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El veto de Lula y Brasil le impide a Ortega entrar en el “club de las dictaduras”

“Excepto por Brasil, ahí están prácticamente todas las dictaduras del mundo juntas en el llamado grupo BRICS”, afirma investigador

Luiz Inacio 'Lula' daSilva, presidente de Brasil.

El veto de Brasil, emitido por el presidente de esa nación sudamericana Luiz Inácio 'Lula' daSilva, visto en esta imagen junto a dos de sus más cercanos colaboradores, impidió la entrada de Nicaragua y Venezuela al grupo de los BRICS, aislando aún más a ambas dictaduras. // Foto: EFE/ Ricardo Stuckert

Carlos F. Chamorro

27 de octubre 2024

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¿Qué significa el veto de Lula, presidente de Brasil, que le impidió al dictador Daniel Ortega ser aceptado en el foro de países emergentes conocido como BRICS, que lideran Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica?

El martes 22 de octubre de 2024, en la cumbre de los países BRICS, celebrada en Kazán, Rusia, trece países fueron aceptados como nuevos socios de este foro, entre ellos, Cuba, Bolivia, Argelia, Bielorrusia, Indonesia, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Kazajistán, Uganda, Uzbekistán y Vietnam. Sin embargo, no fueron aceptadas las candidaturas de Nicaragua y Venezuela, por la falta de consenso provocada por el veto del presidente Lula de Brasil.

El politólogo Manuel Orozco, director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo, del Diálogo Interamericano, considera que “el rechazo a Nicaragua es un golpe muy grande, porque ni siquiera las dictaduras quieren tener nada que ver con Nicaragua y con Venezuela”.

En una entrevista con Esta Semana que se transmite el domingo 27 de octubre 2024 en el canal de YouTube de CONFIDENCIAL, por la censura televisiva en Nicaragua, Orozco dijo que no lograron obtener una membresía en un grupo que se autodenomina “el nuevo Movimiento No Alineado en el siglo 21” que también se identifica como “el club de las dictaduras. Excepto por Brasil, ahí están prácticamente todas las dictaduras del mundo juntas en el llamado grupo BRICS”.

Manuel Orozco
Manuel Orozco, director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano. // Foto: Archivo | CONFIDENCIAL

La dictadura de Daniel Ortega y el régimen de Nicolás Maduro fueron vetados por el presidente Lula de Brasil de ingresar en el Foro Político y Económico de países emergentes, conocido como BRICS, que lideran China, Rusia, India y Sudáfrica. ¿Qué impacto tiene para Nicaragua esta exclusión?

Es un impacto diplomático bastante fuerte porque los excluye de un conglomerado importante que se ha venido conformando. Empezó con cuatro países, pasó a diez y ahora lleva más de 20 miembros asociados que tratan de crear una plataforma de cooperación regional a través del comercio y de finanzas. Y excluyó a Nicaragua. Entonces es un golpe diplomático al no dejarlo entrar y, por otro lado, tiene implicaciones económicas también.

¿Cuáles son esas implicaciones económicas? Hay un banco de los BRICS que es un banco relativamente pequeño en comparación con el Banco Mundial. ¿Tienen otro tipo de servicios económicos?

El impacto es a dos niveles. Uno, es que no logran tener la membresía de un grupo que se autodenomina como el nuevo Movimiento No Alineado en el siglo 21. Por otro lado, se identifican también como ‘el Club de las Dictaduras’, excepto por Brasil, ahí están prácticamente todas las dictaduras del mundo juntas en un grupo que se formaliza como el llamado BRICS. El rechazo a Nicaragua realmente es un golpe muy grande, porque ni siquiera las dictaduras tienen nada que ver con Nicaragua y con Venezuela. 

En segundo lugar, económicamente, es cierto, numéricamente, con el factor chino, los diez principales países captan el 25% del PIB mundial. Entonces eso tiene un peso muy fuerte y un peso comercial bastante fuerte, porque con China sube a 30%. Sin embargo, en término de relaciones comerciales, todavía no es efectivo y la plataforma de pagos que están creando (alternativo al SWIFT) el BRICS Pay tiene como propósito utilizar la moneda de estos países. El rublo y el renminbi en China como un mecanismo de intercambio frente al dólar para desdolarizar la economía global.

El peso realmente es limitado. Nicaragua esperaba que a través de ese mecanismo ellos podrían utilizar los córdobas que tienen, que han sido sancionados en el país, para hacer transferencias a través del sistema BRICS. Ahora esa posibilidad es más limitada. Y el gran problema es que no van a tener la posibilidad de ejecutar unas transacciones que ellos tenían planificadas con Rusia, en particular a través de la caja de compensación de BRICS. Entonces, sí hay un golpe económico, especialmente en términos de la facilidad que les permitiría, para generar mayor cleptocracia, mayor transacciones al círculo de poder.

El asesor del presidente Lula, Celso Amorim, dijo que la exclusión en el caso de Nicaragua fue por el trato “ofensivo” que le brindaron al presidente Lula, al que Daniel Ortega llamó “arrastrado del imperialismo” después de romper relaciones. Mientras que en el caso de Maduro dijo que fue porque “no cumplió su palabra” de presentar las actas electorales después del fraude del 28 de julio. Es decir, hay un rechazo directo a Daniel Ortega.

Es más que eso. Realmente esas son buenas excusas. La realidad es que para Brasil, permitir que estos dos países entraran era muy complicado, porque desde la perspectiva de su política exterior, ellos están tratando de impulsar un proceso de democratización en toda América Latina y el Caribe. Cuba aparte, lo que se quiere es entrar en un proceso de transición democrática que reduzca ese declive democrático que hay a nivel regional y que está afectando a Brasil. Entonces a Brasil, Venezuela y Nicaragua se la pusieron muy fácil, no tenían ninguna otra forma de cómo decir no hay que meterlos. Ese fue el mecanismo.

Venezuela reaccionó duramente atacando a Lula y calificó el veto brasileño como una “agresión hostil e inmoral”. Pero en el caso de Nicaragua el régimen se quedó callado y más bien la vicepresidenta Murillo salió elogiando al grupo de los BRICS, ocultando que Ortega y su dictadura han sido vetados de ser parte de los BRICS. ¿Cómo se interpreta este silencio?

No querían hacer el ridículo. Si ellos respondían políticamente atacando a Brasil por no haberlos dejado entrar al “club de las dictaduras”, todos los ojos del mundo iban a poner atención a Nicaragua de por qué ese país fue excluido y eso hubiera tenido un impacto de torpedeo contra ellos. Entonces prefirieron quedarse callados y elogiar a Putin, que de alguna manera les da más rendimiento diplomático y seguir hacia adelante.

Esta posición de Lula hacia Nicaragua y Venezuela, ¿qué proyección tiene? ¿Puede tener mayor incidencia en la posición de los gobiernos democráticos de América Latina hacia estas dos dictaduras, o es un hecho circunstancial, en que Brasil le está pasando la factura a Nicaragua y a Venezuela?

No. Es más que un pase de factura. Realmente es un reposicionamiento de Brasil en su política exterior en América Latina de manejar una perspectiva más consistente en relación con la inestabilidad política que existe en la región. Ellos básicamente están logrando conseguir algún tipo de apoyo diplomático que les permita tener un liderazgo, especialmente dentro de la OEA, para promover su propia agenda. Ese rechazo es vital.

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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