3 de abril 2021
El incremento del precio de los combustibles que vuelve su tendencia alcista este fin de semana ha provocado que los productos de la canasta básica se encarecieran más rápido, y la cesta sobrepasara los 15 000 córdobas, equivalente a 429 dólares, según el cambio oficial. De esta forma, la brecha entre los ingresos que percibe la mayoría de los nicaragüenses y lo que pueden comprar se hace más grande.
Durante los primeros dos meses de 2019 y 2020, la canasta básica experimentó una baja de 150 y 56 córdobas respecto a diciembre del año anterior. Sin embargo, la tendencia cambió en 2021, con el aumento de 506 córdobas en ese mismo periodo. La cesta compuesta por 53 productos actualmente cuesta 15 032 córdobas, según datos del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide).
El incremento golpea mucho más a familias, como la de la maestra “Alondra”, que llamaremos así por razones de seguridad. Desde antes que la canasta básica incrementara su valor total, ni con todo su salario- 8680- podía cubrirla, mucho menos ahora.
La maestra que lleva más de una década de trabajar en el sistema educativo público explica que los docentes están obligados a priorizar lo que van a comprar porque no pueden cubrir todas las necesidades.
En su caso, cuenta con el apoyo de otras dos personas que aportan a su hogar, donde hay dos niños. No obstante, varios de sus colegas enfrentan mayores dificultades económicas porque son el principal sostén de sus familias, y en vista que el salario no les ajusta, deben impartir clases privadas en sus casas o en otros colegios, también se dedican a trabajos extras, sin ninguna relación con la enseñanza. Son estrategias para completar el costo actual de la vida.
“Alondra” se queja del incremento de los precios en los diferentes productos porque sabe que esas alzas se elevan mucho más en el norte del país, donde vive. A manera de ejemplo, cuenta que pagó 400 córdobas por el último tanque de Gas Licuado de Petróleo (GLP) y teme que el próximo llegue aún más caro, precisamente, por el aumento constante de los combustibles.
El tanque de 25 libras de GLP, que es el de mayor consumo en los hogares nicaragüenses, en Managua se cotizó en enero en 301 córdobas, pero al pasado 14 de marzo costaba 353 córdobas, según datos del Instituto Nicaragüense de Energía (INE). Por su parte, los economistas coinciden que, aunque existen otros factores que inciden en el alza de la canasta básica, el principal es el incremento de hasta el 35% en los precios de la gasolina y diésel, que afecta a todos sus derivados y la economía en general.
En años anteriores el precio de los combustibles mantenía un movimiento oscilatorio, unas semanas subía, otras, bajaba, pero ahora “el aumento ha sido continuo y evidente”, lo que provoca que los comerciantes empiecen a subir los precios de los productos, como parte de la especulación, explicó el economista Luis Murillo.
Para el también economista, Oscar René Vargas, hay una repercusión directa del precio de los combustibles en el costo final de los alimentos, debido a que se suma el valor del transporte. El precio promedio del litro de diésel, que es utilizado por el transporte de carga, en noviembre de 2020 era de 26.17 córdobas, pero actualmente es de 31.40 córdobas.
Especialistas en el tema de hidrocarburos, consultados en semanas anteriores por CONFIDENCIAL, explicaron que no hay justificación técnica o económica para el constante incremento de los precios de combustibles. Sin embargo, ningún ente del Estado, incluido el INE, que es el ente regulador, se ha pronunciado al respecto.
La canasta básica en Nicaragua siempre ha mantenido un ritmo de incremento natural, debido a la devaluación del 2% anual del dólar respecto al córdoba en una economía con un alto nivel de dolarización, explica el economista Maykell Marenco, quien asegura que aunque bajen los precios internacionales del petróleo, no se espera que se traduzca en una disminución de los precios de la canasta básica.
Ese mismo comportamiento es evidente en los combustibles, porque cuando baja el petróleo a nivel internacional, los precios de los combustibles a nivel nacional no lo hacen al mismo ritmo que cuando sube, expresó.
Salario mínimo no amortigua costo de canasta básica
“Alondra” lleva tres años con el salario congelado. Los 8680 córdobas, equivalentes a 248 dólares apenas le alcanzan para cubrir un poco más del 50% de la canasta básica. La situación es más precaria para otros trabajadores que apenas cubren el 30% de la cesta familiar.
Esa es la condición de los trabajadores del sector agropecuario o de las micro y pequeña industria artesanal y turística nacional que apenas recibieron un aumento del 1%, es decir, que a partir del 1 de marzo, devengan montos mensuales equivalentes a 126 y 133 dólares respectivamente.
En el resto de los sectores el aumento fue del 3%, según acordó la mesa tripartita, integrada por el Gobierno, una representación de empleadores y sindicatos sandinistas. El economista Vargas considera que son “trabajadores empobrecidos” porque los salarios que ganan son tan bajos que su poder de compra se ve disminuido, y en el caso de la población que vive en informalidad, la situación es peor.
“Todo esto se traduce en mayor pobreza, más desigualdad”, expresa. Asegura que la situación fuera aún más grave, pero es contrarrestada por el “amortiguador social” de las remesas familiares, que el año pasado, a pesar de la pandemia, representaron 1850 millones de dólares, según datos del Banco Central de Nicaragua.
Murillo sostiene que el aumento del salario mínimo “fue una burla” porque no compensa el alza de la canasta básica y más bien, genera pérdida del poder de compra. La tendencia de incremento de los precios siempre ha estado, pero se aceleró con la mala política de aumento de los derivados del petróleo, afirmó.
Otros factores que impactan en ese incremento ha sido la reforma tributaria aprobada por el régimen orteguista en marzo de 2019, que quitó exoneraciones a varios productos de consumo básico, además de la especulación de los agentes económicos, al ver, el incremento de los combustibles.
“Uno de los factores que más ha generado deterioro y aumento en la canasta básica ha sido la mala política de aumento persistente en los precios del derivado de petróleo y el ente regulador, bien, gracias; no ha intervenido. No se ha puesto la mano en la conciencia, que se está afectando a toda la economía en su conjunto”, reclamó Murillo.
Aunque en general, los precios de la canasta básica han aumentado, el alza se percibe más en algunos productos como el huevo, el queso seco, el aceite y la posta de res. Por ejemplo, la docena de huevos costaba 57 córdobas en diciembre pasado, ahora se cotiza en 60.85; una mayor alza la registró el litro de aceite, que en diciembre tenía un costo de 41.67 y en febrero de este año, se cotizó en 53.20 córdobas; un incremento de casi 12 córdobas, según datos oficiales del Inide.
Descontento social por alzas
El incremento de precios en los derivados del petróleo y los efectos colaterales ha generado molestias en el sector transporte, particulares y población en general, que han expresado su descontento en redes sociales, pero que no se han traducido en actos de protestas concretas. El también sociólogo Oscar René Vargas, explica que falta un liderazgo que exponga dichos reclamos; “el descontento existe y puede explotar cualquier día”, advierte.
El sector taxista, que es uno de los más afectados, no ha dado indicios certeros de protestar, pese a que ya reportan pérdidas, según constató CONFIDENCIAL.
En Nicaragua cualquier indicio de protesta contra el régimen orteguista se enfrenta a la represión policial. La institución sancionada por Estados Unidos por violaciones de derechos humanos, mantiene el despliegue de fuerzas especiales en lugares estratégicos de Managua, Masaya, León, Estelí, entre otros, que tienen como fin principal desarticular la protesta ciudadana pacífica.