18 de abril 2024
Al cumplirse seis años del inicio de las protestas masivas contra la dictadura de Nicaragua, la vicepresidenta y vocera del régimen, Rosario Murillo, señalada de cometer crímenes de lesa humanidad, leyó un extenso discurso en el que se presentó como “víctima” de violación a sus derechos. Al mismo tiempo aseguró que los señalamientos en su contra son producto de “manipulaciones” y “escenarios ficticios” creados en redes sociales.
“Vimos las flagrante violación de todos nuestros derechos a manos de torturadores barbáricos que llenaron las llamadas redes sociales de escenarios falsos, de escenarios ficticios, de manipulaciones, de rebelión”, dijo Murillo durante su discurso televisivo este 18 de abril de 2024.
Sin embargo, en abril de 2018 miles de nicaragüenses salieron a las calles a protestar por unas controvertidas reformas al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia del dictador Daniel Ortega tras responder con la fuerza.
Para Murillo —quien es recordada por haber ordenado la brutal represión en contra de la ciudadanía— todo se trató de “escenarios ficticios en redes sociales”, cuyos responsables pretendían “hacernos volver a una Nicaragua de sumisión”.
“Pretendían avasallarnos, pretendían aplastarnos, pero por supuesto que les dimos su lección. Y se fueron y se siguen yendo los cuantitos, puchos decrépitos y disminuidos que por ahí suenan”, dijo la funcionaria.
También señaló como responsables de la Rebelión de Abril a “la Embajada americana, sectores de la Iglesia católica, y sectores de empresarios cobardes”, quienes, valoró Murillo, “como vampiros clamaban sangre”.
En su discurso Murillo calificó de “basura” a los manifestantes que se oponen a su dictadura, particularmente a los desnacionalizados, desterrados y exiliados.
“Ellos son la basura que pertenece al estercolero de la memoria. Allá donde están, donde nadie les escucha, donde viven mendigando, donde añoran estas tierras benditas que no les pertenecen, donde siguen jugando a la guerra mediática, donde no son nadie e insignificantes chingastes”, expresó.
Disputa por la memoria colectiva de abril
En los últimos años el régimen Ortega-Murillo ha tratado de olvidar lo sucedido en abril de 2018 e imponer una nueva narrativa sobre la Rebelión de Abril. Esta vez, además de presentarse como víctimas, han desarrollado una serie de actividades para conmemorar "la paz en Nicaragua".
Entre las actividades desarrolladas por el régimen se destacan la excarcelación de 1500 reos comunes que tenían sentencia firme, una competencia de tiro organizada por el Ejército, lecciones magistrales en universidades públicas y caminatas en diferentes partes del país.
La socióloga feminista, María Teresa Blandón, advierte que en Nicaragua abril se ha convertido en un mes de disputa por la verdad, por la memoria y por la demanda de justicia. De tal manera que, todas estas actividades que se darán el 19 de abril es otro intento de la dictadura para ocultar lo sucedido e imponer, por medio del silencio, la impunidad.
“Hay un afán muy importante, por parte de la dictadura Ortega-Murillo, para disputar la memoria colectiva, ocultar lo que pasó en abril del 2018, negar la violación de derechos humanos y decretar el olvido”, apuntó Blandón.
CIDH urge poner fin a la represión y a la impunidad
Este 18 de abril también la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) urgió a los Estados de la región y a la comunidad internacional promover el retorno a la democracia y la plena vigencia del Estado de derecho en Nicaragua, así como realizar esfuerzos para poner fin a la represión en el país y evitar la impunidad de "crímenes internacionales" cometidos desde el 18 de abril de 2018.
"El fin de la impunidad y el retorno del sistema de la democracia representativa constituye la mejor garantía de la vigencia de los derechos humanos y es el firme sustento de la solidaridad entre los países del continente", argumentó la CIDH en una declaración.
La CIDH recordó que la respuesta estatal "represiva y violenta" en Nicaragua "resultó en la muerte de al menos 355 personas, más de 2000 personas heridas y más de 2000 personas detenidas arbitrariamente".
De acuerdo con las conclusiones del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI-Nicaragua) y otros mecanismos de Naciones Unidas, en el contexto de la represión estatal, Nicaragua llevó a cabo conductas que pueden configurar crímenes de lesa humanidad tales como asesinato, privación de la libertad, persecución, violación, tortura y desaparición forzada, indicó la CIDH.