23 de octubre 2016
La última encuesta de la firma M&R reveló que 75% de los consultados están dispuestos a votar este seis de noviembre, en un proceso electoral carente de legitimidad tras la ilegalización de la oposición. Sin embargo, para dos estudiantes universitarios, una ingeniera, una socióloga, un administrador y un fontanero “no hay por quién votar”.
En un panel realizado por Carlos Fernando Chamorro (que se transmitirá en el programa Esta Semana), la desazón frente a estas votaciones quedó patente en la respuestas de los invitados.
“Yo no boto mi voto. Lo decidí a partir de la oportunidad pequeña que tuvo el CSE de cambiar magistrados”, dijo la activista, socióloga y feminista leonesa Sara Henríquez. Ella se refiere a la elección de magistrados del Poder Electoral realizada a inicios del año, cuando el comandante Ortega hizo prevalecer su decisión.
“Son los mismos hombres y mujeres que cuentan el voto, y son los mismos que han armado los otro fraudes”, agregó Henríquez.
Las razones son diversas, pero en estas seis personas consultadas prevalece la decisión de no asistir a las urnas.
Luis Miguel Najarro, exfiscal de la alianza Partido Liberal Independiente (PLI) durante las elecciones de 2011, aseguró que en “este circo electoral” no hay partido que lo represente. “Yo quisiera saber si alguna vez esos partidos que corren han hecho algo por este país, si se han involucrado en procesos sociales”, reclamó.
José Antonio Narváez, desmovilizado del Ejército Popular Sandinista (EPS), es fontanero y albañil. Ha participado en las distintas marchas de protestas realizadas por la oposición ilegalizada. Habla pausado y dice tener dos “palabritas” para describir estas elecciones, en la que observación nacional e internacional fue prohibida por el comandante Ortega. “Son un completo desastre”.
“Aquí todos los poderes del Estado se encargaron de que no diera mi voto a nadie. Se encargaron de quitarme el derecho de votar, porque mi candidato era Luis Callejas y Violeta Granera, una mujer muy integra”, expresó Narváez.
El cierre del espacio electoral a la oposición, reunida en torno a la Coalición Nacional por la Democracia, ha sido uno de los alicientes para criticar estas votaciones, en las que la figura de Rosario Murillo como fórmula de su esposo hacen pensar a muchos en la instauración de una “sucesión dinástica”.
“Yo no voy votar desde que le quitaron la representación legal a Eduardo Montealegre. Desde ese momento se convirtieron en una farsa electoral y le dieron el control absoluto de las estructuras electorales al Frente Sandinista”, planteó Alexander Gómez, estudiante de quinto año de Derecho en la Universidad Centroamericana (UCA), y originario de Granada.
La más joven del panel de Esta Semana fue Nadine Ramírez, una joven de 18 años. Estudia sociología en la UCA y ella describe un panorama desolador para los jóvenes a falta de propuestas, y candidatos que los representen.
“Es la primera vez que voy a votar, pero desde el año pasado vine decidiendo que no lo iba a hacer. Ningún partido, como joven que soy, me representa. Ninguna propuesta de gobierno cumple con salir adelante. Es más una cuestión de luchas individuales y cuotas de poder”, opinó Ramírez.
¿Dónde están los indignados?
La encuesta de M&R dista mucho de las opiniones de estas personas. Tras el 75% de participación que vaticina, asegura que más del 60% de los electores se decantaran por la fórmula presidencial Ortega-Murillo.
La ilegalizada oposición habla de un descontento social, pero que solo se manifiesta de forma rotunda en las marchas de protesta. Para la ingeniera Tania Irías se trata de miedo en la ciudadanía.
Irías es de Estelí, pero trabaja en Chinandega en el Grupo lésbico ARTEMISA. Ella describe una situación de “control” en los barrios por parte de los Gabinetes de la Familia, o los mejor conocidos CPC (Consejos del Poder Ciudadano), la fuerza política del gobierno en las calles.
“La gente está escondida en la casa, yo reconozco a mi familia así. Yo no he pensado qué voy hacer el seis de noviembre, porque estoy consiente que los CPC andarán casa a casa invitando a votar, y van a tener un control”, afirmó.
Irías recordó que en las elecciones de 1990, su madre le dijo que no le contara a nadie por quién había votado. Tenía miedo de que supieron que votó contra la Revolución Sandinista.
“Pero este año no hay elecciones. El asunto del miedo es que si te prestás a ir a una urna electoral, una fotografía habla. Vas a ser la foto de los votantes aunque tu voto no cuente. De alguna forma es prestarse el juego del gobierno”, sostuvo Irías.
Oposición y zancudos
Durante el panel, los entrevistados abordaron la legitimidad de la oposición ilegalizada. Criticaron la desconexión que tuvieron con la población durante ocuparon cargos en la Asamblea Nacional.
“El problema interno de las ambiciones de las diputaciones, eso fue donde pudo haberse fracturado un poco la oposición”, dijo Najarro.
“Desde que se declara un presidente inconstitucional, ha habido acumulado que la oposición ha venido permitiendo. Eso les ha quitado credibilidad. Esta crisis es una oportunidad enorme para hacer ciudadanía”, propuso Henríquez.
Los partidos “zancudos” no tuvieron buena opinión de estos ciudadanos y activistas políticos. Aseguran que orbitan en torno al Frente Sandinista, y están allí en busca de un puesto que les proporcione réditos económicos.
“Si no votas es irrelevante en estos tiempos. El FSLN ganará las elecciones con el voto de sus militantes, y no lo han podido captar esos partidos zancudos. Yo pregunto a esos partidos políticos y líderes, ¿dónde estaban en estos años? ¿Dónde estuvo Maximino, viendo los problemas de la ciudadanía?”, interrogó Gómez, el estudiante de derecho.
El panel se transmitirá a las ocho de la noche de este domingo, en el programa Esta Semana. Ahí podrá ver completa las intervenciones de estas personas.