comunismo, ni Nicaragua tiene protagonismo más allá del peso geopolítico que le corresponde”, describió la fuente en Washington.