15 de agosto 2024
AA
Share
El general de brigada Rigoberto Balladares Sandoval, por 14 años jefe del órgano de “Inteligencia Política” del Ejército de Nicaragua, conocido como Dirección de Información para la Defensa (DID), fue removido de su cargo en julio de 2024 por órdenes de la vicepresidenta Rosario Murillo, confirmaron a CONFIDENCIAL dos fuentes vinculadas al Ejército.
La orden de Murillo fue transmitida a las Fuerzas Armadas a través del general Julio César Avilés, jefe del Ejército, y éste la implementó por medio de los canales institucionales de la Comandancia del Ejército: en junio se le impuso una suspensión temporal y una investigación; y un mes después fue separado del cargo de forma definitiva.
Sin embargo, el pase a retiro de Rigoberto Balladares y el nombramiento de su sustituto, el coronel Álvaro Peña Núñez, que ocupaba el cargo de segundo jefe de la DID, aún no han sido oficializados.
“Las órdenes de retiro de los oficiales en el Ejército, usualmente, se anuncian en noviembre, a menos que se trate de un caso extraordinario, pero los cambios se ejecutan de acuerdo con las necesidades que el mando define”, explicó una de las fuentes vinculadas al Ejército.
El general de brigada Rigoberto Balladares asumió la jefatura de la DID el 3 de marzo de 2010, tres años después de haber asumido Ortega su segundo mandato presidencial; en ese momento, el militar ostentaba el grado de coronel de infantería ALEMI (Altos Estudios Militares). Fue ascendido a general de brigada el 30 de agosto de 2011, según el acuerdo presidencial 179-2011, publicado en el Diario Oficial La Gaceta, seis días después, y sus nuevos grados fueron impuestos en el 32 aniversario del Ejército, el 2 de septiembre.
Rigoberto Balladares, uno de los 21 generales de Ortega
Al momento de su destitución, Rigoberto Balladares formaba parte de los 21 generales que junto con el general Avilés conforman el “tapón institucional” del Ejército, que impide los ascensos en la carrera militar, y es el primer alto militar removido de su cargo por la intervención directa de la vicepresidenta Murillo.
El general Balladares, originario de San Miguelito, Río San Juan, formó parte del grupo guerrillero del FSLN que se creó en el Archipiélago de Solentiname en 1977, y combatió en el Frente Sur bajo el mando del sacerdote español Gaspar García Laviana.
Fuentes vinculadas a Balladares lo describen como un militar, “políticamente leal a Daniel Ortega, no a Rosario Murillo”.
A la par de la carrera militar, que desarrolló bajo las órdenes del general en retiro y exvicepresidente Omar Halleslevens, antiguo jefe de la Contrainteligencia, Rigoberto Balladares se graduó de abogado en la cancelada y confiscada Universidad Centroamericana (UCA). Su expediente en la Corte Suprema de Justicia es el número 1089-2005.
Como jefe de la DID, el general Balladares representaba a las Fuerzas Armadas en la Comisión de Inteligencia Nacional (CIN), que integran la Policía, el Ejército, el Ministerio del Interior y la Unidad de Análisis Financiero (UAF).
“En esa estructura (que oficialmente no existe) se analiza toda la información de inteligencia, se propone y elabora un parte diario a Ortega. Es una especie de equipo de seguridad nacional”, ha explicado Roberto Samcam, mayor en retiro del Ejército de Nicaragua.
Rigoberto Balladares integraba también el Consejo Militar —un órgano de consulta del jefe del Ejército—, que está compuesto por al menos 40 generales de brigadas, coroneles y tenientes coroneles, jefes de unidades militares regionales y de las direcciones del Ejército.
La Ley de Seguridad Soberana facultó a la DID para recolectar información sobre personas y organizaciones consideradas “sospechosas” por su disidencia con el Gobierno, por formar parte de organizaciones partidarias o movimientos sociales, según un análisis —hecho en 2015— de la socióloga Elvira Cuadra, experta en temas de seguridad.
Espionaje en la Rebelión de Abril
Bajo su mando, la DID fue señalada por defensores de derechos humanos, periodistas, y líderes opositores de desarrollar actividades de “espionaje político”, violando el Código Militar que establece una prohibición taxativa al Ejército.
Durante la rebelión cívica de 2018, especialmente en los meses de abril a septiembre, la DID se convirtió en el principal órgano de información, inteligencia, y espionaje político sobre los líderes de la protesta cívica en los territorios, al servicio de la estrategia represiva de Ortega y Murillo, y la “Operación Limpieza” que ejecutaron las fuerzas policiales y paramilitares.
Una investigación independiente, elaborada por un think tank centroamericano a solicitud de una institución estadounidense, concluyó que los militares, a través de la DID, participaron en la represión contras las protesta cívicas, consideradas como actos “de injerencia extranjera” por la dictadura, según el medio Expediente Público.
En 2019, se filtró un video de la exministra de Gobernación, Ana Isabel Morales, en el que aseguró que la Inteligencia del Ejército “estaba trabajando en el territorio” contra quienes consideraban opositores. La admisión de la exfuncionaria fue en un acto con militantes sandinistas.
“El general Balladares dirigió personalmente esos servicios de apoyo a la Policía y a los paramilitares, que coordinaba Fidel Moreno, secretario de organización del FSLN. Para Daniel Ortega eso fue una ayuda invaluable”, dijo una de las fuentes vinculadas al Ejército. Sin embargo, a pesar del apoyo de Ortega hacia Balladares, la decisión de Murillo de separarlo del cargo, por supuesto incumplimiento de una orden ejecutiva, se impuso sin miramientos.
Rigoberto Balladares será sustituido por el coronel Álvaro Peña Núñez, segundo jefe de la DID, quien en los dos últimos años ha integrado todas las delegaciones nicaragüenses que han asistido a conferencias o firmado convenios de seguridad en Rusia. El coronel Peña aparece en varias fotografías en compañía de Laureano Ortega Murillo, hijo de Daniel Ortega y Rosario Murillo, en los eventos oficiales celebrados en ciudades rusas.
