12 de marzo 2018
Los nicaragüenses recibirán un “duro golpe” a sus bolsillos a partir de abril, debido a la reducción al subsidio de la energía y el alza en la tarifa eléctrica, que ya se está aplicando, y la inclusión del pago del alumbrado público y la comercialización del servicio en sus facturas, alertan economistas y expertos en energía consultados por CONFIDENCIAL.
La disminución gradual del beneficio también incluye la aplicación del incremento de la tarifa, que estaba congelada para quienes consumían 150 o menos kilovatios hora por mes.
“Serán tres duros golpes que impactarán en el bolsillo de las personas, porque incrementará, aunque levemente, el costo de la tarifa eléctrica, pero además porque deberán pagar dos costos fijos: el alumbrado público y el pago por comercialización”, detalla el ingeniero eléctrico Fernando Bárcenas.
La disminución del beneficio será un proceso gradual hasta el 2022, cuando el subsidio para los consumidores de 150 kilovatios hora por mes, se reduzca del 50 al 25%, según el esquema aprobado por la Asamblea Nacional en febrero de este año.
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El economista Adolfo Acevedo calcula que un consumidor de unos 145 kilovatios hora al mes, que hasta febrero de este año habría pagado unos 400 córdobas, a partir de marzo acumulará una factura de 529 córdobas, incluyendo pago de alumbrado público (77 córdobas) y comercialización (24 córdobas).
Acevedo proyecta que para enero de 2022 ese mismo consumo totalizará más de 764 córdobas, sin contar un aumento en la tarifa plena por algún incremento en el precio del petróleo, ni un eventual cambio en el pliego tarifario.
Adiós a la tarifa social
Un incremento en la tarifa de la energía eléctrica agudizaría el golpe a los presupuestos de las familias nicaragüenses, que se han se beneficiado del subsidio.
“El primer impacto que va a sufrir el usuario es que la tarifa social estaba protegida contra cualquier elemento que viniera a impactar en su costo, porque era inmune y estaba referida a unos costos de 2005”, explica el ingeniero Bárcenas.
“Ahora —añade— la tarifa queda a expensas de cualquier cambio, ya sea por un mayor precio del petróleo, de los generadores”.
Acevedo, por su parte, advierte que con un aumento en las tarifas plenas por el incremento en el precio del petróleo, o un cambio en el actual pliego tarifario, sus proyecciones del aumento en la factura efectivamente “serían muy diferentes”.
Aumento disparejo
Bárcenas indica que una persona que consumía 25 kWh al mes hasta este febrero pagó una factura de 31 córdobas, y si consume lo mismo en marzo, en la factura siguiente en abril pagará un estimado de 63 córdobas, es decir, un aumento de un 104% su factura, “porque incrementa centavos del precio de la energía, pero deberá asumir el costo fijo de comercialización y alumbrado público”, que según el experto es donde está el mayor peso de esta reforma.
En cambio, explica que si una persona consumió 150 kWh en febrero y pagó unos 451 córdobas, su próxima factura por el mismo consumo será de unos 541 córdobas, o sea, un incremento del 20% del total de su factura eléctrica.
“De tal modo que los incrementos parecen estar hechos para que paguen más, en términos porcentuales, las personas que consumen menos energía. Si yo consumo poca energía los cargos fijos se vuelven bastante considerables en relación a lo que gasto en electricidad”, precisa el experto.
Cada vez se pagará más
El Gobierno venía aplicando un subsidio del 52.8% en la tarifa social a los consumidores de hasta 150 kwh cada mes, pero desde este año hasta el 2022 ese porcentaje bajará gradualmente, hasta reducirse al 25% de la factura.
Según el plan de reducción aprobado, en el 2018 el subsidio será del 50 y 40 por ciento para los hogares que estén en los rangos de 101 a 150 kWh al mes. En el 2019, bajará a 40 y 30 por ciento para los mismos rangos de consumo.
Según los especialistas, la reducción de los subsidios al costo de la factura de electricidad que pagan los clientes que consumen menos de 150 kWh al mes, implica que unos 800 000 usuarios que están dentro de ese rango de consumo, tendrán que desembolsar más de 83 millones de dólares adicionales a lo que ya destinan para pagar por su consumo energético.
La reforma a la ley se aprobó como contrapartida a un préstamo concedido por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para el fortalecimiento del sector eléctrico, y significa que solo en 2018 el incremento de la tarifa oscilará entre 3% y 13% para quienes consumen entre 125 a 150 kilovatios hora al mes, y seguirá aumentando de aquí al 2022.
Bárcenas añade que a esto hay que sumarle los costos fijos.
Los cálculos del experto muestran que hay unos 400 mil usuarios que consumen entre 0 a 50 kwh al mes, los que verán subir su recibo eléctrico en 104%. Para los usuarios que se mantienen en 50 kWh, el recibo subirá un 36%, y si su consumo llega a los 100 kWh el porcentaje de incremento será de 16%. Se calcula que unos 240 mil usuarios se mantienen en el rango de consumo entre 50 a 100 kWh.
La factura incrementará en un 26% a los que consumen hasta 125 kwh y un 20% a los que gastan hasta 150 kWh.
“Esto demuestra que los incrementos no son proporcionales ni siquiera entre un consumo y otro, porque (las autoridades) no explican por qué entre un consumo y otro el costo se aumenta o disminuye considerablemente. El cargo por comercialización también tiende a ser más uniforme que el cargo por alumbrado público”, insiste Bárcenas.
La reducción del subsidio significará que muchas familias que con dificultad podían mantener el subsidio deberán bajar su consumo para así poder pagar aproximadamente lo mismo.