17 de noviembre 2022
La contralora sandinista Marisol Castillo Bellido, una de las altas funcionarias más leales del FSLN en el ente fiscalizador, renunció a su cargo el pasado 15 de noviembre en una misiva enviada a la Asamblea Nacional. El cargo lo ocupaba desde abril de 2014.
“Yo a estas alturas necesito dedicar más tiempo a mi familia y a tareas pospuestas, sintiendo la satisfacción del deber cumplido”, argumentó la exfuncionaria en la carta enviada a la Primera Secretaría del Parlamento.
Socióloga de profesión, graduada de la Universidad de Georgetown, en los años ochenta, Castillo Bellido fue parte del Ejército y se desempeñó como jefa de la Dirección de Cuadros. Posteriormente alcanzó el rango de teniente coronel en el Ejército antes de su retiro.
Es esposa del coronel en retiro Lenín Cerna Juárez, exjefe de la Dirección General de la Seguridad del Estado, a quien Estados Unidos sancionó el 24 de octubre pasado por su cercanía con Daniel Ortega, de quien ha sido un operador durante décadas, a pesar de haber sido separado de la Secretaría del FSLN por un enfrentamiento con la vicepresidenta Rosario Murillo.
La excontralora formó parte en su última etapa de una institución cuestionada por evitar cualquier tipo de fiscalización, mientras los medios de comunicación llevan años documentando el enriquecimiento de la familia presidencial y sus allegados y el desvío de la millonaria cooperación de Venezuela.
Fue magistrada también del Poder Electoral entre 2000 y 2014, donde llegó como parte de la cuota partidaria que Ortega logró en sus reparticiones de los poderes del Estado con el expresidente Arnoldo Alemán (1997-2002), en un período clave para el retorno al poder del caudillo sandinista y posteriormente para la instauración de una nueva dictadura que lleva ya 15 años.
En esos días hizo equipo con otros funcionarios recordados por su parcialidad a Ortega como el fallecido expresidente del CSE, Roberto Rivas Reyes, José Luis Villavicencio, Emiliano Enríquez, entre otros. Mientras del lado cercano al exmandatario Alemán se encontraba René Herrera, Luis Benavides, Julio Osuna, entre otros, es decir fichas políticas que sin rubor cumplían las directrices de sus caudillos.
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Otros como Rivas y Osuna trascendieron por verse involucrados en escándalos de corrupción, o juicios por narcotráfico, respectivamente.
“Nicaragua ha evolucionado institucionalmente”
Sin embargo, pese a la degradación institucional del CSE, la CGR y todas las instituciones, en su carta de renuncia Castillo Bellido describe a una Nicaragua que “ha evolucionado institucionalmente”. “Este servicio que ha sido parte sustancial de mi vida me ha permitido fortalecerme en lo académico y en la vida misma. Nuestro país a pesar de todas las dificultades ha evolucionado institucionalmente y yo me siento orgullosa de haber participado en ese proceso. Habrá muchos problemas por delante, pero las nuevas generaciones ya nos van sustituyendo”, agregó.
En la misma comunicación, la excontralora agradece a sus abuelos y a sus padres, de quienes dijo fueron fundamentales en la mujer que es hoy, “de familia liberal y sandinista, esa es nuestra historia”.
Castillo se refiere a que desciende de José María Castillo, el exministro somocista asesinado cuando su casa fue asaltada por el comando “Juan José Quezada” el 27 de diciembre de 1974.
Por ese operativo, que fue uno de los más espectaculares propinados por el FSLN antes de la caída de la dictadura de Somoza, fueron liberados 13 presos políticos, entre ellos Ortega, Lenín Cerna y Manuel Alí Rivas Vallecillo.
Uno de los protagonistas del Comando fue Hugo Torres, el general en retiro que murió convertido en un preso político por la dictadura Ortega-Murillo.