10 de marzo 2022
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo elevó la tensión diplomática con el Gobierno de España, y retiró de sus funciones al embajador de Nicaragua en ese país europeo, Carlos Antonio Midence, bajo el argumento de una supuestas “presiones y amenazas injerencistas” sobre el diplomático nicaragüense, informó este jueves la Cancillería nicaragüense.
De acuerdo con una nota de la Cancillería, el embajador Midence estaría siendo sometido a “continuas presiones” que “hacen imposible el ejercicio de la labor diplomática”.
Fuentes diplomáticas españoles explicaron a la agencia Efe que el retiro del embajador nicaragüense ocurrió luego que el Ministerio de Asuntos Exteriores de España citara a Midence, para pedirle explicaciones por la negativa de Managua a la vuelta de la embajadora española a Nicaragua.
Según las fuentes, el secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe de España, Juan Fernández Trigo, le expresó su malestar a Midence, y le indicó que la falta de una embajadora en Managua suponía una asimetría en las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Midence es un diplomático y escritor nicaragüense. Fue nombrado en octubre 2016 como embajador de Nicaragua ante el Reino de España, y en febrero de 2020 se le designó también como embajador ante el Gobierno de la República Helénica, de Grecia, en calidad de concurrente con sede en la ciudad de Madrid.
Meses de tensión diplomática
La tensión diplomática entre Nicaragua y España comenzó hace unos meses, con motivo de las detenciones ilegales de líderes opositores en el contexto de las votaciones de noviembre pasado, en las que Ortega se reeligió sin competencia política, contra lo que España reaccionó varias veces con protestas enérgicas.
Un día después de esos comicios, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, dijo que en Nicaragua “no ha habido elecciones justas, libres ni competidas”, y exigió la liberación de los opositores y periodistas detenidos, incluidos siete que aspiraron a ser candidatos presidenciales en esos comicios.
“Los opositores que deseaban competir (en esas elecciones) están en la cárcel en estos momentos y exigimos su liberación como venimos haciendo desde agosto”, cuando España retiró a su embajadora en Managua en señal de protesta, puntualizó Albares.
El 11 de agosto del año pasado, el Gobierno de Pedro Sánchez llamó a consultas a la embajadora María del Mar Fernández-Palacios en respuesta a un comunicado publicado el día anterior por la Cancillería nicaragüense que contenía, según el Ministerio de Asuntos Exteriores español, “gruesas falsedades sobre procesos judiciales y electorales” españoles.
Régimen: “Insolentes declaraciones”
El pasado 24 de febrero, el régimen reclamó a la Cancillería de España por unas “insolentes declaraciones” del canciller español sobre Nicaragua, aunque no especificó cuáles.
“Ante las insolentes, anacrónicas, desfasadas declaraciones del canciller de España, José Manuel Albares, sobre Nicaragua y las funciones diplomáticas en este país libre y soberano, reiteramos: Nicaragua no es colonia de nadie”, señaló el Ministerio nicaragüense de Relaciones Exteriores, en una declaración.
En la nota de prensa, la Cancillería nicaragüense no indicó a cuáles declaraciones se refieren ni cuándo se dieron lugar o en qué fecha.
La última vez que Albares se refirió a Nicaragua fue el pasado 10 de enero, cuando exigió la liberación de los presos políticos del régimen, tras un encuentro con Antony Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos.
“No somos súbditos de la Corona española. No aceptamos, por lo tanto, injerencia alguna de ese o de ningún país, en nuestros asuntos internos”, continuó.