"No voy a votar; es un circo electoral"

Olimpia Gutiérrez recibe con una enorme sonrisa a cuánto visitante aparezca por la entrada de su casa. Ella vive en el municipio de Matiguás, jurisdicción del departamento de Matagalpa. Es uno de los pocos lugares donde el poder de convocatoria del Frente Sandinista es débil como la tela de una araña.

Matiguás, que en lenguaje sumo significa “Ratón de Agua”, es el municipio más grande, en términos de superficie, de Matagalpa. Está situado geográficamente en el epicentro de Nicaragua y junto a Muy Muy, Río Blanco y Paiwas, es una de las cuencas lecheras más importants del país.

En este sitio, Gutiérrez vivió el triunfo de la revolución popular sandinista, la liberación del pueblo nicaragüense de manos de un dictador. En este mismo lugar, Gutiérrez, a sus 76 años, lamenta que la lucha de los caídos parezca en vano.

—¿Por qué dice eso?— le pregunto.

—Es que decían que lucháramos para salir de una dictadura y lo que estamos viviendo ahorita, parece ser otra, que se va a comprobar con el triunfo de una persona que se obsesionó con el poder— se explica.

En Matiguás no hay ambiente electoral. No hay grandes pancartas del gobierno sandinista. Tampoco carteles pegados en cada esquina de las calles de este pueblo. Los pobladores como Gutiérrez dicen que no habrá ninguna escena de propaganda gubernamental, porque la victoria de Ortega es casi segura.

“Aquí no hay trabajo, mi hijo ha intentado llegar a Estados Unidos en busca de un empleo y lo han deportado. El gobierno está haciendo las cosas mal, ayudan a unos y a otros los olvidan. Yo recuerdo cuando aquí se cultivaba algodón y los nicaragüenses no tenían necesidad de irse; al contrario, aquí venían los de los demás países a buscar trabajo. Eso se terminó, aquí solo uno quiere gobernar y está haciendo todo para lograrlo”, dijo Gutiérrez en referencia al comandante Daniel Ortega.

Irregularidades en cedulación

Gutiérrez pide a su nieto que saque una silla mecedora al corredor. Escuchó que una marcha pasará frente a su casa, denunciando la farsa electoral del próximo seis de noviembre.

Alrededor de 200 personas, de los municipios de Muy Muy, Río Blanco y el propio Matiguás, marcharon el día que visitamos a Guitiérrez. Se manifestaron al son de chicheros, pidiendo a las personas que se unieran y denunciaran con ellos lo que calificaron como "circo electoral", las elecciones de este mes de noviembre.

“Esto es alegre, es que me parece magnífico que el pueblo salga a las calles y marchen”, dijo la mujer de 76 años, mientras agita una bandera azul y blanco en señal de apoyo a los marchantes.

En la caminata, también participaba Julio Martínez Muñoz, originario de Muy Muy. Muñoz fue tajante al denunciar lo que considera "irregularidades" que él ha observado en el proceso de cedulación en su municipio.

“Yo marcho porque me parece injusto que el gobierno esté dando cédulas a sus aliados. Yo he sido testigo cómo le dan hasta dos o tres cédulas, seguramente para que voten esa cantidad de veces en las elecciones, mejor dicho, en el circo electoral”, dijo este señor 85 años.

Muñoz afirmó que si una persona, que no es afín al partido gobernante, quiere solicitar su cédula, le exigen que paguen 300 córdobas.

“Es una barbaridad, y lo peor es que a uno, al que no simpatiza con ellos, lo tienen fichado, a los amigos y a toda la familia”, afirmó.

Otra de las personas que denuncia irregularidades en el proceso de cedulación es Justo Pastor Zamora. Este señor, habitante del municipio de Río Grande, dijo que ha visto cómo las autoridades entregan documentos de identidad a niños de 10 a 13 años.

“Ahí los veo pasar, hacen filas, y luego ya salen con su cédula y eso no es así. Hay que hacer las cosas de forma correcta. Ellos lo que buscan es voto, pero con mañas, porque qué va a saber un niño de diez años cuál es el poder de su voto, si es para que siga un dictador o no”, enfatizó Justo.

Este señor de 62 años afirmó que a los ciudadanos a quienes las autoridades tienen vistas como "opositores", le dan largas a la hora de entregar el documento de identidad.

“Esto no es nuevo, tienen preferencias, pero también tienen miedo de que la gente vaya a votar y no sea por ellos”, agregó.

¿Quiénes son esos?

Para los ciudadanos de Muy Muy, Matiguás y Río Grande, los candidatos a presidente y vicepresidente, de los diversos partidos políticos, son unos completos desconocidos.

Olimpia Gutiérrez afirma que no la representa ninguno de los candidatos que están participando en la elección, mucho menos los aspirantes a una diputación ante la Asamblea Nacional.

—¿Usted conoce a Erick Cabezas?— le pregunté.

—¿Y ese quién es?— respondió la señora un poco confundida.

Gutiérrez dijo desconocer al candidato a presidente por el Partido Conservador y agregó que este y los demás candidatos solo están para llenar los nombres en las boletas.

“Fíjese que yo no conozco a ninguno de esos, es que no puedo decirle nada, porque ni sus caras podría identificar”, también dijo Bernardo Picado, poblador de Tierra Blanca, en Matiguás.

—¿Usted sabe cuál es la trayectoria política de los candidatos a la Presidencia?—, le pregunté a Darling Guzmán, habitante de Río Blanco.

—Pues sé que van Daniel y Rosario, y eso es lo que no queremos. Va un tal Maximino que anda con el PLC, pero el resto no sé quiénes son. Eso sí, seguro andan ahí esperando recibir una diputación, es que no tienen vergüenza— dijo.

Los ciudadanos consultados por Confidencial originarios de estos tres municipios aseguraron que no irán a votar en las próximas elecciones de noviembre, pues consideran que es un "circo electoral", porque no existe una verdadera oposición, ni candidatos que de verdad tengan la capacidad para gobernar Nicaragua y para trabajar sin necesidad de estar bajo la sombra de un caudillo.

“Yo no voy a ir a votar, como dicen aquí, es un circo electoral”, dijo Fausto Mendoza, habitante de Muy Muy.

“De poco en poco la gente se está levantando, aquí estamos algunos, después vendrán más”, aseguró Rafaela López, de Matiguás.

“Nosotros teníamos previsto venir con cuatro buses desde Río Blanco, pero el MTI amenazó a los choferes de que si venían, les iban a quitar las concesiones”, afirmó Lesbia Rivas.