30 de noviembre 2024
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La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo hace historia en el Sistema de la Integración Centroamericana: es al primer gobierno que, en casi 33 años de historia del SICA, le rechazan más de una decena de candidatos para dirigir la Secretaría General del organismo regional.
Desde abril 2021, el régimen ha propuesto a doce nicaragüenses y un guatemalteco para secretario general, pero solo la candidatura de Werner Isaac Vargas Torres fue aceptada oficialmente por el resto de países, en junio de 2022. El connacional es un abogado con amplia experiencia en asuntos vinculados a la integración regional centroamericana que “renunció” al cargo el 16 de noviembre de 2023.
El principal argumento para rechazar a los candidatos orteguistas es que son funcionarios “leales” a la dictadura y “sin muchos conocimientos” del servicio exterior, según los demás países del SICA.
La última apuesta del orteguismo fue el excanciller Denis Moncada Colindres, quien se habría recuperado de una supuesta enfermedad —por la cual abandonó presuntamente la Cancillería de Nicaragua en septiembre de 2024— para encabezar una terna para el cargo de secretario general, que la completaban la diputada del Frente Sandinista, Arling Patricia Alonso Gómez, y la titular del Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez (Mifan), Johanna Vanessa Flores Jiménez.
Los nuevos candidatos fueron rechazados por los Gobiernos de Guatemala, Costa Rica, Panamá y República Dominicana, quienes consideraron que “ninguna de las personas propuestas, reúne los requisitos para desempeñar el cargo de secretaria/o general del Sistema”, según una carta conjunta de los cuatro países.
Los rechazos en el SICA
El SICA, creado en Tegucigalpa en diciembre de 1991, lo integran Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana como miembros de pleno derecho. Además, cuenta con 40 Estados tienen la categoría de observadores regionales, entre los que destacan Taiwán, España, el Estado Vaticano, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Estados Unidos, Ecuador, México, Perú y Uruguay.
A Nicaragua le corresponde la Secretaría General, para el período 2021-2025, basados en un acuerdo de los presidentes centroamericanos de 2017 —en una reunión en San José, Costa Rica—, en el que se estableció que cada país se turnaría el cargo, guiados por el principio de rotación geográfica.
La primera propuesta orteguista, en abril de 2021, fue que el secretario general saliente, el expresidente guatemalteco Vinicio Cerezo (1986-1991), siguiera en el cargo por un período más, pero la idea fue rechazada por Belice.
A finales de junio de 2021, el régimen propuso una terna encabezada por el exguerrillero sandinista Orlando Tardencilla, y completada por la actual ministra del Interior, María Amelia Coronel Kinloch, y la arquitecta Luz Marina López Escobar, coordinadora técnica de la Secretaría de Infraestructura del Gobierno Regional Autónomo de la Costa Caribe Norte de Nicaragua.
A inicios de mayo de 2022, se conoció que Ortega propuso a Orlando Solórzano Delgadillo, exministro de Fomento, Industria y Comercio (Mific), para el cargo de secretario general del SICA.
Un mes después, los presidentes del istmo aceptaron a Werner Vargas, cuya gestión duró poco menos de año y medio. Los motivos de la salida del nicaragüense se desconocen todavía. De acuerdo con fuentes diplomáticas, el exsecretario general “está en Managua, sin pasaporte y sin posibilidad de salir del país”.
A finales de noviembre de 2023, la Administración sandinista envió una nueva terna de candidatos, encabezada por Valdrack Jaentschke y completada por Violeta Irías, de la Procuraduría de Derechos Humanos; e Iris Montenegro Blandón, diputada del FSLN.
Ante el rechazo a sus candidatos, a inicios de 2024, el entonces canciller Moncada amenazó al resto de países con que Nicaragua se retiraría del SICA y “no ejercería la presidencia pro témpore” del organismo regional. Una semana después, la dictadura se desdijo de sus advertencias.
Tras fracasar en su intento de imponer en el cargo a Valdrack Jaentschke, y después de nombrarlo como canciller, el Gobierno nicaragüense propuso, en octubre de 2024, a tres funcionarias —dos de ellas sancionadas por Estados Unidos— para la Secretaría General del SICA. La terna incluía nuevamente a la ministra de Interior, María Amelia Coronel Kinloch, así como a la diputada sandinista, Arling Patricia Alonso Gómez, y la exministra de Salud, Sonia Castro González.
Un mes después, la dictadura envió otra terna, que mantenía a la diputada Alonso Gómez, e incluía a Moncada Colindres y la ministra Flores Jiménez.
SICA “no quiere operadores políticos”
El académico costarricense Carlos Murillo Zamora opinó que el rechazo a las ternas de Nicaragua muestra que los países del SICA “no quieren” un operador político de Ortega y Murillo al frente del organismo regional.
Aclaró que el rechazo no es contra Nicaragua, sino al régimen. “El problema es la actitud del orteguismo que pretende imponer sus decisiones y controlar la Secretaría General”.
Para la opositora Concertación Democrática Nicaragüense (CDN), el rechazo a los candidatos orteguistas envía “un contundente mensaje de aislamiento político” al Gobierno de Ortega y Murillo.
A juicio de la CDN, integrada por opositores desnacionalizados, entre otros, “los Ortega Murillo se niegan a aceptar que los principios y fundamentos del SICA son la democracia, los derechos humanos y la libertad. Por desacatarlos les rechazan sus candidatos”.
Carlos Manuel Echeverría, exembajador costarricense y exasesor de la Secretaría General del SICA, consideró que “en las circunstancias actuales” será difícil que Nicaragua proponga un secretario general idóneo para el SICA.
Explicó que existe la “duda” de que los candidatos orteguistas sean “leales” al SICA, que “puedan trabajar adecuadamente en función al SICA, y no en función” del régimen.
El cargo de secretario general cumplió el 16 de noviembre de 2024 un año de estar acéfalo. Es el segundo período de doce meses —en tres años— que la Secretaría General está descabezada por la insistencia de la dictadura nicaragüense en colocar a operadores políticos que promuevan la salida de Taiwán como socio observador y, en su lugar, admitan a China y Rusia en el Sistema.
El SICA funciona actualmente solo para efectos administrativos internos y la Secretaría General es conducida operativamente por la directora ejecutiva, Ingrid Figueroa, de nacionalidad salvadoreña.
La candidatura de la diputada Iris Montenegro
En su carta conjunta, las cancillerías de Costa Rica, Guatemala, Panamá y República Dominicana recordaron al régimen nicaragüense que ellos “apoyaron la elección” de Werner Vargas, “cuyo sorpresivo término en el ejercicio de esta función no fue responsabilidad de los Estados miembros”.
Además, mencionaron que “un grupo mayoritario de países manifestó apoyo a una de las personas propuestas por Nicaragua en la primera terna (tras la renuncia de Vargas) y que de seguido la candidatura de dicha persona fue eliminada, sin explicación alguna”.
La diputada Iris Marina Montenegro Blandón fue esa candidata “apoyada” por el SICA, pero “eliminada” por la dictadura, según fuentes cercanas a la institución regional.
Montenegro Blandón integraba la terna encabezada por Valdrack Jaentschke, quien era la apuesta del régimen para dirigir el SICA.
Un experto en relaciones internacionales, que solicitó omitir su nombre, explicó que el caso de la diputada revela que el régimen quiere “imponer” a sus fichas y no a las técnicos o funcionarios adecuados para el SICA.
“¿Por qué insistir con Valdrack, si los demás países ya habían dado su apoyo a esa candidata”, se preguntó el experto.
“La respuesta es simple: Quieren trasladar al SICA su manera de manejar Nicaragua”, se autocontestó.
