17 de mayo 2024
El Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) vive, desde hace seis meses, un segundo período —en menos de tres años— con la Secretaría General acéfala, a causa de la obstinación del dictador nicaragüense, Daniel Ortega, por imponer a operadores políticos en la dirección de la institución regional para promover una agenda a favor de intereses extracontinentales.
La agenda de Ortega en el SICA pasa, primordialmente, por expulsar a Taiwán y admitir a Rusia y China como Estados observadores. Para estos objetivos, la dictadura requiere de una correlación política favorable a nivel regional y de un funcionario político fiel, como su nuevo candidato a secretario general Valdrack Jaentschke, más que de un profesional diplomático.
Entre marzo y abril de 2023, la dictadura presionó para que el SICA admitiera a Rusia; sin embargo, se encontró con la negativa de los Gobiernos de Guatemala y Costa Rica.
En un encuentro con Luo Zhaohui, presidente de la Agencia China de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Cidca), el dictador nicaragüense abogó por la incorporación de China al SICA, y exigió la expulsión de Taiwán, por considerarla “una base militar de los Estados Unidos”.
“Ortega aspira a controlar la mayor parte posible de los órganos de la integración centroamericana, comenzando por la Secretaría General (del SICA)”, aseguró Carlos Murillo Zamora, experto en temas internacionales y docente de la Universidad de Costa Rica (UCR).
“No dudo que Ortega tenga, incluso, intereses personales de negocios”, añadió.
La “renuncia” de Werner Vargas al SICA
A Nicaragua le corresponde la Secretaría General, para el período 2021-2025, basados en un acuerdo de los presidentes centroamericanos de 2017, en el que se estableció que cada país se turnará el cargo, guiados por el principio de rotación geográfica.
Sin embargo, entre junio de 2021 y 2022, el SICA estuvo acéfalo porque la dictadura propuso, en reiteradas ocasiones, a funcionarios leales y sin conocimientos del servicio exterior, según los demás países del SICA.
En junio de 2022, los presidentes del istmo aceptaron la candidatura de Werner Isaac Vargas Torres, un abogado con amplia experiencia en asuntos vinculados a la integración regional centroamericana. No obstante, la gestión del nicaragüense duró poco menos de año y medio, ya que “renunció” el 16 de noviembre de 2023.
Los motivos de la salida de Vargas se desconocen todavía. La dictadura se opuso, a finales de noviembre de 2023, a que el exsecretario general hablará en una reunión de cancilleres del SICA, en San Salvador.
De acuerdo a un diplomático centroamericano, que solicitó omitir su nombre, “Werner Vargas sigue en Managua, sin pasaporte y sin posibilidad de salir del país”.
Fuentes vinculadas a Cancillería han informado que Vargas está “retenido” en su domicilio en la capital nicaragüense. Además, que no ejerce ninguna función oficial en el Gobierno sandinista.
Países no aceptan la salida “de hecho” Vargas
Con la renuncia forzosa del secretario general se abrió la segunda etapa del SICA acéfalo, pero esta vez no hay un panorama claro dentro del organismo regional, ya que algunos países no han “aceptado” o “acreditado” la renuncia de Vargas, porque esta no se hizo por la vías “correctas” o procedimientos institucionales.
Un experto en relaciones internacionales, bajo condición de anonimato, explicó a CONFIDENCIAL que Vargas “tenía que presentar su renuncia” ante quienes los nombraron; en este caso, los presidentes centroamericanos, y no ante quien lo postuló: Daniel Ortega.
El reglamento del SICA relativo a la elección de directores establece, en su artículo 23, que “los titulares podrán dar por finalizado el vínculo laboral a través de su renuncia o dimisión, siempre que medie un aviso previo de tres meses, dirigido a la presidencia pro tempore del ente responsable del nombramiento y al Comité Ejecutivo del SICA”.
El canciller nicaragüense, Denis Moncada Colindres, fue quien informó de la renuncia de Vargas, quien supuestamente alegó “razones personales”.
“En el SICA no han aceptado la renuncia de Werner Vargas, por eso también se habla de un limbo legal. La salida es de hecho, por ende, nominalmente, sigue siendo el secretario general”, detalló el diplomático centroamericano.
El SICA funciona actualmente solo para efectos administrativos internos y la Secretaría General es conducida operativamente por la directora ejecutiva, Ingrid Figueroa, de nacionalidad salvadoreña, según las fuentes.
Rechazo a nueva terna de Ortega
Pese a estas discrepancias, la dictadura nicaragüense envió, en noviembre de 2023, una nueva terna de candidatos, encabezada por Valdrack Jaentschke, un operador político del orteguismo, exencargado de negocios en Costa Rica; Violeta Irías, de la Procuraduría de Derechos Humanos; e Iris Montenegro, diputada del Frente Sandinista en la Asamblea Nacional.
“La terna de Ortega no ha sido considerada ni discutida aún. Han manejado la cosa de manera bilateral y no la han llevado a reuniones de ministros, además de que no ha habido muchas este semestre”, dijo el diplomático.
“Es evidente —prosiguió—que no hay consenso para elegir a alguno de los tres nombres propuestos por Nicaragua. Sobre ese tema se hizo un silencio diplomático”.
Una fuente diplomática en Managua comentó que la candidatura de Valdrack Jaentschke tiene “la oposición rotunda de Guatemala” y, en menor medida, de Costa Rica y El Salvador.
Ni el Protocolo de Tegucigalpa —carta fundacional del SICA— ni otros estatutos del ente regional establecen las fechas o el tiempo que tienen los países para nombrar al nuevo secretario general.
El artículo 26 del Protocolo de Tegucigalpa solo ordena que el secretario general “deberá ser nacional de cualquiera de los Estados Miembros, persona de reconocida vocación integracionista, con alto grado de imparcialidad, independencia de criterio e integridad”.
Posibles escenarios dentro del SICA
El diplomático centroamericano explicó que, para la situación del SICA, existen varias alternativas, pero dos son las más probables: “que continúe el statu quo en espera de que venza el plazo de Werner Vargas (en junio de 2025)”.
En este sentido, advirtió que algunos orteguistas han dicho que “mientras no se designe a un nuevo secretario general, no corre el plazo que le toca a Nicaragua”.
La segunda alternativa es que, durante la presidencia pro tempore de Nicaragua del SICA —entre junio y diciembre de 2024—, el régimen sandinista “provoque cambios, a través de negociaciones bilaterales, para nombrar un secretario general interino que complete el período original de Werner Vargas”.
El nombramiento de un secretario interino pasa por la negociación y el consenso entre los ocho países del organismo: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Belice y República Dominicana.
Murillo Zamora destacó que la ausencia del secretario general le crea “problemas y situaciones críticas a la institución”, ya que hay “gestiones que no pueden realizarse sin su presencia”.
El secretario general del SICA posee la representación legal del organismo y es el más alto cargo administrativo. No existe en el ente regional, otro funcionario que pueda gestionar o firmar acuerdos o contratos de cooperación o donaciones, para desarrollar los proyectos técnicos en los países de la región.
“La acefalía evidencia que existe un gran desinterés de los Gobiernos centroamericanos por el SICA. Además, revela una ausencia casi total de diálogo oficial entre mandatarios”, comentó el académico costarricense.