24 de abril 2023
La excomandante guerrillera Mónica Baltodano denunció la crisis de derechos humanos y democracia que sufre Nicaragua con la dictadura de Daniel Ortega, ante representantes de partidos políticos, ministros y otras personalidades de Brasil, entre ellas Celso Amorim, asesor principal de asuntos internacionales del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
“Nuestra idea es que, para influir en el Gobierno (de Lula) no basta hablar con los funcionarios sino también con personalidades y organizaciones”, relata Baltodano, quien visitó Brasil entre el 9 y 20 de abril.
El encuentro con el excanciller Amorim, se dio un día antes que este viajara a China junto al presidente brasileño y en la conmemoración de los primeros cien días de su mandato. “Le pude presentar la situación de Nicaragua todo el tiempo necesario. No tuvimos límites de tiempo. Él hizo preguntas y expresó sus opiniones. Pero el carácter de la reunión no me permite que yo sea la que exprese los puntos de vista”.
“Enfaticé que consideraba importante que el Sur juegue un papel beligerante respecto a Nicaragua, porque esta situación no es un problema nada más de Nicaragua, afecta a toda la región. Lo que hace Ortega es un mal ejemplo para los Gobiernos, sobre todo de Centroamérica, por lo que Brasil y el liderazgo de Lula están llamados a encabezar un proceso para presionar a que Nicaragua vuelva a los cauces democrático”, destacó.
La historiadora exiliada en Costa Rica quien viajó por invitación del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y el Comité de Solidaridad Brasileño con Nicaragua, le recordó a Amorim que, en los años ochenta, surgió la iniciativa del Grupo Contadora, por parte de diferentes Gobiernos de la región, y luego se negociaron los Acuerdos de Esquipulas, que favorecieron la transición democrática en Nicaragua.
Lula quiere ser “puente”
Baltodano sostuvo también encuentros con miembros del Partido de los Trabajadores (PT), el Partido Socialista y Libertad (PSOL), el Partido Socialista Brasilero (PSB), el Partido Democrático Trabalhista (PDT) y el Movimiento de Izquierda Socialista (MES), que es una corriente política de PSOL.
“Algunos dirigentes del PT, particularmente los dirigentes históricos, creen que la razón por la que Lula no ha condenado de manera directa en los últimos tiempos estas violaciones de derechos humanos” es porque quiere jugar un papel conciliador o de puente. Sin embargo, esta postura no podrá mantenerse ante la falta de disposición de Ortega.
“Hay quienes piensan dentro del PT, y nosotros lo pudimos constatar, que para que Brasil pudiese jugar ese rol tendría que haber una señal, una muestra de Ortega en esa dirección. Y como Ortega está cerrado, es probable que ese camino no lo quiera abrir. Entonces, el PT y Lula, en particular, tendrían que reconsiderar su posición de guardar silencio frente a tanta brutalidad y tanto atropello”, explica.
En los encuentros con los partidos políticos, Baltodano conoció posturas de condena a la violación de derechos humanos cometidas por Ortega, pero también grupos que piensan “que lo que está ocurriendo en Nicaragua es la continuidad o en la segunda fase de la Revolución”.
Asimismo, la exguerrillera constató que sectores de derecha del expresidente Jair Bolsonaro usan la imagen de Ortega, como Gobierno de izquierda, para debilitar a sus opositores. “Hay un énfasis de bolsonarismo en querer asimilar a Ortega a la gente de izquierda de Brasil, y sembrar el miedo de que la izquierda en Brasil va a hacer lo mismo: las persecuciones a los sacerdotes, a la prensa libre, a las organizaciones sociales, como ha hecho Ortega”, dice.
Entre estos grupos políticos hay varios que ya han condenado las violaciones a derechos humanos y crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura. El MES fue uno de los grupos que participó en la caravana que intentó entrar a Nicaragua para constatar la situación de los presos políticos.
Acogida a “apátridas” es buena señal
La decisión de Brasil de ofrecer la nacionalidad a los nicaragüenses que fueron declarados “apátridas” por Ortega, fue tomada como una señal de que la posición de Lula ante la crisis de Nicaragua cambie. “Esa declaración fue recibida por sectores brasileños como una reconsideración respecto del silencio inicial, y respecto de ese intento de los sectores que publicaron en un primer momento un saludo a esas elecciones fraudulentas (de 2022)”, explica.
En un encuentro con la Cancillería y el Congreso Federal le explicaron el procedimiento que deben seguir los nicaragüenses “apátridas” para acoger la nacionalidad brasileña, que a diferencia de otras naciones que también las ofrecieron, el proceso en Brasil es expedito. “Nos van hacer la traducción y también un resumen que nosotros vamos a hacer llegar a todos los 94 (opositores desnacionalizados) y a los 222 (excarcelados políticos desterrados) que están en Estados Unidos”, destaca.
Baltodano, exiliada en Costa Rica desde 2021, es una de los 317 nicaragüenses despojados de su nacionalidad, y parte de los 94 ciudadanos a los que el régimen ordenó confiscar sus bienes y propiedades.
También sostuvo reuniones con la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Brasil, quienes tienen mucha influencia en el Gobierno. Asimismo con miembros de la Iglesia anglicana y con más de 200 personas de comunidades religiosas.
La exguerrillera comenta que no se puede decir que el acercamiento de Lula con Rusia y China pueda beneficiar a Ortega porque no se trata de un realineamiento al estilo de la Guerra Fría del siglo pasado, porque en el caso del gigante asiático lo que hay es un interés comercial.
“En el caso de China, es claro que su interés principal es eminentemente comercial. Necesitan materias primas y necesitan mercados para sus productos. Y sigue una lógica bien pragmática. No parecen querer involucrarse en conflictos de otro tipo. Están en la disputa de mercado y eso es clarísimo. Y Nicaragua, para los chinos no representa ningún interés en esa dirección”, opina.
“Lo que hay que preguntarse —prosigue— es si realmente Brasil querrá jugar un rol más beligerante hacia Centroamérica y particularmente en Nicaragua, o se concentrará en esos grandes escenarios. No lo tenemos todavía claro, ni lo tiene claro mucha gente con la que hemos hablado. Recordemos que apenas han transcurrido cien días (del inicio de su mandato) y entonces todavía no está bien clara la ruta que va a seguir”.