19 de octubre 2017
Una encuesta regional realizada por CID-Gallup entre agosto y septiembre pasado encontró que los nicaragüenses (al menos los 1,200 entrevistados) tienen muy buena opinión de las empresas y los empresarios privados del país, en comparación con los demás países centroamericanos. Según la encuesta, los costarricenses y nicaragüenses tienen una alta valoración de la empresa privada en sus países, mientras en El Salvador es vista con recelo.
Entre otros hallazgos, la encuesta concluye que en Nicaragua el 75 % de los encuestados tiene una opinión positiva de las empresas privadas que operan en el país, y que 61 % dice que los empresarios dan un buen trato a sus colaboradores, mientras 55 % considera que ese buen trato se extiende también a los clientes de esos negocios.
La encuesta, que cubre a las seis naciones centroamericanas más Perú y República Dominicana, refleja en general “una ambivalencia hacia la empresa privada y hacia los empresarios. Esta posición varía entre países, entre grupos de edad, educación y preferencia partidaria política”, según la empresa encuestadora.
El resultado de ese ejercicio de opinión grafica dos posiciones extremas: por una parte, El Salvador, con una fuerte “posición anti empresa privada en todos los rubros de estudio”, mientras que en Nicaragua, “se manifiesta un mejor apoyo a los empresarios y a la posición de los colaboradores y sus empleadores privados”.
El resumen de los datos también señala que 50 % de los encuestados (es el más alto de la región) dice que los salarios son acordes con la labor que ejecuta el empleado, mientras que 23 % (también, el más alto de la región) opina que las empresas pagan justo los impuestos que deben pagar.
Sin embargo, Nicaragua es el único país en que se percibe al Estado como un empleador mayor y más importante que el sector privado. El 47% de los encuestados en Nicaragua considera que el Estado aporta más empleos, un porcentaje que se reduce al 18% en El Salvador, 26% Panamá, 31% Costa Rica, 33% Guatemala y 34% Honduras. En contraste, en Nicaragua solo el 42% considera que el sector privado aporta más empleo, mientras que en El Salvador, el porcentaje alcanza 68%, Panamá 62%, Costa Rica 58%, Guatemala y Honduras 55%.
José Adán Aguerri, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), se mostró “satisfecho con los resultados”, mismos que atribuyó “al trabajo que estamos haciendo como gremio para atraer más inversión extranjera y generar más crecimiento y más empleos”.
“Los trabajadores ven que ellos progresan, cuando mejora la situación económica de la empresa para la que trabaja. De hecho, Nicaragua es el país de la región donde más ha crecido el salario mínimo”, argumentó Aguerri.
No son números para celebrar
A juicio del sociólogo Oscar René Vargas, estos últimos resultados reflejan que “hay ignorancia sobre la situación económica, y sobre cómo se distribuye la riqueza en el país”.
Menciona que “esto contradice un trabajo que hizo el Banco Central de Nicaragua -que después quitó de su página web- que decía que 3 % de las empresas encuestadas, recibían el 97 % de las ganancias”.
El sociólogo también afirma que quienes respondieron a esa consulta de opinión hacen referencia al salario que reciben, pero no al porcentaje de la canasta básica que pueden comprar con ese salario.
“No están viendo cuánto está ganando la gente, ni cuánto de la canasta básica pueden comprar quienes trabajan para una empresa privada. Quizás estén pensando en los ingresos que devengan los altos funcionarios de las empresas, porque no todas las personas que trabajan en una empresa privada tiene salarios tan grandes”, reflexionó.
La dirigente opositora Dora María Téllez, asevera que ve los datos “dentro del rango de lo que podría ser la apreciación de la gente: 50% cree que aquí se pagan buenos salarios, y la otra mitad no, lo que tiene cierta congruencia con la realidad. Son datos bien duros en contra de los empresarios: la mitad de la fuerza de trabajo, la mitad de las personas piensa que pagan mal. No me parece que esto sea un dato positivo para ellos”.
Téllez dice que ella habría esperado que la encuesta mostrara “una conformidad mucho mayor. Que la gente tuviera la percepción de que aquí se les paga mejor, que la mayoría de empresas paga bien, pero ahí cada empresario paga mal, según la apreciación de la gente encuestada, y esto debería ser muy preocupante para nosotros: para los nicaragüenses en general, y para el gobierno”.
La dirigente política aventura que ese 50 % que se siente mal pagado, debe ser parte de los sectores campesinos que se van a cortar café a Costa Rica (o a trabajar en la construcción en Panamá) buscando mejores salarios.
El origen de las fortunas
Los encuestadores de CID – Gallup también preguntaron a la gente su percepción acerca de la forma en que los ricos habían amasado sus fortunas. Las respuestas que dieron esos 1,200 nicaragüenses son muy generosas con los ricos del país, si se les compara con las opiniones que dieron los encuestados de los otros siete países.
Un total de 22 % (el más alto de la región) dice que los ricos del país tienen dinero porque lo ganaron honestamente. Otro 24 % supone que lo heredaron (otra vez, el más alto de la región), mientras que solo 24 % (el más bajo de los ocho países encuestados), dice que esas personas se hicieron millonarias por ser corruptos.
Para Dora María Téllez, “me parece altísimo que 24% de la gente piense que el dinero de los empresarios es por corrupción”, en especial considerando que “cuando la gente responde a esas preguntas, no está pensando en los grandes empresarios, sino en su empleador. Igual, si les preguntan por el tema salarial, están pensando en el suyo”.
Opina que ese hallazgo “es preocupante, si calculas que aquí hay empleadores pequeños medianos, grandes, y vemos que la percepción de la cuarta parte de los encuestados es que esos señores han hecho su dinero por corrupción, y eso es bastante grave”, insistió.
“Francamente, no veo que esos datos sean positivos, sin importar si son peores o mejores que los del resto de Centroamérica. Eso es como los datos de la Policía, que dicen que somos el país más seguro de Centroamérica, pero uno no sale a la calle a las nueve de la noche”, comparó.