2 de agosto 2022
Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. dijo a la Voz de América que la Casa Blanca continúa apoyando la nominación de Hugo F. Rodríguez, como el próximo embajador de EE.UU. en Nicaragua, a pesar de que el régimen de Daniel Ortega le retiró el beneplácito el pasado jueves 28 de julio.
Según la Voz de América, el funcionario norteamericano aseguró que Rodríguez reiteró la política de EE. UU. de manera “fiel y respetuosa”. Tres politólogos consultados por CONFIDENCIAL advirtieron que el rechazo de Nicaragua lleva al límite la relación con Estados Unidos, lo que incluso puede empeorar.
Para el estadounidense Eddy Acevedo, descendiente de padres nicaragüenses y exasesor en política exterior de la excongresista Ileana Ros-Lehtinen y ahora jefe de gabinete y asesor senior del Woodrow Wilson Center, el Departamento de Estado puede optar porque la sede estadounidense quede a cargo de un encargado de negocios por “un tiempo no determinado”.
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Los funcionarios estadounidenses se encuentran en período de vacaciones, las que terminarán a mediados de agosto en Washington.
Rodríguez es un diplomático de carrera, con muchos años de experiencia en política exterior, que ha asesorado al Departamento de Estado sobre la situación de Nicaragua y Centroamérica. Incluso, viajó en 2020 a Europa y dijo que la presión sobre el Ejecutivo de Nicaragua tenía que ser más fuerte y que incluso incluiría sanciones al Ejército de Nicaragua.
Acevedo comentó que cualquier persona que asuma el cargo de embajador de EE.UU. en Nicaragua asumirá la misma posición de Rodríguez. El exasesor legislativo explicó que en realidad muchas de las acciones de Ortega no tienen lógica y que probablemente obedecen a una reacción de “frustración”, luego que les quitaron la cuota azucarera a Nicaragua, asignada en el acuerdo comercial CAFTA.
Orozco: “Rechazo ya estaba preparado”
De acuerdo con el politólogo nicaragüense Manuel Orozco, investigador de Diálogo Interamericano (DI), el régimen de Ortega ya tenía preparado su rechazo al embajador Rodríguez, mucho antes de la audiencia en el Senado.
Orozco agregó que en Nicaragua estaban claros que Rodríguez asumiría una posición más firme en relación con la dictadura y en torno a cómo se han usado las herramientas de presión en contra de la misma, más allá de las sanciones.
En abril pasado, el investigador participó en un panel, organizado por Expediente Abierto, en que se advirtió que la Ley de Reforzamiento de la Adherencia de Nicaragua a las condiciones para la reforma electoral o Renacer tiene más instrumentos de presión como la revisión de la participación de Nicaragua en el acuerdo comercial CAFTA.
“Todo esto (el rechazo a Rodríguez) es consistente con la postura de no comunicarse con ningún actor de la comunidad internacional y de ser así solo bajo sus términos y con solo dos actores: los miembros del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), para lograr que nombren a Werner Vargas como secretario general, y las instituciones financieras internacionales”, dijo el politólogo.
Orozco añadió que Ortega tiene secuestrada a la comunidad internacional, toda vez que tiene las puertas cerradas, con la apuesta clara de cansarla y así que les dejen hacer lo que quieran.
Aislamiento de Nicaragua
El 28 de julio pasado, el canciller Denis Moncada Colindres calificó como “injerencista” las declaraciones de Rodríguez durante la audiencia de confirmación en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
Rodríguez dijo que se comprometía a trabajar con el Congreso y socios internacionales para presionar por el retorno de la democracia, el respeto a los derechos humanos y la libertad de los presos políticos en Nicaragua.
“Sacar a Nicaragua del CAFTA (Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana es una herramienta potencialmente muy poderosa y algo que consideramos seriamente”, agregó Rodríguez.
El domingo pasado, el analista político Daniel Zovatto, explicó en una amplia entrevista en el programa televisivo Esta Semana que la decisión de Ortega provocará un endurecimiento de Estados Unidos, porque está elevando el pulso de la dictadura con ese país.
El 19 de julio pasado, Ortega descartó un diálogo con la Administración Biden bajo el argumento que hacerlo es ponerse una soga al cuello, y luego de un discurso de 40 minutos cargado de retórica antimperialista, mientras a nivel interno sigue siendo denunciado por graves abusos de derechos humanos.
“Están construyendo, a la vista de la comunidad internacional, un régimen como nunca habíamos visto, similar al de Corea del Norte, basado en una dinastía familiar”, lamentó Zovatto en la conversación con Carlos Fernando Chamorro.
Dictadura, “ridículamente desafiante”
Un diplomático consultado, bajo condición de anonimato, explicó desde el punto de vista técnico que el proceso de solicitud de asentimiento para el nombramiento de un embajador por parte del país receptor, normalmente se hace de manera confidencial.
Para él, el rechazo de Ortega al embajador Hugo F. Rodríguez es una decisión contradictoria, violenta y “ridículamente desafiante”.
Amparados en la Convención de Viena, los países receptores no están obligados a expresar los motivos de su negativa, entonces por costumbre se expresa a través del silencio, lo que tras un plazo prudencial obliga al otro país a postular a otra persona.
Para la misma fuente, al conocerse la posición de EE.UU. ante la dictadura de Ortega, la reacción pública de esta es “desproporcionada, tensa y pone en riesgo las relaciones diplomáticas” entre ambos países.
“Todo (esto se da) en medio de una relación signada por serias contradicciones políticas que han llevado a la imposición de sanciones a numerosos funcionarios por corrupción y violaciones a los derechos humanos. Son elementos todos que te indican que muy probablemente las relaciones diplomáticas se mantendrán a un nivel más bajo, de encargados de negocios, durante algún tiempo”, coincidió el diplomático.