10 de mayo 2021
Para el próximo miércoles 12 de mayo está convocada una sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos, en la que Nicaragua entró como tema de agenda tras la criticada aprobación de una reforma electoral y la elección de magistrados afines al FSLN. Al respecto, el excanciller Norman Caldera considera que la reunión servirá de “inicio” para que la OEA defina que “si no hay condiciones correctas (para los comicios) ellos no vienen a observar, y sino vienen a observar, no van a aceptar los resultados de esta elección”.
La inclusión de Nicaragua como tema de agenda fue solicitada el jueves pasado por el secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien pidió, además, se le permita una intervención para referirse a la crisis sociopolítica de Nicaragua. Ese mismo día, el diplomático uruguayo expresó por medio de un extenso comunicado, su “extrema preocupación” por la elección de magistrados y la aprobación de la reforma electoral, ya que ambas decisiones “claramente dan una ventaja absoluta al partido oficial” en las elecciones de noviembre próximo.
Para Caldera, la OEA ya cuenta con los votos suficientes para desconocer las elecciones de noviembre. Además, que si en Nicaragua no existe el tema legitimidad, el camino que le espera es del “desconocimiento del Gobierno que no surja de unas elecciones libres”.
En una entrevista transmitida por el programa Esta Semana, el excanciller analizó también el rol de la oposición para influir en las acciones de la comunidad internacional, y el panorama de Nicaragua sino se dan elecciones con “condiciones correctas”.
¿Qué se espera de la convocatoria que hizo Almagro al Consejo Permanente?
El inicio de la aplicación de lo que han dicho la Unión Europea y la OEA, de que si no hay condiciones correctas ellos no vienen a observar, y sino vienen a observar no van a aceptar los resultados de esta elección.
Habrá una declaración del secretario y del Consejo Permanente, en el sentido de que no se atendió la resolución de la Asamblea General —aprobada en octubre de 2020 y que establecía mayo de 2021 como plazo para que el Gobierno de Daniel Ortega implemente unas reformas electorales que garanticen elecciones libres, justas y transparentes en Nicaragua—. Recordemos que el Consejo Permanente está por debajo de la Asamblea General y no puede tomar decisiones que le corresponden a la Asamblea; entonces el Consejo Permanente va a emitir una resolución más. Algunos van a rasgarse las vestiduras y decir: 'otro papel para el muro de los lamentos'.
¿Tiene la OEA la capacidad para obligar a Ortega a revertir esa ley y hacer una verdadera reforma electoral?
Uno puede llevar al caballo al río, pero no lo pueden obligar a beber. Eso se aplica aquí meridianamente
¿La OEA ya agotó sus herramientas de gestión diplomática o aún existen algunos otros elementos de presión?
Veámonos en el espejo de Venezuela, cuando (Nicolás) Maduro no acepto llevar las condiciones correctas, le desconocieron la elección; en este momento hay una gran cantidad de países que no lo reconocen como jefe de Estado.
Votos en la OEA
¿Cuenta el secretario de la OEA con los votos para aplicar la Carta Democrática a Nicaragua y desconocer al régimen de Ortega?
No es necesario, una cosa es desconocer a un régimen que está electo democráticamente, que ese sería el caso formalmente de aplicar (la Carta Democrática) a Nicaragua para desconocer al presente Gobierno, al gobierno que termina el 10 de enero del 2022. Otra cosa diferente es simplemente no aceptar las condiciones de las elecciones y desconocer los resultados de esa lección. En este momento, lo que necesitan —igual que cuando lo aplicaron con Venezuela— son 18 votos y no 21, y los 18 creo que si los tiene.
¿Hasta dónde llega el consenso de la OEA, en relación a la crisis en Nicaragua?
Ha sido muy fuerte. He tenido oportunidad de hablar con embajadores y la reacción ha sido muy dura.
¿Qué rol juega la oposición política nicaragüense en la visión o en las decisiones que pueda tomar la OEA sobre Nicaragua?
Creo que la oposición de Nicaragua debe encontrar al candidato que sea capaz de derrotar al actual presidente, no necesariamente es el más inteligente, ni el mejor, o el más capaz de hacer maravillas por el país, es el que tiene los votos. Se necesita urgentemente que salga una encuesta y diga quién es el que tiene la capacidad de derrotar al régimen, porque ese debería ser el candidato, olvídense de partidos o de alianzas. Ese es el candidato al que hay que apoyar, y para eso sí hay tiempo, si salen las encuestas ya.
¿Y si la oposición o un sector de la oposición decide participar en la elección bajo las reglas de Ortega, sin el aval de la OEA, estarían legitimando la estrategia de Ortega?
Aquí se tiene que ir a votar y no dejar espacios abiertos, ya en Venezuela aprendimos también otra lección: de que no se deben dejar abierto espacios e ir. Hay que estar presentes, hay que depositar el voto, porque si uno deposita el voto tiene oportunidad de reclamar, sino deposita el voto es como entregarse, se acabó. No es lo mismo —por decir un nombre al azar— que el Gobierno se robó las elecciones, a decir que el Gobierno le robó las elecciones a Medardo Mairena. Si el Gobierno le roba las elecciones a Medardo Mairena estamos hablando de una cosa diferente para la comunidad internacional, sino van (a votar) lo único que van a decir es que se robó las elecciones ¿y que?
Esperar más meses
Mencionaba que una cosa es el tema de la legitimidad y otra cosa es que le apliquen la Carta Democrática a Nicaragua ¿Cuál es el camino que se vislumbra en este momento?
El desconocimiento de un Gobierno que no surge de unas elecciones libre, como paso en el caso de Venezuela, lo hicieron con 18 votos y no con 21, que son necesarios para aplicar la Carta a un Gobierno que se reconoce que fue electo democráticamente. Se reconoce que fue reelecto democráticamente porque los nicaragüenses se abstuvieron y no fueron a votar.
¿Eso pasaría después del 7 de noviembre?
No pasaría formalmente, sino hasta el 11 de noviembre, en el que habrá una reunión en Guatemala, donde estarán los cancilleres.
Mientras tanto, ¿Qué podemos esperar de la OEA?
Si ya hemos aguantado dos años y medios, esperar cuatro o cinco meses más; eso es lo que vamos a tener que hacer.
¿La iniciativa de Ley Renacer que aglutina el consenso bipartidista norteamericano será una herramienta diplomática de presión útil para obligar a ortega ofrecer apertura a la oposición política en las elecciones o es una iniciativa que llega tarde?
Creo que todas las iniciativas que aparezcan en este contexto, para lograr un cambio, son buenas. Nunca llegan tarde, es asunto de que sepan hacer llegar el mensaje.
Si las demandas de la OEA fracasan y Ortega continúa con su juego político, ¿Qué le resta a la OEA, buscar una negociación después del fraude?
En ese caso difícilmente tienen negociaciones, en el sentido de prolongar la situación. Ellos se van a pronunciar pero caigamos de ese puente cuando lleguemos a él.