27 de febrero 2019
Ciudad de México-. En la víspera del restablecimiento del diálogo entre la dictadura de Daniel Ortega y la Alianza Cívica, la expresidenta costarricense Laura Chinchilla advirtió que una negociación política no “puede salir adelante” si no existen “un conjunto de condiciones puestas sobre la mesa con claridad desde el principio”.
“No se puede dialogar si no hay condiciones tan básicas como la restitución de la libertad. Liberar a la gente que está presa por razones políticas o la reapertura de medios de comunicación, solo por citar algunas garantías”, dijo Chinchilla a Confidencial.
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La expresidenta visitó esta semana Ciudad de México para asistir al Foro de Oslo, un evento que promueve la libertad y la democracia, en especial en países gobernados bajo regímenes autoritarios, como es el caso de Nicaragua.
Aunque Venezuela eclipsó la discusión en el Foro de Oslo, la crisis sociopolítica de Nicaragua estuvo presente a través de las intervenciones de los expositores como el presidente boliviano Jorge “Tuto” Quiroga, la exdiputada del Movimiento Renovador Sandinista, Edipcia Dubon, y la misma expresidenta Chinchilla.
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A la luz de la experiencia de la crisis venezolana, Chinchilla señaló que las nuevas negociaciones pueden ser usadas por Ortega para “ganar tiempo”, e “instrumentalizar el diálogo a su favor”.
“Los diálogos no se pueden llevar a cabo, llevar adelante, si no existen un conjunto de condiciones puestas sobre la mesa con claridad desde el principio”, reiteró Chinchilla. “Que le dé garantías a la parte que está frente al régimen de que ese diálogo va a tener consecuencias, de que va a haber avances medibles y plausibles”.
De lo contrario –advirtió Chinchilla– acudir a un diálogo con “sola la buena voluntad de los actores de la sociedad civil es arriesgar que, simplemente, Daniel Ortega prolongue su tiempo, e instrumentalice el diálogo a su favor… y que la sociedad civil que está en las cárceles o exiliada siga pagando la factura”.
Representatividad
En torno a la conformación de la comitiva negociadora de la Alianza Cívica han existido suspicacias por la presencia mayoritaria de personas allegadas al sector privado, mientras que no se cuenta con presencia de las Madres de Abril y miembros del Comité pro Libertad de los Presos Políticos.
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Chinchilla aseguró que asegurar “una representatividad” plena abonaría a que el diálogo goce de garantías extras.
“Lo esencial, lo fundamental, es que haya representatividad de las partes que están sentadas en las mesas. De la sociedad civil y la gente que han puesto los muertos”, expresó Chinchilla. “Sin esa representatividad va a ser difícil que el diálogo avance, y termine siendo una componenda de Daniel Ortega para ganar tiempo”, agregó.
OEA, ¿garante?
Chinchilla dijo no “ponerle más al cargas al diálogo” cuando le preguntamos si estas negociaciones necesitarían de garantes internacionales. Aunque la Alianza Cívica le ha solicitado a la secretaria general de la OEA asumir este papel, Luis Almagro prefirió no referirse al tema nicaragüense en general. “No voy a declaraciones”, nos dijo.
Por ahora, solo se conoce que la iglesia católica fungirá como “observadora” de las negociaciones políticas. La agenda que la Alianza Cívica lleva a la mesa tiene como prioridad la crisis política que atraviesa el país desde el 18 de abril, lo que incluye el adelanto de elecciones.
Sin embargo, el régimen ha adelantado parte de su propuesta en sus medios de comunicación oficiales: insistirán en “que lo económico es lo importante”.