9 de diciembre 2024
El nombramiento del senador cubanoamericano Marco Rubio, un enemigo jurado de las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, no significa que el nuevo Gobierno del presidente Donald Trump, que tomará posesión el 20 de enero de 2025, colocará en primer plano de su política exterior el restablecimiento de la democracia en estos países.
En una conversación en el programa Esta Semana, los politólogos Eduardo Gamarra y Michael Shifter, expertos en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, consideran que, a pesar del “corazón” del próximo Secretario de Estado, sus prioridades seguirán ancladas en la guerra en Ucrania, el conflicto en Gaza, y la competencia con China. En el entorno latinoamericano, se impondrán los temas que Trump prometió en la campaña electoral: las deportaciones masivas, la seguridad y los aranceles a los productos provenientes de China.
“A Trump no le interesa la democracia, él es transaccional”, priorizará sus intereses personales, o lo que considera como intereses económicos de Estados Unidos, y bajo esa lógica su prioridad en la región será México, aunque, sería consistente con su política que busque una negociación con el dictador venezolano Nicolas Maduro”, advierte Shifter, ex presidente del Diálogo Interamericano y profesor de la Universidad de Georgetown en Washington.
Por su parte Eduardo Gamarra, profesor de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) en Miami, donde también enseña el senador Rubio, insiste que aunque la agenda de Rubio estará condicionada por los intereses globales de la Administración Trump, su incidencia en Cuba, Venezuela y Nicaragua, “dependerá mucho de las personas, entiendo de origen cubanoamericano, que tienen un interés en la región”, y que podrían ser nombradas en cargos clave en el Departamento de Estado, la Casa Blanca, el Departamento de Defensa.
Marco Rubio y las dictaduras
¿Qué significa el nombramiento del senador Marco Rubio como secretario de Estado de la Administración Trump para su futura política hacia las dictaduras de América Latina? Cuba, Nicaragua y Venezuela ¿estarán en la agenda de su política exterior, y qué orden de prioridad podrían ocupar?
Michael Shifter. El nombramiento quiere decir que Marco Rubio va a pasar de senador de Florida, a Secretario de Estado con responsabilidades globales, y es un papel distinto. Va a tener que dedicar mucho esfuerzo para mostrar su habilidad en temas como Ucrania, Gaza, competencia con China a nivel global, pero seguramente también su corazón, su compromiso está en la región y sobre todo dirigido a los tres dictadores que usted mencionó. Entonces, va a dedicar algunos recursos y tiempo a esas grandes y complejas situaciones.
Creo que Venezuela es un caso aparte de Cuba y Nicaragua porque es un país mucho más grande y más significativo a nivel regional, tiene petróleo y también una crisis migratoria regional con casi 8 millones de refugiados en toda la región.
Sobre Cuba y Nicaragua, podemos esperar más retórica, más críticas. En cuanto a políticas concretas, seguro está estudiando algunas medidas para endurecer la política hacia Cuba y Nicaragua, pero ya están bastante duras. No sé cuánto exactamente van a hacer más, bajo el secretario Rubio.
En relación con lo que Trump ha anunciado como sus prioridades en la región, en primer lugar, las deportaciones masivas, la migración, o la imposición de aranceles a las exportaciones provenientes de China. ¿Cómo se ubica este tema de las dictaduras en su política hacia América Latina?
Michael Shifter. Lo prioritario es lo que usted acaba de mencionar. Trump no es un tipo ideológico, es transaccional. Y de hecho a él, como sabemos, le gusta tratar y llegar a acuerdos con hombres fuertes. Eso es lo que está buscando con Putin en el tema de Ucrania. Con Xi Jinping en el tema de China y la guerra económica con China.
La excepción en su primer mandato fue Maduro, donde hubo una política más dura de sanciones y críticas a Maduro, pero esto tenía que ver con la estrategia electoral en Florida. Estamos en otro momento. Trump con respecto a Venezuela, puede buscar un acuerdo sobre temas migratorios y también aprovechar para facilitar más inversión en el sector petrolero en Venezuela. Eso sería consistente, para Trump.
Creo que Cuba y Nicaragua son casos aparte. Creo que para Trump no son importantes, pero sí para Rubio, y Trump se va a enfocar sobre todo en México. Este es un tema principal que puede ser muy complicado, y en segundo término el tema de Venezuela.
En el primer mandato de Trump, John Bolton formuló una visión de ver a estos tres países como una troika aplicando una misma política de alguna forma, para todos. ¿se replicará esto o lo van a tratar como casos individuales, reconociendo sus diferencias?
Eduardo Gamarra. Lo primero que hay que notar es que no estará Bolton, y eso también refleja algo muy importante de lo que será este nuevo Gobierno, que es muy diferente a lo que fue el anterior, que dependió mucho de los resabios del conservadurismo, particularmente del neoconservadurismo republicano.
Hoy lo que llega a la Casa Blanca es bastante diferente. Como decía Mike, creo que hay que tomar a Cuba y a Nicaragua, de manera diferente de lo que van a ver a Venezuela, precisamente por lo transaccional que es Donald Trump. Para lograr las deportaciones masivas, necesita que los países a los que van a ser deportados acepten una deportación masiva. Yo me imagino que habrá una importante carta de negociación para Maduro, una resistencia a la deportación masiva, si es que se da.
Y segundo, está el tema muy importante de la reactivación de sanciones a Chevron, que ha sido una compañía muy importante en un joint venture con PDVSA. Chevron tiene 8000 empleados en Venezuela, tiene una presencia muy importante en cuanto a la producción venezolana, de manera que no se va a retirar de manera muy callada de esta negociación.
Y también, como dijo Mike, la política de “presión máxima” que ejerció el presidente Trump en su primer término probablemente retornará, pero realmente hay muy pocos lugares dónde presionar más, ya se han hecho las sanciones individuales. Lo único que quedaría es volver a presionar a Chevron, pero ahí creo que está precisamente lo transaccional de esta relación que tendrá Donald Trump con gente como Maduro y otros dictadores en el mundo, no solo en América Latina.
Venezuela, Maduro y la Chevron
En Venezuela hubo un fraude monumental. Hay un desafío con la toma de posesión de Maduro programada para el 10 de enero. La oposición dice que el candidato ganador, Edmundo González, va a regresar a tomar posesión. Biden en su salida de Gobierno, a través del Secretario de Estado está reconociendo a Edmundo González como presidente electo. ¿Qué se espera de la política de Trump si Maduro toma posesión?
Eduardo Gamarra Ahí sí es importante, (coincidiendo con Michael): Marco Rubio, quien es colega nuestro acá en la universidad, enseña un curso sobre política latina en Estados Unidos y además tiene mucho interés en política exterior. Pero tiene su corazón en la región. Él ha sido muy duro en sus declaraciones privadas y públicas sobre Venezuela, y me imagino que expondrá ese punto de vista en el gabinete. Va a depender mucho, si es ratificado, que no tengo duda que lo será, a quién pone en las posiciones de subsecretario, vamos a tener una señal con las personas que puedan aparecer en esos cargos.
El senador Rubio tendrá su corazón en la región, pero se verá limitado por la agenda global que necesariamente va a tener la nueva administración Trump. Dependerá mucho de estas personas que entiendo que ya han sido identificadas muchas; probablemente son de origen cubanoamericano y tienen un interés en la región, particularmente en el cambio de régimen en esos tres países.
En Nicaragua en las últimas dos semanas se aprobó una reforma total a la Constitución que prácticamente viene a legalizar la dictadura totalitaria que ya existía de hecho. ¿Cambia esto de alguna forma la visión de la política exterior de Estados Unidos hacia el país, y cómo considera que podrían tratar de incidir en este proceso en el cual la Administración Biden había establecido una serie de compromisos de apoyar una salida democrática en Nicaragua?
Eduardo Gamarra. Hay una diferencia muy grande entre estas dos administraciones. En parte por lo transaccional, lo personal que es Trump, versus el enfoque más idealista que tenía (Biden). Lo vimos en las declaraciones del Secretario de Estado Blinken en la Cumbre de las Américas, en Los Ángeles, en la que la mayoría de los países importantes no estuvieron presentes.
Este enfoque en la protección de la democracia liberal y representativa no va a estar presente. Dudo mucho que se hable de la promoción de la democracia. Y en este sentido sí creo que Marco Rubio, quizás algo más entendedor de teoría de relaciones internacionales… él es un seguidor de (Hans) Morgenthau, es un realista. Él ve al mundo en término de los intereses estratégicos de Estados Unidos, y no necesariamente desde el punto de vista de la promoción de la democracia.
Siguiendo esa argumentación, para las dictaduras de América Latina, la llegada de esta nueva administración Trump, ¿plantea también una oportunidad, una posibilidad de negociar en torno a algunos temas?
Eduardo Gamarra Sí, definitivamente. El mero hecho de que se piense hoy que puede llegar a un arreglo con Putin, que entre sus grandes amigos está Viktor Orbán, que tiene unos sentimientos interesantes respecto al dictador de Corea del Norte... ¿Por qué no tener una transacción con América Latina, también, particularmente, si se trata de promover los intereses de Estados Unidos?
Nicaragua y el CAFTA
Este tema de las dictaduras, ¿cómo se inscribe para la futura política de Estados Unidos en el contexto del resto de América Latina? Trump está definiendo abiertamente sus afinidades, sus alianzas, por ejemplo, con gobiernos como el de Milei. ¿Cómo va a trabajar con el resto de América Latina en torno a estas dictaduras?
Michael Shifter Vamos a ver un cambio importante con Trump de un enfoque más unilateral. Su fortaleza no está en consultar, en la diplomacia, o la cooperación. Él va a imponer lo que considera que es importante para Estados Unidos, y obviamente va a buscar aliados para seguir su propia línea. Pero es otro estilo, el enfoque que vimos en su primer Gobierno, va a ser más marcado en este Gobierno.
¿Qué va a pasar si él toma ese giro con Maduro, por ejemplo, y hay algún acuerdo con Maduro sobre el tema migratorio? Si Maduro cede algo y Trump lo vende como un gran triunfo para Estados Unidos porque negoció, pero Maduro le dio algo a Trump en cambio, que sería la primera vez. ¿Qué va a responder Javier Milei, que ensayó una crítica muy dura contra Maduro y tiene la embajada de Argentina bajo ataque del régimen de Maduro? No va a tomar mucha distancia de Trump, va a buscar la manera de acomodarse, adaptarse a la línea que define Trump con respecto a esos países.
Con respecto a Nicaragua, siempre va a estar en el tapete cambiar un poco el tema económico. El CAFTA por ejemplo, el tratado con Centroamérica del que todavía Nicaragua forma parte. Esto podría ser tema de conversación, pero también tiene implicaciones sobre inmigración, sobre la situación económica de los nicaragüenses que están en el país, y también hay que ver el equilibrio en ese tema.
En el caso de Nicaragua también el régimen de Ortega ha sido señalado de provocar de manera sistemática a Estados Unidos, promoviendo la migración ilegal no solo de cubanos, haitianos, latinoamericanos, sino de personas extracontinentales. ¿Tiene esto alguna relevancia para la política de Trump sobre el tema migración?
Eduardo Gamarra. Si, es importante profundizar un poco en el vínculo entre política comercial y política migratoria. Lo hemos visto con esta amenaza a Canadá y a México con la aplicación de aranceles del 25%.
Estamos en un mundo muy diferente al de los noventa o de principios de este siglo, donde el comercio libre era una prioridad.
Hoy estamos ante un republicanismo muy proteccionista que usa el proteccionismo como arma en temas de seguridad. No me sorprendería que usaran el tema de cambiar la naturaleza de algunos acuerdos como el CAFTA, que aplica por supuesto a toda Centroamérica, no solo a Nicaragua y también a República Dominicana. Pero también considerando la postura de Gustavo Petro en Colombia con un tratado de libre comercio que se logró a duras penas, en este nuevo contexto donde el libre comercio ya no es prioridad para Estados Unidos, se pueda usar como una arma para presionar el comportamiento de países de la región que tienen estos acuerdos, para que se alineen más con la postura norteamericana.
La crisis económica de Cuba, que se ha venido agravando en los últimos meses con el colapso del sistema energético, también plantea un incremento de la migración a Estados Unidos, por una parte y por otro, pues la enorme fragilidad del sistema cubano. ¿Cuál será la política de Trump?
Eduardo Gamarra. Sin lugar a dudas Cuba está en un punto de fragilidad económica, en una situación dramática, no solo por los dos huracanes, el sistema eléctrico básicamente hay que reconstruirlo desde cero. No hay inversiones de ningún tipo. Y es un régimen que no tiene opciones: el petróleo venezolano, es cada vez más escaso, lo que llega a la isla. Es un momento quizás donde algunos piensan que basta un empujoncito más para que caiga el régimen, pero también nos han demostrado los cubanos la absoluta capacidad que tienen de mantenerse en el poder durante años, a pesar de las sanciones extremas que existen.
En resumen, para las dictaduras de América Latina, ¿la llegada de un nuevo gobierno de Trump tampoco es una mala noticia?
Michael Shifter Yo creo que no. Hay que recordar que no importa la democracia para Trump. Ese es un tema que no existe. Esto lo vimos en su primer mandato, terminó teniendo buena relación con AMLO, por ejemplo, en México, a pesar de los retrocesos democráticos. Obviamente no era un dictador, pero sí un Gobierno que tenía tendencias autoritarias, y hubo retrocesos en varias áreas de democracia.
Pero esto nunca estaba presente. No importa la democracia, no importa mucho América Latina, francamente, lo que importa es lo que conviene a él, políticamente, personalmente, y por eso creo que México y los temas asociados con México, que son los que importan a la base política de Trump en Estados Unidos: migración, China, drogas, seguridad, este va a ser el foco de su atención, y estaría dispuesto a llegar a un acuerdo con Maduro y venderlo. Y no creo que tampoco habrá mucho costo político. entre las diásporas de los venezolanos y cubanos tampoco, porque para ellos,Trump es lo máximo y siempre será lo máximo.
Hay algo que él tiene sobre esos sectores que no cambiaría aún si Trump llega a un acuerdo con Maduro. Creo que eso sería coherente con lo que hemos visto de Trump con otros hombres fuertes en el mundo y en su primer mandato, Maduro fue la excepción y creo que hubo decepción con Venezuela. En el primer mandato, la política no fue exitosa, fue fallida y no me extrañaría si Trump busca otras opciones con respecto a Venezuela -el mayor proveedor de petróleo en el mundo- y donde haya oportunidades para ganar mucho dinero, esos son muy atractivos para Trump.
En otras palabras, la posible influencia de la agenda y del corazón del senador Marco Rubio, como ustedes han descrito, estaría circunscrita a los intereses más globales, de la política de Trump en América Latina.
Eduardo Gamarra. Sí, definitivamente. Es muy importante entender que Marco Rubio tendrá prioridades como Secretario de Estado que van a estar completamente fuera de este hemisferio.
No hemos mencionado, por ejemplo, el caso de Haití, que quizás es el más dramático que vive la región, pero no hay ninguna prioridad para resolver ese caso tampoco, y dudo que la haya en la administración que ingresa. Hay unos conflictos tan enormes en el resto del mundo de vital importancia geoestratégica. Ahí va a estar el enfoque.
Por eso reitero la importancia de quiénes serán los funcionarios en el Consejo de Seguridad Nacional, quién estará encargado en el Departamento de Estado en política hacia América Latina, quien será el Subsecretario de Defensa. Y no nos olvidemos el caso clave, quizás lo más importante, que será la renegociación del T-MEC el Tratado de Libre Comercio con México (y Canadá), que es importante para América Latina y para Estados Unidos.
Esas personas clave de la administración para la política de la región ¿ya están identificadas algunas de ellas?
Eduardo Gamarra. Hay mucha especulación. Quizás Michael sabe más que yo, estando en Washington. Pero hay muchísima especulación de varios nombres.
Michael Shifter. (Ríe) No me han llamado todavía.
Eduardo Gamarra (Ríe) Y a mí no me llamarán.