19 de mayo 2021
El mandatario Daniel Ortega acusó la noche de este martes al embajador de Estados Unidos (EE.UU.), Kevin Sullivan, y a representantes de la Unión Europea, a quienes no identificó, de intervenir en el proceso electoral. El Gobierno ha sido cuestionado por la comunidad internacional en días recientes de no brindar garantías para la realización de comicios libres.
Ortega se quejó en su intervención que a los estadounidenses les gusta decidir por “los de casa” durante un acto en homenaje al natalicio de Sandino, celebrado en Managua. “Aquí el embajador yanqui anda de arriba para abajo vendiendo a sus candidatos como que él fuera nicaragüense… ¡él no es nicaragüense!”, dijo el gobernante que también señaló al diplomático de presionar a otros partidos políticos para que acepten al supuesto escogido, a quien no mencionó por su nombre.
Tampoco explicó a cuáles embajadores europeos se refería, cuando dijo que hacen reuniones en sus sedes diplomáticas con políticos nicaragüenses buscando cómo ser ellos “los dirigentes de esos partidos políticos”.
Daniel Ortega se quedó callado sobre la reciente decisión del Consejo Supremo Electoral, bajo control de su partido, de quitar la personería jurídica al Partido de Restauración Democrática (PRD), a través del cual participaría la Coalición Nacional en el proceso electoral.
“Aquí que no se meta el embajador yanqui, como se anda metiendo postulando candidatos”, dijo exaltado el gobernante, acompañado de la primera Dama y vicepresidenta Rosario Murillo, la comandancia del Ejército, la jefatura de la Policía y el presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras.
El 13 de mayo pasado, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, denunció que Nicaragua se encamina a “la peor elección posible”, luego de una serie de decisiones tomadas por el ejecutivo a través de sus aliados institucionales.
Almagro se refirió a la escogencia de diez magistrados del CSE, todos vinculados al partido de gobierno, e igual a la aprobación de la reforma electoral que mantuvo el control del oficialismo en todas las estructuras electorales, pero además entregó el control de las marchas a la Policía que no permite manifestaciones opositoras desde 2018 y mantiene bajo asedio a varios de sus principales líderes. Las reglas aprobadas impiden el financiamiento desde el exterior y tampoco se menciona la posibilidad de que se dé observación nacional e internacional a las votaciones.
La decisión de eliminar la personería jurídica del PRD saca del juego a uno de los bloques de la oposición. Aún queda el otro: la Alianza Ciudadana, bajo la casilla de Ciudadanos por la Libertad, que no aceptó ir unido con el otro grupo el miércoles 12 de mayo.
Pese a las tensiones creadas por la decisión del CSE, durante su discurso, Daniel Ortega se concentró en hablar de la búsqueda de “la paz” de cara al futuro, mientras describió una supuesta mejoría económica en 2021.
“Es la lucha por la paz; por el otro lado, (están) los que quieren animar la violencia, terrorismo, el terror, el crimen. Pero eso es rechazado por el pueblo y lógicamente todos nuestro esfuerzo está concentrado en la dirección de la producción”, adujo.
Desde las protestas de 2018, el gobierno de Ortega ha sido señalado por graves violaciones a derechos humanos, las que dejaron al menos 328 asesinados, 2 mil heridos y 100,000 exiliados. Sin embargo, el ejecutivo ha sostenido en foros internacionales sin ninguna evidencia que fue víctima de un intento de golpe de Estado.
En su intervención, sin embargo, Daniel Ortega abogó por la paz en otros países como Colombia --actualmente en protestas, pese a la pandemia--, Cuba y Venezuela, estos dos últimos sus aliados ideológicos.
Llegó incluso a exaltar la gestión de su administración durante la pandemia del coronavirus y describió a Nicaragua como “un país que no se paraliza; que se cuida lógicamente frente a la pandemia, pero que sigue trabajando”. Esta declaración va en sentido contrario a la posición del gobierno de promover constantes aglomeraciones y ocultar los datos del verdadero impacto del coronavirus en el país, lo que le ha valido críticas en toda la región.